LA HABANA, Cuba.- El 21 de junio de 1845 culminó la edificación del faro O´Donnell, más conocido como faro del Castillo de los Tres Reyes del Morro, la fortaleza militar que, junto al castillo San Salvador de la Punta, estuvo destinada a proteger la entrada de la bahía de La Habana durante los años de la Colonia Española en Cuba.
El macizo cilindro que hoy constituye una de las principales atracciones dentro del complejo militar Morro-Cabaña, tiene una interesante historia marcada por saqueos, desastres naturales y expediciones bélicas que obligaron a su remodelación hasta convertirlo en lo que actualmente es.
Ante los frecuentes ataques de corsarios y piratas que ocurrían en el área del Caribe, el rey Felipe II aprobó la construcción de una fortaleza para proteger el puerto. Las obras iniciaron en el año 1589 bajo la guía del ingeniero militar Juan Bautista Antonelli, y en 1629 fue inaugurado el Castillo del Morro, cuya eficacia quedó probada hasta que los ingleses atacaron La Habana, en junio de 1762.
Durante el asedio de casi dos meses, la farola del Morro quedó seriamente dañada por la artillería. Una vez recuperada la capital por los españoles, la fortaleza fue reparada y, en 1764, se empezó a utilizar la torre del castillo como faro, alimentado con leña.
A inicios del siglo XIX el faro comenzó a funcionar con gas y luego con aceite. En 1844 la vieja torre fue demolida a sugerencia de la Junta de Fomento, que había emitido un informe sobre el mal estado de la construcción. En su lugar, se decidió encargar una farola de bronce a Francia con la óptica Fresnel, que alcanzaba una distancia de veinte millas con resplandores de cinco a seis segundos.
La torre original del Castillo del Morro tenía una altura de solo diez metros y era poco probable que pudiera soportar el peso del artefacto Fresnel. Por ende, se decidió construir una torre nueva, de 25 metros de altura, fabricada con sillas y ubicada a 45 metros sobre el nivel del mar. Así quedó erigido el nuevo faro del Morro, cuya primera iluminación se produjo el 24 de julio de 1845, y fue electrificado un siglo después.