LA HABANA, Cuba. – El 8 de junio de 1949 Occidente se encontró ante la sociedad distópica retratada por un escritor inglés en su novela más exitosa. George Orwell había publicado 1984, un libro imprescindible para entender cómo funciona el totalitarismo, un sistema altamente coercitivo donde se manipula la información y se practica la vigilancia masiva, además de la represión política y social.
Conceptos como el Gran Hermano ―figura omnipresente y vigilante―, la Policía del Pensamiento y la neolengua que busca transformar el lenguaje con fines represivos, se insertan por primera vez en el imaginario de Occidente, en un contexto político global signado por el avance del socialismo soviético en los países de Europa del Este, y el surgimiento de partidos y movimientos de izquierda radical, abiertamente prosoviéticos, en el mundo entero.
Sin ser un portento desde el punto de vista estilístico,1984 presenta una extrapolación de las prácticas del comunismo y el fascismo, ofreciendo una de las lecturas más adecuadas para entender cómo y por qué los totalitarismos buscan anular las libertades individuales. El grado de sometimiento en que transcurre la denominada “sociedad orwelliana” produce pavor, tanto más cuanto abundan ejemplos inmediatos y reales de semejante deformación social, política, cultural e intelectual.
Burocracia, propaganda, terror, culto a la personalidad, corrupción, reescritura de la historia, dirigentes desmoralizados, miseria material y humana, son algunos de los males arraigados en el universo de la novela, una lección que debería ser más que suficiente para que los pueblos evitaran a toda costa la presencia de esta clase de peligro en la senda hacia el poder.
Antes de morir, Orwell dejó claro que con su novela solo quería describir “las perversiones a las que se ve expuesta una economía centralizada”. Sobre las probabilidades de que lo narrado en 1984 pudiera suceder, explicó: “Yo no creo que el género de sociedad que describo vaya a suceder forzosamente, pero lo que sí creo (…) es que puede ocurrir algo parecido. También creo que las ideas totalitarias han echado raíces en los cerebros de los intelectuales en todas partes del mundo y he intentado llevar estas ideas hasta sus lógicas consecuencias”.
1984 ha tenido incontables adaptaciones al cine, el teatro y la televisión. Ha inspirado otras producciones literarias e incluso obras musicales. En el año 2015 fue considerada como uno de los 20 libros más influyentes.