LA HABANA, Cuba, mayo (173.203.82.38) – Han trascurrido 43 años de la ofensiva revolucionaria de 1968, cuando el gobierno intervino más de 40 mil pequeños negocios, e impuso la propiedad estatista a absolutamente toda la actividad económica de la nación. Más de dos décadas después, en pleno período especial, y después de la pérdida de los subsidios que proporcionaba la Unión Soviética, a los gobernantes no les quedó otro remedio que permitir, con enormes limitaciones, el trabajo por cuenta propia en 1993.
Debido a las trabas burocráticos, el abuso y la corrupción de los inspectores y la eliminación de más de 40 actividades de las que más ganancias reportaban, a finales del pasado año los que se dedicaban al trabajo por cuenta propia no sobrepasaban los 150 000 en todo el país, de los 260 000 que tenían licencias a finales de 1994.
Según la información aparecida en el diario Granma el 17 de mayo, la reunión del Consejo de Ministro acordó “mantener las plantillas congeladas cubriendo sólo las plazas imprescindibles y priorizar los cambios a formas de empleo no estatal”. En consecuencia, se decidió extender a todas las actividades del cuentapropismo el permiso para la contratación de trabajadores, y aplicar una política más flexible; algo nuevo, porque la resolución No. 32 del 7 de octubre de 2010 sólo autorizaba dichas contrataciones de empleados en 83, de las 178 actividades en las que se puede ejercer el trabajo por cuenta propia.
La señal para la burocracia fue clara: de ahora en adelante no se permitirá ninguna obstrucción en la ampliación del cuentapropismo y se le pondrá término a todo aquello que conspire contra el desempeño de esta actividad.
El gobierno orientó que todos los locales estatales con bajos niveles de actividad sean arrendados, para que los trabajadores por cuenta propia no continúen como nómadas por las calles y avenidas de las ciudades.
También se informó que hasta el momento se han entregado 200 mil licencias nuevas, que sumadas a las existentes, suman un total de 300 mil personas que ejercen el cuentapropismo en el país.
Con tal flexibilización y protección del trabajo por cuenta propia, el gobierno busca que miles de trabajadores que quedarán sin empleo encuentren trabajo en el sector privado, que deberá actuar como una válvula de escape al tremendo desempleo, una situación que el gobierno no puede resolver.