LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -Dalgis Cutiño Leite, llegó a Cuba a las 9 y 20 pm del domingo 13 de noviembre, en un vuelo de Iberia. Antes de abordar el avión en Madrid, Dalgis pensó que no era el momento para hacer ese viaje, pero su familia en Cuba aguardaba por ella y por los regalos que iban a cubrir parte de sus necesidades.
Sorpresa se llevó Dalgis cuando supo que su equipaje no llegó en el vuelo. Le comunicaron que debía recogerlo tres días después en la Terminal 1 de vuelos nacionales, situada a tres kilómetros del sitio por donde desembarcó.
Dalgis nunca supo si verdaderamente su equipaje llegó tres días después o si la aduana de la Terminal 3 lo demoró intencionalmente para requisarlo. Lo cierto es que sus tres maletines fueron devueltos el 16 de noviembre, parcialmente rotos y con parte de las pertenencias robadas.
Al reclamar al oficial de aduana que la atendió, en el departamento de equipajes perdidos, éste le dijo “que eso no era responsabilidad de ellos”.
¿Acaso el personal de la aerolínea española Iberia, se dedica a violentar maletines en el aeropuerto de Madrid, terminal de donde salieron los equipajes de Dalgis?
Este y otros incidentes se dan a sólo dos meses y medio de publicarse las “Normas aduaneras que todo viajero debe conocer”, regulaciones emitidas por La Aduana General de la República, en septiembre pasado.
Tales normas aduaneras, “no constituyen de por sí una fuente generadora de derecho”, según sus autores. Más bien, diría, pretenden amortiguar las insatisfacciones que por años han sufrido los viajeros, sobre todo los cubanos residentes en el exterior: demoras en el servicio, hurto y apropiación de artículos personales, confiscaciones indebidas, multas excesivas por “estimación de los funcionarios”, sobornos u otras violaciones.
¿Tiene derecho Dalgis Cutiño a reclamar sus pertenencias robadas?. Y de hacerlo, ¿las recuperaría?
El manual de normas aduaneras se inclina a cuestionar el proceder de personas –dígase viajeros- que durante el despacho aduanero, asumen actitudes que impiden el trabajo de los funcionarios. Así lo refleja el documento: “El que amenace, calumnie, difame, insulte, injurie o de cualquier modo ultraje u ofenda, de palabra o por escrito, en su dignidad o decoro, a una autoridad, funcionario público o a sus agentes o auxiliares, en el ejercicio de sus funciones, o en ocasión o con motivo de ellas, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o con multas de 100 a 300 cuotas o ambas”.
¿Qué proceder existe contra aquellos funcionarios de aduana que roban y engañan impunemente a los viajeros, siempre con la venia de otros confabulados? ¿qué protege a los viajeros?
Escándalos de corrupción se repiten en las terminales aéreas cubanas. El personal de turnos completos en la Terminal 3 de vuelos internacionales ha sido despedido, porque uno o varios auxiliares, en complot, delinquieron y los hechos fueron captados por las cámaras de seguridad. Pero, ¿y los que no son vistos por el lente de una cámara?
El pasado 7 de junio, el gobierno cubano se mostró enérgico al enjuiciar a directivos de la Aeronáutica Civil, que trabajaban bajo el mando de su ex Presidente y General de División, Rogelio Acevedo. El Tribunal Provincial de La Habana dictó contra ellos penas de 3 a 10 años de privación de libertad por delitos de corrupción administrativa. Rogelio Acevedo no fue procesado.
El pasado 4 de diciembre, Dalgis Cutiño Leite regresó a Elche, en la comunidad española de Valencia, lugar donde reside desde 2007. Decidió que no le reclamaría las pertenencias robadas a la aerolínea Iberia porque sabe que es en Cuba donde delinquir es “sobrevivir, resolver o luchar”, aunque sea a costa de los demás.
Destino Cuba, un viaje para pensar y preguntarse ¿qué me confiscarán?, o ¿de cuánto será la “multa”?. Desafortunadamente, eso es algo que queda fuera de las normas aduaneras.