LA HABANA, Cuba, junio (173.203.82.38) – Tras las sanciones que el gobierno de Estados Unidos anunció hace unos días contra la compañía de petróleos de Venezuela, PDVSA, por haber violado, según afirmó, las normas establecidas por las Naciones Unidas al comercio con Irán, Hugo Chávez y muchos de sus seguidores protestaron. La reacción era lógica.
En Cuba los medios se unieron a ese coro. Eso, conociendo cuál es la función de los medios cubanos, también puede ser calificado de lógico. Pero donde La Habana “apretó” fue en la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores referente a ese asunto, reproducida en la prensa el 30 de mayo, que afirma: “Cuando se agrede a Venezuela, se agrade a Cuba”.
En realidad, la gente en esta isla está tan agredida por tantas carencias, por tantas vicisitudes, por la falta durante tantos años de bienestar, por tantas frustraciones, que parece que ni ha notado esa nueva “agresión” de que habla el MINREX.
No obstante, la nota del Ministerio de Relaciones Exteriores asevera en otra parte: “Todo nuestro pueblo se solidariza con el presidente Hugo Chávez Frías y con el pueblo venezolano, y respalda de manera irrestricta la resolución de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela sobre este tema”.
Ahí sí que al gobierno se le fue, más aún, la mano. Se puede apostar la cantidad que sea, sin temor a perder, que en Cuba los que conocen de esa resolución del Parlamento venezolano son poquísimos. Por mi parte, esa es la primera referencia que escucho al respecto.
Pero donde sí sacan la pelota del estadio es con la frase “todo nuestro pueblo”. Nos meten a todos los cubanos estamos metidos en ese menjunje. Los que nacieron ese día, los que estaban en terapia intensiva, los recluidos en manicomios, los oposicionistas, en fin, todos. Somos más de once millones.
Me pregunto, ¿en qué tiempo el gobierno les preguntó a todos los cubanos sobre ese tema? Un tópico del que se puede afirmar que, sin lugar a dudas, no le interesa para nada a inmensa la mayoría de los habitantes de esta isla.
Después de haber leído en la prensa la declaración de marras, le pregunté a cerca de cuarenta personas, en diferentes momentos y lugares, cuándo habían planteado su solidaridad con PDVSA ante las sanciones de Estados Unidos. Muchas se sonrieron porque pensaban que les estaba tomando el pelo, otras movieron la cabeza o abrieron los ojos con incredulidad. Solo tres habían oído hablar del asunto.
Los ciudadanos siempre tienen derecho a esperar un poco de seriedad de sus gobiernos, inclusive aunque sean de extrema izquierda y su máximo representante haya admitido que lleva más de medio siglo cometiendo errores. Pero al parecer los cubanos no tenemos ni esa posibilidad.
Si Liborio no se levanta y echa a andar, parece que este gobierno planea continuar trajinándonos y atosigándonos hasta que al manco le salgan dedos y, si mi predicción se cumple, posiblemente los viejitos aseguren que el milagro del manco con dedos ha sido “un nuevo logro de la revolución”.