LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -Esa tarde de 1995 declararon huésped ilustre de la Universidad de Manzanillo al escritor y guionista Arturo Arango, y a mí. Por supuesto que al lado del guionista de la película Lista de Espera, mi reconocimiento era puro protocolo.
Al terminar la actividad pública en el Campus de la Universidad, aderezada de buena música y mejor poesía, en el marco del Festival de la Trova Carlos Puebla, nos dirigimos a la casa del Director de La Original de Manzanillo, quien vivía a unas pocas cuadras del parque principal de la ciudad.
Era una de las tantas casas que en ese pueblo, se construyen pared con pared con la de al lado. Una amplia sala y un gran patio interior, con los dormitorios corriendo en paralelo y la cocina al final. El estaba sentado en un pequeño balance conversando con un amigo cuando aparecimos en el umbral de la puerta. Atento, nos hizo pasar y pidió a su esposa hacer café para los recién llegados.
Pachi Naranjo, el director de la orquesta más popular de la ciudad en toda su historia, una leyenda viva y a quien admiré a lo largo de mi juventud, por eso del aldeano vanidoso, estaba frente a mí. Bajito y delgado, con su barba y pelo entrecano, se mostró simpático y jovial en la conversación a la que yo tuve poco que aportar, ante la ilustración de los presentes, y que versó de música y poesía.
Arango, como siempre locuaz, se llevó el peso fundamental del dialogo, mientras yo disfrutaba de la oportunidad en silencio. Apareció una copa de Ron Pinilla, un producto tan original de Manzanillo como la orquesta, y se hizo un pequeño brindis, muy oriental. Un par de horas más tarde, caía la noche y nos despedimos.
Tras dieciséis años de aquella tarde Wilfrido Naranjo, Pachi para los cubanos, acaba de recibir el Premio Nacional de Música 2011. Son casi cincuenta años de dirigir una orquesta charanga, llamada La Original y a la que llaman “de Manzanillo”, por su lugar de nacimiento.
Premio merecido por la coherencia artística, el empeño y la defensa de los valores musicales de la región, que definen un espacio cultural y creativo que dejó pasar la vanguardia para sostenerse en la historia.
Dicen en Manzanillo, que las dos únicas cosas que Bayamo, la capital provincial, no ha podido robarles, son el mar y La Original. Y eso último es un merito de Pachi Naranjo. Por eso, seguramente, donde quiera que un manzanillero supo del premio de su coterráneo, lo celebró.