CORRALILLO, Cuba, noviembre, 173.203.82.38 -Cuando los policías entraron a su casa violentamente, con la intención de multarlo por cortar gajos de un árbol de mango que es de su pertenencia, Osvaldo Julio Némer perdió el control. Solo faltó que le impusieran la camisa de fuerza, después de zarandearlo como a un muñeco delante de sus tres hijos, nieto y esposa.
Némer, disidente y único firmante del Proyecto Varela en el poblado de Sierra Morena, municipio de Corralillo, en Villa Clara, perdió su trabajo, hace ya más de dos años, y es blanco constante de los acosos de la policía, pero no se amilana, ni pierde el ánimo.
Además de luchar muy duro para alimentar a su familia, es un servidor confeso de la doctrina cristiana. Así que organiza reuniones de carácter religioso y humanista dentro de su propio hogar, en un espacio que ha bautizado con el nombre de La Vela.
Los esbirros policiales ya descubrieron, mediante sus chivatos, que entre los hombres y mujeres de un pueblo tan extremadamente pequeño como Sierra Morena, cada vez es mayor el número de los que asisten a La Vela, en busca de refugio espiritual, pero también de consuelo y consejos para sus penurias terrenales.
De ahí que sin haber terminado aún el proyecto que se hizo para la apertura de El Ranchito, un pequeño local para la venta de alimentos como cafetería por cuenta propia, Némer ha visto cómo se le va a pique, debido a que le imponen una multa detrás de otra, por cualquier motivo, con el fin de impedirle terminar la construcción.
A tales penalizaciones, unidas al decomiso de sus materiales de construcción, se suman las frecuentes citaciones que Némer recibe para que se presente en el local de la PNR, o en la sede del partido comunista a nivel municipal, para ser objeto de amenazas y de chantajes relacionados con su familia.
Últimamente el tema de esas reuniones es siempre el mismo: La Vela. O “la apaga por decisión propia” –le advierten-, o seguirá recibiendo tundas hasta que se vea obligado a apagarla.
Mientras, para desprestigiarlo ante los vecinos, han corrido el rumor de que Némer está loco. Pero él parece tomarlo por la parte divertida, alegando que loco estaría si aceptara apagar La Vela bajo amenazas, porque de todas formas las amenazas se van a cumplir, ya que la policía y los magnates del gobierno ni perdonan ni olvidan.
Y como lo tachan de loco, ahora se ha inventado, para uso personal, una enigmática consigna que él solo entiende: “Quien vive en un palenque, tiene que fabricarse una ballesta”. Es lo que repite, como única respuesta, a todos los malintencionados que van a meter las narices en su casa, la cual mantiene siempre con las puertas abiertas, de par en par, tanto para amigos como enemigos.
Pero por supuesto que, de loco, Osvaldo Julio Némer no tiene ni un pelo. No en balde la ballesta de su consigna no es sino una pequeña embarcación, antigua propiedad de su padre, quien siempre le llamó La Ballesta, y que Némer mantiene a buen resguardo, en algún sitio de la costa norte de Villa Clara, previendo la madrugada en que la policía vendrá a meterlo entre rejas por largo tiempo, hasta que se apague La Vela.