LA HABANA, Cuba, diciembre (173.203.82.38) – Aquí hay gato encerrado. O Hugo Chávez, el Presidente que pretende ser vitalicio leyó mi crónica titulada Chávez no tiene sardinas, publicada el pasado noviembre en CubaNet, o adivinó el pensamiento de la esposa de Israel, mi vecino, cuando la señora recordó la promesa incumplida de Chávez de enviar latas de sardinas a las familias cubanas, en 2006.
Según un cable de la Agencia EFE fechado en Caracas, el mandatario inauguró la empresa mixta socialista cubano-venezolana Pescalba. ¡Qué obsesión con la primera luz del día!
Según la información, la empresa consta de dos buques. Uno de ellos fabricado en la desmoronada URSS en 1988 y restaurado en marzo pasado por técnicos de Venezuela.
Según Chávez, los dos buques pescarán jurel en el Océano Pacífico, pero los cubanos no estamos muy seguros de que una parte de su captura llegue a nuestras costas. Sobre todo porque el embajador cubano, Rogelio Polanco, declaró que Bolívar y Martí (así se nombran los buques), “se unen en esa alianza para ir a pescar juntos por la alimentación de este pueblo”. Como no especificó a qué pueblo se refería, es de suponer que se trate de Venezuela, al decir “este”.
De todas formas, como los cubanos de a pie son optimistas, ya están en condiciones de esperar el jurel que venderán por la cartilla de racionamiento.
De inmediato le di la noticia a la esposa de mi vecino, y puso tal cara de asombro, que es prácticamente imposible comunicar a los lectores lo que piensa la esposa de Israel de esta segunda promesa de Chávez, el primer socio comercial de Cuba.