LA HABANA, Cuba, febrero, 173.203.82.38 -Este domingo 13 de febrero fue un día de felicidad para todos los que aman la libertad, pero muy en especial para los matrimonios de Laura Pollán y Héctor Maseda; así como el de Bertha Soler y Ángel Moya. Para Laura, la libertad de su compañero de vida representó un regalo de cumpleaños y para ambas parejas, un Día de Enamorados feliz, después de 8 años de angustias.
A ellas, el habitual desfile dominical por la 5ta Avenida de Miramar con seguridad les pareció más hermoso esta vez. Todos estaban eufóricos por lo que consideraban un triunfo; y no es para menos, tras los años que llevan estas mujeres clamando por la libertad de los prisioneros políticos en general, y de sus esposos en particular, soportando agresiones, actos de repudio y amenazas de todo tipo. Gracias a Dios, quien por intercepción de Santa Rita, puso fin a este calvario para los cuatro.
Para el valiente de Ángel Moya, la liberación incluyó una golpiza de despedida. Ante la negativa de Moya, quien reclamaba que primero liberaran a los más enfermos, el coronel Samper, de la Seguridad del Estado, le dijo que le darían la libertad ese día “a como diera lugar”. Moya se quitó la ropa en rebeldía, los esbirros le levantaron en vilo y lo metieron en un vehículo donde, a la fuerza, le pusieron la ropa dejándole de regalo algunos moretones de despedida.
Cuando lo vi en Santa Rita estaba eufórico, ellas lo lograron, decía, mientras le
corrían lágrimas por su rostro de hombre valiente e indoblegable, y con razón, porque son nuestras Damas, las que merecen toda la Gloria. Dio vivas a la libertad y la exigió para nuestros compatriotas prisioneros: Rafael Ibarra, Lázaro García Farah, y tantos otros. Ángel, reclamó finalmente a viva voz, la libertad de todos los cubanos.