LA HABANA, Cuba, mayo, 173.203.82.38 -Al caminar por las calles de La Habana, o por cualquier centro urbano del país, salta a la vista la gran diversidad de edificaciones, así como sus varios estilos, que son reflejo de épocas arquitectónicas más gloriosas. Sin embargo, con el paso del tiempo, hemos llegado a la era del “llega y pon” como un símbolo de innovación dentro de la marginalidad cubana.
La posición geográfica de la Isla influenció decisivamente en el carácter del cubano y en sus respuestas a la arquitectura y el urbanismo. En 1841, La Habana, por el aumento de la población, dividió su zona de extramuros en seis barrios. Las casas palaciegas fueron subdivididas y dedicadas para alquiler. Así es como estas mansiones abandonadas por la aristocracia se convirtieron en las primeras ciudadelas.
En el año 1906, nace El Vedado, y también se funda la escuela de arquitectura cubana. En este período las casas se construyen alejadas de las calles, y entre ellas hay rejas y muros perimetrales, que encierran tanto el jardín como toda la casa. De igual modo, esta época se desarrollan las avenidas, el parterre, los palacetes y los chalets.
Otra de las influencias de la arquitectura pre- revolucionaria fue la llegada del Art-decó, que entró a Cuba en 1923, y se desarrolló hasta los años 40. Proveniente de los Estados Unidos, este movimiento preparó el camino para la entrada del ideal moderno en Cuba, respondiendo a los valores éticos, estéticos y funcionales del racionalismo. Se pretendía hacer un triángulo turístico entre Miami, Las Vegas y Habana.
Eran tiempos de crecimiento social y urbanístico, donde aparecieron los penthouse, la propiedad horizontal, los apartamentos dúplex, los hoteles y casinos, siempre guardando como principio supremo la funcionalidad del espacio y la racionalidad constructiva.
Con la llegada del régimen castrista, las construcciones del primer período (1959-1969) están caracterizadas por la simplicidad formal y constructiva. Sin embargo, la fuerte influencia soviética trae su obsesión por la simetría y el ahorro del espacio. Se abre paso a la era de la prefabricación. De1969 a 1979, el prefabricado abarca la generalidad de los proyectos arquitectónicos, hoteles, escuelas, hospitales y las viviendas. Su característica principal es que prima la ausencia del arte por extremas medidas ahorrativas.
Entre los años 1979 y 1989, se cuida la inserción armoniosa en el entorno y el respeto al patrimonio arquitectónico y urbanístico. Los códigos del modernismo funcional y el postmodernismo resurgen en Cuba. Pero con la caída del comunismo en Europa del Este llegó el denominado boom turístico de los 90. La construcción de modernos hoteles se realiza bajo influencia de la arquitectura occidental contemporánea, con imponentes edificios de acero y vidrio…
En la actualidad, La Habana y demás capitales de provincias cubanas están colmadas de asentamientos ilegales, que son conocidos como “llega y pon”. En estos sitios no existen servicios elementales, como el agua corriente o la electricidad, no hay ningún tipo de infraestructuras. Tales asentamientos son una confusión de casuchas precarias e insalubres. Así viven, hacinadas, cientos de miles de familias.
En tanto, cada día se hacen más visibles los derrumbes, las ruinas y las demoliciones. Al decir del maestro arquitecto Mario Coyula, La Habana seguirá siendo una “ciudad distópica: autopsia de una utopía”.
En definitiva, todo parece indicar que la historia tampoco podrá absolver al castrismo de este desastre en el sector inmobiliario, cuya herencia sufrirán varias de nuestras futuras generaciones.