LA HABANA, Cuba.- Los gobernantes cubanos no escatiman esfuerzos para tratar de ganarse el favor de los escritores y artistas de la isla. Conocemos de la labor que en ese sentido realiza Miguelito Barnet en la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), así como de la existencia del Departamento de Atención a Personalidades en el Ministerio de Cultura, el cual ofrece prebendas de todo tipo a los artistas identificados con el Gobierno.
Los militares, para no quedarse atrás, cuentan también con un mecanismo de premiación a los artistas que exhiben un comportamiento “correcto” con respecto al sistema político imperante. Se trata de la entrega de la réplica del machete mambí del Generalísimo Máximo Gómez, una ceremonia que se realiza anualmente en el contexto de las celebraciones por los acontecimientos de Playa Girón en 1961 (Bahía de Cochinos, como se le conoce en otros países).
Los jerarcas de las Fuerzas Armadas seleccionan en ocasiones a escritores y artistas que, aun sin ser incómodos para los intereses de la cultura oficialista, tampoco se muestran como incondicionales de la revolución. En ese caso es un intento para, en lo adelante, comprometer políticamente a esos creadores.
Sin embargo, da la impresión de que muchos de los agraciados se esfuerzan por merecer el reconocimiento castrense. Veamos, como ejemplo, el perfil de algunos de los premiados este 15 de abril pasado:
Alexander Abreu, el director de la orquesta Habana de Primera. Sin dudas un buen músico y excelente trompetista. Pero que en la canción “Me dicen Cuba” introdujo, innecesariamente para muchos, frases y gestos de adhesión al castrismo.
El profesor e investigador Jorge Juan Lozano. Ahora lo anuncian como colaborador del Museo de la Revolución y de la Cátedra Martiana del Instituto Técnico Militar. Pero sabemos que proviene del Centro de Estudios Martianos. Allí, siempre a la sombra de Armando Hart, fue entrenado para salirle al paso a todo aquel que ofreciera una imagen del Apóstol no conveniente a las autoridades.
El realizador de televisión Rolando (Roly) Peña Lorenzo. Se destacó cuando dirigió una serie televisiva sobre el desembarco en tierras orientales de Antonio Maceo para incorporarse a la gesta independentista de 1895. Por supuesto, una historia contada de forma tal que entusiasmó a los directivos del oficialista Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).
Igualmente fueron reconocidos Leonardo Pimentel y María Luisa Rábago, quienes han cumplido tres misiones internacionalistas como parte de brigadas artísticas. No se informó si esas misiones tenían carácter militar o civil.
Ah, y no podía faltar la periodista Katiuska Blanco, la estrella de la nueva intelectualidad castrista. Una mujer que ha recorrido infinidad de países presentando los libros de Fidel Castro. A ella le correspondió hablar en nombre de los homenajeados, oportunidad que aprovechó para expresar que “es como un llamado a las filas de Gómez, esas filas que son hoy las filas de la Patria, y que toman fuerzas en el año que el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, arriba a su 90 cumpleaños” (“Reconocen a intelectuales cubanos con réplica del machete mambí”, periódico Granma).
Como vemos, no les fue difícil a los militares la tarea de encontrar a quiénes premiar.