“Apoyamos los llamamientos para que se abra una investigación independiente con observadores internacionales” sobre la muerte de estos activistas, indicó Nuland, quien aseguró que Estados Unidos ha considerado que debía “sumarse a las voces que piden (aclarar las muertes) lo antes posible”.
En el accidente de tráfico en el que murieron Payá y Cepero se vio involucrado el político español Ángel Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones del Partido Popular, que conducía el vehículo siniestrado.
La familia de Payá y el diario The Washington Post -que ha publicado tres editoriales sobre el asunto en lo que va de mes- han insistido en la necesidad de que se inicie una investigación independiente e internacional que permita aclarar las circunstancias del accidente.
“El pueblo de Cuba y las familias de estos dos activistas merecen un claro y creíble conocimiento de los eventos que condujeron a sus trágicas muertes. Los Estados Unidos continuarán defendiendo los derechos de todos los cubanos a pedir que se defiendan los derechos humanos y la democracia”, explicó Nuland.
A comienzos de este mes el diario The Washington Post publicó una entrevista en exclusiva con Carromero, en la que aseguró que un automóvil los expulsó intencionadamente de la carretera y que ese vehículo llevaba distintivos del Gobierno cubano. Asimismo, Carromero declaró que, cuando fue detenido, le fueron administrados narcóticos y fue obligado a cambiar la versión de los hechos para autoinculparse del accidente.
El español fue condenado por la Justicia cubana a cuatro años de cárcel por homicidio imprudente debido al exceso de velocidad.Carromero pudo volver a España en diciembre del pasado año para cumplir su condena, aunque en la actualidad disfruta del tercer grado, un régimen de semilibertad.