CDMX, México.-Tras dos décadas en prisión fue liberada ayer la espía del gobierno cubano Ana Belén Montes, hoy con 65 años. Montes llegó a ser la agente de mayor rango que logró reclutar la dictadura en territorio estadounidense. A ella se le responsabiliza de haber develado la identidad de agentes norteamericanos y de colaborar con la red Avispa.
Sobre cómo ha sido recepcionada la noticia de su liberación dentro del exilio cubano, Cubanet conversó con el politólogo Orlando Gutiérrez Boronat.
“Creo que hay un sentimiento generalizado de asco y de indignacion sobre su excarcelación. Es una traidora a su país, que puso en riesgo la seguridad de todos sus ciudadanos. La información que le pasó al régimen despótico de Cuba, era una información que ese régimen pasaba a los peores enemigos de los Estados Unidos”, expresa categórico Gutiérrez.
De ascendencia puertorriqueña, Ana Belén fue condenada en 2002 bajo el cargo de conspiración para cometer espionaje y sentenciada a 25 años de prisión por ello. En el juicio ella se declaró culpable, pero no mostró arrepentimiento.
Gutiérrez, quien se desempeña como Secretario General de la ONG Directorio Democrático Cubano, apunta que con su cooperación a la dictadura cubana dañó el resultado de los esfuerzos norteamericanos para ayudar al pueblo de la isla.
Montes, además de los delitos por los que fue sancionada en Estados Unidos, según el escritor y analista cubano, tiene cuota de responsabilidad en la violación de Derechos Humanos en el archipiélago caribeño. Ella afectó “la recuperación de derechos y libertades, y el restablecimiento de la democracia”.
En reciente entrevista con la agencia española EFE, Peter Lapp, exagente del FBI y uno de los captores de la espía el 21 de septiembre de 2001, se refirió al daño causado por Montes como “increíblemente extenso”.
Sobre el caso específico de la información sobre un programa secreto de la gubernamental Oficina Nacional de Reconocimiento de Estados Unidos, basado en el uso de satélites y que estaba relacionado con la invasión a Afganistán de ese 2001, Lapp apuntó que “esa información de satélites fue la más dañina que dio, y es solo la punta del iceberg”.
“Era tan sensible la información que en caso de celebrarse un juicio no hubiera podido ser utilizada por los fiscales, de lo contrario la sentencia habría sido mayor a los 25 años de prisión que recibió tras declararse culpable en 2002”, agregó.
Específicamente sobre el daño que causó a Cuba al aliarse a la dictadura que gobierna la isla, el doctor Orlando Gutiérrez la responsabiliza de iniciar “una forma de pensamiento dentro de la estructura de seguridad nacional de Estados Unidos” que concibe la liberación de Cuba como un peligro para la estabilidad geopolítica de la región.
Por otra parte, explica el experto que tras su caso dejó de valorarse al régimen comunsita como un peligro para Estados Unidos. “Esta percepción duró hasta los ataques de energía dirigidos contra los diplomáticos americanos y canadienses en La Habana”.
Montes fue liberada cinco años antes de terminar su condena. El lustro restante lo cumplirá en libertad condicional, en territorio estadounidense y bajo indicaciones establecidas. Por ejemplo, su acceso a internet siempre estará monitoreado, tiene prohibido trabajar para cualquier gobierno y tampoco puede contactar a agentes extranjeros.
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