GRANMA, Cuba. — La empresa estatal socialista en la provincia Granma sigue a la deriva en busca de producir bienes y servicios que ofertar a la población de ese territorio oriental. Sumida en el marasmo político y la estrechez económica de supuestas reformas e inversiones, se trata de un modelo que no logra sacar adelante su gestión.
Las resoluciones, anuncios y debates sobre crecimientos macroeconómicos, mejoras en la exportación y otros temas que aborda la cúpula del poder en reuniones a todos los niveles con cada uno de los factores del país, les llega a estas entidades del Estado como un canto a la imaginación.
Obligadas a inventar y “cumplir” sin importar la falta de materia prima, insumo, financiamiento, fuerza laboral, infraestructuras y todo lo que hace posible la producción, optan por propuestas alternativas que no resuelven ni medianamente la situación para el suministro local.
La Empresa de Productos Lácteos de Granma (GRANLAC), cuyos objetivos centrales hasta el pasado mes de noviembre eran la leche entera en polvo y los suplementos dietéticos para embarazadas (Materlac) y niños (Bebelac), ha “diversificado” las ofertas por falta de leche fresca, vitaminas y azúcar.
También el déficit de leche fresca obligó a emplear la soya como alternativa en la elaboración de yogurt a partir de esta leguminosa, pero de las más de 9 000 toneladas mensuales que se producían no se logra ni la mitad, pues la falta de envases y de transporte pusieron fin a la “superproducción” de ese alimento para la población.
En la actualidad, la gran mayoría de los moradores de Bayamo, Yara, Guisa y otros municipios granmenses se quejan de la falta de productos lácteos para paliar la crítica situación, y se burlan del surtido de Peyis que, a base de harina de arroz y “con sabor a gouda”, ofrece GRANLAC como alternativa.
Otro ejemplo del deterioro creciente de la empresa estatal socialista en la provincia Granma es el de la fábrica de almohadillas sanitarias Mathisa, en Bayamo, obligada, por la falta de materia prima, a buscar variantes para “mantener la vitalidad de sus producciones”, según dijera a medios oficiales Daysi Blanco Paz, analista de producción en esa entidad estatal.
Una trabajadora de la línea de producción de Mathisa que dijo nombrarse Aniosca aseguró a CubaNet que “todo es una gran mentira ya que hace alrededor de un mes el nuevo surtido es de bolsitas con 8, 12 y 20 pitos (silbatos), además de sogas y vasijas de barro, productos que poco o nada tienen que ver con el cuidado y la higiene personal de las féminas.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.