LA HABANA, Cuba.- Desde la prisión del Kilómetro 8, en la provincia de Camagüey, el manifestante del 11 de julio Ramón Enrique Montero Meriño denuncia las amenazas, maltratos y represión de que ha sido objeto desde su encarcelamiento luego de las protestas que tuvieron lugar en el país en esa fecha.
Montero Meriño relata que fue arrestado violentamente mientras participaba en la manifestación pacífica, la cual, según describe, fue reprimida violentamente por agentes de policía y de civil, además de las Tropas Especiales. Subraya que los miembros del aparato represivo agredieron a los manifestantes a pedradas y golpes, incluso con perros. Él mismo fue golpeado y empujado al momento de ser detenido.
Inmediatamente fue conducido al Técnico de Camagüey, donde lo mantuvieron cautivo durante 15 días antes de trasladarlo para la cárcel de Kilo 8. Destaca que en esas dos prisiones ha sufrido varios métodos represivos como abusos, amenazas, constantes requisas, etcétera. Precisamente como resultado de una requisa le confiscaron una canción que había escrito sobre el 11 de julio, y como castigo le quitaron el derecho a hablar por teléfono con su familia durante un mes.
Ramón Enrique Montero Meriño revela además que en varias ocasiones lo han amenazado con “vestirlo de anaranjado” (el naranja es el color del uniforme que usan los condenados a cadena perpetua), así como de encerrarlo en régimen especial (donde se encuentran los reclusos más peligrosos) al menor incidente.
Uno de los autores de estas amenazas es el segundo jefe de unidad, un oficial conocido como Leonardo, quien además le ha manifestado que ellos (las autoridades penitenciarias) disponen de métodos para doblegar a gente como él. Asimismo, el jefe de la prisión, un oficial que se hace llamar Sierra, le aseguró: “Desde que llegaste, me pintas anaranjado”, mientras le señalaba un uniforme de cadena perpetua. Otro de los métodos represivos aplicados en su contra fue posponer la visita familiar, del lunes 22 de noviembre, cuando estaba programada, para el jueves 25, aparentemente con el objetivo de impedirle relacionarse con otros presos.
Montero Meriño tiene de 40 años. Es padre de dos niños y una niña, y se gana la vida como reparador de fosforeras por cuenta propia. Según refiere, pretenden condenarlo a 10 años de cárcel por los supuestos delitos de atentado y desorden público. Destaca que durante los interrogatorios los agentes le mostraron un video manipulado, en el cual aparecía él arrojando piedras, pero no se veía a los represores que apedreaban a la multitud.
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