GUANTÁNAMO, Cuba. – El lunes 1ro de febrero CubaNet tuvo acceso a una fuente dentro de la Dirección Provincial de Salud Pública que informó sobre movimiento de especialistas y epidemiólogos en la Prisión Provincial de Guantánamo.
La semana pasada, a petición de las autoridades del penal, varios especialistas del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología fueron y realizaron pruebas para verificar si había reclusos contagiados con el SARS-CoV-2.
Aunque la fuente no pudo informar sobre la cantidad de pruebas efectuadas, CubaNet confirmó, por mediación de otra persona que labora en el Centro Provincial de Higiene y Epidemiología, que se hicieron numerosos tests.
En ambos casos, las fuentes solicitaron el anonimato por temor a represalias de sus respectivas instituciones.
Este martes, por referencia de la madre de un recluso, supimos que, al parecer, algunas de esas pruebas ofrecieron un resultado positivo, pues varios internos fueron trasladados para iniciar un régimen de aislamiento en “Villa Toa”, centro recreativo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias ubicado en el extremo oeste de la ciudad.
Esta información coincide con lo revelado a este corresponsal por el periodista Tomás Cardoso, del Servicio Informativo de Radio Televisión Martí, quien, en horas de la mañana de este martes, en conversación telefónica, y luego en el programa Cuba al día, mencionó que por referencia de la madre de otro interno había conocido que una veintena de sancionados se hallaban confinados en ese lugar.
Lo significativo del caso es la ausencia de información por parte de las autoridades, lo cual facilita la expansión del rumor.
El pasado 26 de enero, CubaNet publicó el artículo titulado Covid-19 en Guantánamo: ¿A quién culpar por los muertos?, donde informamos sobre el fallecimiento de la doctora Kenia Rojas, radióloga del Hospital General Provincial Agostinho Neto, a causa de la COVID-19, algo que no fue dicho en el parte habitual que ofreció el Dr. Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).
Al día siguiente, el Dr. Durán García informó que en otra provincia había fallecido el primer galeno a causa de la enfermedad. No fue hasta el 28 de enero -dos días después de haberse publicado nuestro artículo- que el facultativo confirmó que en Guantánamo había fallecido la doctora Kenia Rojas a causa de la enfermedad y rectificó el error cometido, aunque, por supuesto, no reconoció la primicia de CubaNet.
Dos médicos dijeron con mucho temor a este corresponsal que se estaban llevando dos registros de la enfermedad. En uno se controlan las estadísticas reales y en el otro las que se informan. Por eso no sorprendería que fuera cierto que varios reclusos han sido contagiados por la COVID-19 y las autoridades cubanas lo estén ocultando, pues ello significaría que una prisión cubana ha estado entre las pocas en el mundo que han resultado contagiadas con la pandemia.
Las medidas contra la COVID-19 en la Prisión Provincial de Guantánamo y la situación higiénica.
Hasta septiembre del 2020 –fecha en que este periodista salió de esa prisión tras haber sido sancionado ilegalmente a un año de privación de libertad- las visitas de los familiares de los reclusos estaban suspendidas.
La medida se ha prolongado debido al empeoramiento de la situación epidemiológica en la provincia, con el consiguiente malestar de los reclusos.
Los militares del Ministerio del Interior (MININT) así como el personal de los servicios médicos, educacionales y el de otras áreas van a trabajar y regresan todos los días a sus casas sin que se les realicen pruebas de control. Al menos así era hasta septiembre del 2020.
Si hoy se está ocultando un suceso de tanta trascendencia política y social como ese, cuyas consecuencias pueden resultar sumamente graves para la población penal, se debe a que los únicos responsables de lo ocurrido son los jefes del MININT de la provincia.
No es ocioso expresar que debido a la situación higiénica de la prisión provincial la situación puede convertirse en algo realmente grave.
Durante todo el año que estuve en la Prisión Provincial de Guantánamo la limpieza fue deficiente. La turbina para bombear agua se rompía y su arreglo duraba días, lapso en el que los destacamentos carecían de agua. Los cubículos -estrechos, mal ventilados y donde había hacinamiento- solo se baldeaban una vez a la semana. Los demás días la limpieza consistían en barrer un poco y pasar la colcha de trapear humedecida con agua, si el cubículo tenía colcha y trapeador, objetos que debían ser garantizados por los reclusos, pues el MININT no entregaba nada con ese objetivo.
Durante ese año las bandejas de aluminio donde los reclusos recibíamos los alimentos jamás fueron fregadas con detergente. Después de haber sido usadas, los encargados de limpiarlas les pasaban una soga humedecida con agua y volvían a colocarlas una encima de otras para que fueran usadas en el próximo refrigerio.
El agua para tomar era de pésima calidad y la limpieza del recipiente donde se almacenaba, deficiente. En dos ocasiones el recluso encargado de hacerlo fue sorprendido mientras lo hacía con la misma colcha usada para trapear el comedor.
Si esa situación se mantiene el SARS-COV-2 tiene allí condiciones muy favorables para su proliferación.
Ojalá que la prensa “objetiva y revolucionaria” sea llamada por el Comité Provincial del Partido para aclarar este rumor que alarma a quienes tienen un familiar sancionado. Porque estoy seguro de que ningún colega oficialista va a abordar este asunto sin antes ser autorizado por el partido. ¡Y luego dicen que los periodistas independientes somos mercenarios cuando somos los primeros en informar al pueblo!
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.