LA HABANA, Cuba, abril, 173.203.82.38 -La prensa oficial cubana desplegó una intensa campaña dirigida a culpar a la Casa Blanca de vetar la asistencia de Cuba a la VI Cumbre de las Américas. Así, ha ocultado al pueblo cubano las verdaderas razones por las que el gobierno de La Habana no pudo ocupar una silla en el cónclave de Cartagena.
La razón fundamental es que el gobierno cubano no cumple los postulados de la Carta Democrática Interamericana, aprobada en sesión especial de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el 11 de septiembre de 2001, en Lima, Perú. Esa y no otra es la razón por la que no se alcanzó consenso entre las naciones para que Cuba fuera invitada a la VI Cumbre.
Ninguno de los artículos publicados en la prensa oficial, los días 28 de enero, 10 de marzo, 9 de abril y la reflexión de Fidel Castro aparecida también el 9 de abril, se refirió a que en la reunión de la OEA, en San Pedro Sula, Honduras, en junio de 2009, los 34 estados miembros aprobaron la reincorporación de Cuba al sistema interamericano.
Pero los asistentes al cónclave de San Pedro Sula se quedaron impávidos al escuchar la respuesta del gobierno cubano ante el acuerdo tomado, cuando la emprendió contra a la OEA, dejando claro que no volvería jamás a ser miembro de la misma porque, según aseguró, este organismo regional “no ha dejado de ser un instrumento que responde dócilmente al gobierno norteamericano en sus afanes intervencionistas y de saqueo de las riqueza de América Latina y el Caribe.”
Los que realmente ocurre es que de aceptar su reingreso a la OEA, el gobierno cubano estaría obligado a poner en práctica los postulados de la Carta Democrática Interamericana, que reconoce el pleno ejercicio del multipartidismo y la libertad económica, regulados por la vigencia de un real Estado de Derecho.
Para ocultar esto, el desprestigiado gobierno cubano recurre, como de costumbre, a argumentos plagados de mentiras, manipulación y ocultamiento de la verdad.
Sin pudor alguno, la prensa oficial se apea con la filípica de que las Cumbres de las Américas nada tienen que ver institucionalmente con la OEA, que no son una instancia de este organismo regional, que sus vínculos son meramente burocráticos, para afirmar que la exclusión del gobierno cubano de este foro regional es injusta y no guarda relación con su negativa de entrar nuevamente a la OEA.
Pero la maniobra de boicotear la VI Cumbre, con la pretendida acción concertada de los países integrantes del ALBA en la octava reunión extraordinaria del Consejo Político celebrada en La Habana el 15 de febrero, de no asistir a este evento si Cuba no era invitada, fracasó estrepitosamente. Todo quedó en pura retórica y las acostumbradas críticas al embargo norteamericano. Con la excepción del histriónico presidente de Ecuador, todos los demás jefes de Gobierno del ALBA concurrieron a la Cumbre.
Los gobiernos latinoamericanos decidieron por consenso excluir a Cuba, pero las declaraciones que posteriormente han hecho demuestran su hipocresía y el doble rasero que aplican, porque de hecho legitiman al gobierno antidemocrático y enemigo de las libertades que es el régimen cubano.
Sólo Estados Unidos, Canadá y Costa Rica tuvieron la decencia de reafirmar claramente que Cuba no podía estar en la reunión porque no cumplía con la Carta Democrática de la OEA. Porque al no ser una democracia, el gobierno cubano no pintaría nada en un cónclave exclusivo de países democráticos.