MIAMI, Estados Unidos.- Javier Sotomayor, el recordista mundial de salto de altura cubano, se deshizo en elogios y agradecimientos al fallecido dictador Fidel Castro por el apoyo que este le brindó cuando estuvo involucrado en el caso de doping durante los Juegos Panamericanos de Winnipeg-1999.
“Agradezco que el Comandante Fidel haya confiado en mi palabra”, dijo el exatleta como invitado al programa ‘Con 2 que se quieran’, que conduce Amaury Pérez.
“La posibilidad de saltar en Sídney se la debo a Fidel”, dijo el campeón olímpico de Barcelona-1992 y multimonarca universal. Al referirse a la controversial ocasión, Sotomayor aseguró que todo se trató de una confabulación. “No sé de dónde salió lo del doping. No sé decirte”.
Sotomayor ganó la medalla de oro, pero en la prueba de doping dio positivo a cocaína. “La verdad es que se hace una prueba y eso tiene una cadena que es igual para todos. Mi abogado y yo demostramos todas las incongruencias que hubo con la muestra mía. Uno orina y se toma una prueba A y una B, y además declara todo lo que el atleta ha tomado. Ese papel tiene tres copias y el protagonista se queda con una”, dijo a Amaury en televisión nacional cubana.
“El papel mío llegó con el nombre salto de altura positivo, algo que no debió ser así, porque eso se trata con un número. Todo es a través de un número, y de ser positiva la muestra, se busca el número para llegar al nombre del atleta”.
Así mismo, el exatleta cubano dijo que tampoco se tomaron las mejores decisiones en ese momento. “El fallo mayor fue cuando en la prueba B, el doctor Álvarez Cambras, que no tenía experiencia en eso, Mario Granda, director de medicina deportiva, y el cónsul que nos atendió en aquel momento, fueron los que me representaron ante ese intento B, y dio negativo. Pero dijeron que había faltado un reactivo, por lo que debía repetirse. Ese fue un error, porque aceptaron hacer una prueba C con el mismo orine, algo que no existe, y entonces nos dijeron que debíamos esperar porque era horario de almuerzo”.
“Imaginen en cuatro horas podía aparecer cualquier cosa. Nosotros demostramos que todo estuvo mal. Creo que por esa razón me dejaron saltar un año después en Sídney. La IAAF confió en mi inocencia, pero no del todo, porque nunca me dieron la medalla, la medalla no me la devolvieron”.
Para Sotomayor todo era pura manipulación. “La medalla moral es la que yo llevo. Confiaron en mí mis amigos, mi familia y Fidel”, refirió el campeón olímpico, quien tiene el récord del mundo con 2.45 metros al aire y 2.43 bajo techo.