LA HABANA, Cuba.- “Proyecto a un Monumento Imposible” es la nueva obra de Luis Manuel Otero Alcántara, quien ha tomado las redes sociales como escenario para expresarse.
Los performances y la obra confrontacional de Otero Alcántara lo han llevado a tener un acoso casi permanente sobre su persona de la Seguridad del Estado y las instituciones culturales gubernamentales. La Bienal 00# en La Habana, liderada por este artista, ha sido uno de los eventos que han servido de pretexto para amenazarlo. Su obra ha transitado desde la escultura y a lo digital como espacio expositivo por falta del “cubo blanco”, como llaman algunos a las galerías.
Como parte de la acción performática que acompaña a “Proyecto a un Monumento Imposible” habrá, “desde la iniciativa popular”, tal como apunta Yanelys Núñez en calidad de curadora, “una colecta pública tanto de dinero como de objetos de bronce”, para poder construir “el monumento a los líderes que por voluntad propia deciden no tener estatuas”.
“No será una institución”, explica Núñez, “sino una decisión popular de erigir un monumento a quienes el pueblo considera que debieran tener un espacio público”, y Holguín será la sede porque “es cuna de insignes patriotas”, agrega el artista.
Es un juego irónico que involucra la creatividad de las autoridades y del público a la hora de ponerle nombre a la escultura aun cuando sea evidente su identidad.
Sobre lo que Luis Manuel, insiste, “eso puede ser cualquiera, puro realismo socialista, ¿quién es ese?”, y él mismo se responde: “Cualquiera”.
La idea para “Proyecto a un Monumento Imposible” surgió de una escultura itinerante que comenzaría en Hong Kong, pasaría por varias ciudades hasta llegar a La Habana, y según el artista es una obra para hablar de “la censura dentro de la isla, de cómo no podemos ni halagar”.
Otero Alcántara confiesa que aunque no sabe cuándo este proyecto se concretará, “Proyecto a un Monumento Imposible” es un paso más en su evolución dentro de la escultura que incomoda por el concepto que trae detrás.
“Los héroes, por ejemplo, que son un homenaje a los veteranos de la guerra de Angola, por eso tienen una onda medio africana y están mutilados”, se refiere a una zona de su obra poco difundida, “se llama ‘Los héroes no pesan’”. La necesidad de la intervención pública le “entró a partir de la escultura también” y finalmente la digitalidad como único espacio de existencia de algunos proyectos imposibles de concretar, según el mismo artista, “como los inyectores que solo existieron en los correos electrónicos y en la polémica en las redes”.
El nuevo proyecto que acaba de lanzar a las redes pudiera ser controversial en muchas direcciones, pero de lo que está seguro el artista es que a quienes le causará menos gracia es a “los represores” gubernamentales quienes que le advirtieron que debía limitar su creación.
“Para sentirme censurado realmente”, termina diciendo Otero Alcántara, “tienen que cerrarme Facebook o prohibirme hablar con la gente, por eso yo sigo con mi película en esa grieta, entre las paredes del espacio físico, que han creado las redes sociales”.