MIAMI, Estados Unidos.- La violación y asesinato de una joven de 18 años en la ciudad de Cienfuegos el pasado 26 de septiembre ha sido relatada en la prensa oficialista cubana.
El padre de Leidy Maura Pacheco Mur, la víctima del horrendo crimen, contó los hechos al periódico local 5 de Septiembre. Desgarrado por el dolor, detalla que fueron tres los agresores de su hija.
Pacheco Mur “fue ese día a la empresa de Comercio interesada en un curso, después visitó a unas amistades en Reina, almorzó luego junto a su esposo y tomó finalmente el ómnibus de la ruta 3. Se quedó en la última parada y de allí subió a una camioneta que la dejó cerca de casa, en el asentamiento conocido como Junco Viejo. A las 2:56 p.m. le timbró al esposo para decirle que había llegado, porque desde donde estaba, a poco más de una cuadra, veía su hogar, pero en realidad nunca llegó”, relató el padre de la víctima.
La joven fue violada, asesinada y enterrada en un lugar cercano.
“La atacaron por detrás, le taparon la boca y perdió. La llevaron al Plan Mango y la sentaron sobre un tronco, luego fueron a unos pozos cercanos y en un caballo, casi desmayada, la trasladaron hacia una pequeña presa. Ahí la mataron y la enterraron, a la orilla de la presita”, cuenta el padre.
“La buscamos durante seis días consecutivos y hasta uno de los criminales simuló buscarla con nosotros”, refiere. Tras encontrar el cadáver, “la llevaron al cementerio Tomás Acea, donde existe un local de Medicina Legal para este tipo de casos”.
El padre relató además cómo identificaron a los sospechosos: “En compañía del investigador, unos pobladores del callejón me comentaron que la habían saludado minutos antes del secuestro. Más adelante, otro recordó haber visto a esa misma hora a un vecino con antecedentes de violación. Al instante lo vinculamos con un sujeto con el que siempre andaba. Ambos fueron nombrados sospechosos”.
El artículo no identifica a los presuntos agresores ni en dónde se encuentran detenidos. No obstante, recuerda que el Código Penal cubano, en su Artículo 263, sanciona con privación de libertad de quince a treinta años, o con la pena capital, al que mate a otro “al obrar por impulsos sádicos o de brutal perversidad”.
La prensa en Cuba es propiedad del Estado y normalmente no se hace eco de estos hechos de violencia. No obstante, organizaciones y periodistas independientes sí reportan este tipo de sucesos.
Asimismo, otras entidades no gubernamentales han denunciado reiteradamente la violencia de género que existe en la isla, algo que tampoco es reflejado en los medios informativos.