BAYAMO, Cuba.- El pasado lunes fue macheteado repetidas veces el bayamés de 42 años Ismael Ramos Aguilar. Su agresor, Emiliano Cabrera Ávalos, lo presumía culpable de un robo a su padre y decidió tomar la justicia por sus propias manos. Ismael falleció por las heridas la mañana siguiente.
Según un vecino que presenció los hechos pero negó ser identificado, no queriendo problemas con los familiares del victimario o represalias por parte de las autoridades, “como a las siete, se sintieron los gritos del muchacho (Ismael), que salió ensangrentado de la casa. A sus espaldas, Emiliano empuñaba amenazadoramente el machete, con el que le había dado innumerables cortes”.
La desafortunada historia comienza el pasado viernes 26, cuando dos individuos robaron al descuido una bicicleta de un anciano llamado Elusipio Cabrera, residente en el número 9 de calle 19, reparto bayamés de Siboney, lugar donde fue macheteado Ismael, refiere el mismo vecino. “A Emiliano, uno de los tres hijos de Elusipio, le habían dicho que Ismael había sido visto con la bicicleta robada, por eso el lunes pasado le localizó y alrededor de las 6:00 p.m. le trajo a su casa. Ismael, sin descubrir sus intenciones, le acompañó”.
Luego del ataque con machete, “como media hora más tarde llegaron los policías”, continúa, “y ante la disyuntiva de detener al agresor o auxiliar al herido, perdieron un valioso tiempo que pudo haber repercutido en la salvación de Ismael, que sangraba sin detenerse.
“Quedó ahí recostado de la pared, casi muerto”, cuenta una vecina que solo se identificó como Juana, mientras señalaba la vivienda. Para la mujer, los agentes se demoraron demasiado en llevárselo. “Haya robado o no (Ismael), es un ser humano y tiene derecho al auxilio inmediato”.
“Cuando (los policías) se decidieron a trasladarlo al hospital, primero se pusieron a quitarle el asiento trasero a la patrulla (número 541), para evitar que se manchara de sangre y luego fue que lo montaron para socorrerlo”, dijo el vecino que antes negó ser identificado.
Ismael llegó vivo al Hospital Provincial Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, pero falleció en cuidados intensivos a las 10:30 a.m. del martes, a causa de las heridas y la pérdida de sangre. “A las cinco de la tarde trajeron el cadáver e hicimos su funeral en mi casa”, declaró su tía, Nancy Aguilar, quien vive el número 166, de calle 44, entre 21 y José A. Echeverría, Ciro Redondo.
“Ya nadie se faja a los piñazos. Si en Cuba no estuvieran prohibidas las armas de fuego esto fuera un Oeste; hagas o no hagas, te pueden ajustar las cuentas”, comentó una de las asistentes al funeral. Ismael fue sepultado la tarde del miércoles.