GUANTÁNAMO, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -Hoy, 14 de marzo, se cumplen 122 años de la publicación del primer ejemplar del periódico Patria, fundado por José Martí. Tomando como referencia esta fecha, la gubernamental Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) celebra todos los años una jornada de prensa. De más está decir que en dichas jornadas jamás existe una prueba palpable de que la organización se ha decidido a realizar un periodismo realmente revolucionario, a la altura del pensamiento martiano y de las necesidades del pueblo cubano.
Aclaro que cuando uso el término “revolucionario” lo hago con toda intención para identificar a un periodismo objetivo, basado en la investigación exhaustiva de los hechos y sus causas, capaz de ofrecer análisis sinceros de nuestra realidad, de informar al pueblo sobre todo lo que ocurre en Cuba y el mundo y desprovisto de toda injerencia partidista. No debemos temer al uso de un término secuestrado por el gobierno castrista. Obviamente, ése no es el periodismo que realizan los medios oficialistas cubanos sino el que- por paradójico que parezca-, están realizando en muy difíciles condiciones los periodistas independientes de nuestro país.
Acusados de asalariados del imperio, agentes de la CIA, de ser personas que no saben escribir y un montón de cosas más, los periodistas independientes han logrado que otra visión de Cuba se haya ido abriendo paso en diferentes medios alternativos. Cierto es que el lector no acostumbrado a la diversidad de opiniones puede confundirse cuando se encuentra en la red con un mismo hecho analizado desde posiciones que van desde la derecha más rancia al extremismo de una izquierda estacionada en la víspera del asalto al Palacio de Invierno, pero ello, en vez de verse como un defecto, es más bien una virtud, porque de tal diversidad nace la apreciación objetiva de un suceso o la posición equilibrada ante una idea, algo que no surge ante la lectura de la prensa oficialista cubana.
Por más que el propio Raúl Castro haya reiterado que el país necesita una prensa que deje atrás el triunfalismo y se adentre en el análisis acucioso de nuestros problemas, los periodistas oficiales continúan eludiendo el sufrir cotidiano del pueblo y como polluelos disciplinados permanecen a la espera de que el departamento ideológico del partido único coloque en sus picos el plan de trabajo del mes, lo cual los revela como dóciles asalariados del pensamiento oficial- usando una frase del Ché- y negadores de lo que debe ser el periodismo.
Duele que se tomen al periódico Patria y la figura de José Martí como referencias para celebrar esta nueva jornada de la prensa. Quien haya leído a nuestro Apóstol sabe que la concepción que él tenía del periodismo no guarda relación alguna con lo que hace la prensa oficial.
Martí escribió: “Bella prensa la que expresa las necesidades de todo un pueblo vejado y oprimido” (tomo 6, p.245 de las Obras Completas) y los periodistas oficiales jamás hablan de esas necesidades. También dijo: “La prensa ha de ser el examen y la censura, nunca el odio ni la ira que no dejan espacio a la libre emisión de las ideas” (tomo 6, p.214. O.C.); y la prensa oficialista no permite la libre emisión de las ideas y se usa para manipular y azuzar a unos cubanos contra otros, para denigrar a quienes de forma pacífica luchan por sus ideales, en lugar de ir a un cine a colocar una bomba y matar inocentes, como hicieron muchos de esos hombres que cotidianamente esa prensa oficialista nos presenta como héroes.
A 122 años de la publicación del primer ejemplar del periódico Patria, en Cuba sigue faltando una ley de prensa que proteja el ejercicio de la libre expresión del pensamiento; se impone de forma arbitraria un periodismo pedestre, supeditado al poder que se auto titula revolucionario pero que en realidad es conservador, egoísta y anti martiano. Hoy por hoy, la prensa verdaderamente martiana la están haciendo quienes toman partido por los genuinos intereses del pueblo.
Vituperados, detenidos arbitrariamente, golpeados, encarcelados o conminados a salir del país, los periodistas independientes son calificados como enemigos del pueblo por el gobierno. En realidad ellos, junto con los que luchan por una patria mejor, son los verdaderos revolucionarios de estos tiempos.