LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -Las familias de los cinco espías de la dictadura, presos en Estados Unidos desde 1998, son presentadas a los niños cubanos entre las cinco más ilustres de la nación. Lo anterior se lee en la libreta de clases de un alumno de quinto grado de primaria, y prueba la intensa ideologización a la que es sometida la infancia cubana, ante lo cual, organismos de Naciones Unidas encargados del tema (UNICEF y UNESCO) hacen la vista gorda.
En la libreta de la asignatura Cívica, de un niño de quinto grado, estudiante de la Escuela Primaria Chiqui Hernández, las mencionadas familias aparecen entre las más distinguidas de la historia del país, junto a otras cuatro, la de los hermanos Saiz Montes de Oca, País García, Maceo Grajales, y Martí Pérez.
La escuela Chiqui Hernández se encuentra en el municipio Plaza de la Revolución, en la capital del país, frente al Instituto Superior de Relaciones Internacionales, y la nota fue tomada durante la segunda semana de diciembre, previa a la evaluación de fin de año, que enfrentan los educandos antes de las vacaciones de invierno.
El de “Los cinco héroes” es un calificativo eufemístico, convertido en campaña permanente de comunicación gubernamental. Describe a cinco agentes miembros de una red de espías (Avispa), convictos, confesos y presos en los Estados Unidos desde 1998. Por su actividad de espionaje fueron condenados a largas penas de prisión.
Entre tales condenas está la de dos cadenas perpetuas contra uno de ellos, Gerardo Hernández, por conspiración para asesinar, en el caso del derribo, en aguas internacionales, de dos avionetas civiles de la organización humanitaria Hermanos al Rescate, que ocasionó la muerte de cuatro civiles.
En la lista de familias ilustres, además de la del poeta y político José Martí Pérez, y la del político y militar Antonio Maceo Grajales, considerados padres fundadores de la nación cubana, aparecen familias de terroristas como los Hermanos País García (Frank y Josué), y la Saiz Montes de Oca (Sergio y Luis), ambos miembros del movimiento extremista 26 de julio, y muertos de manera violenta durante la guerra civil de la década del cincuenta, del siglo XX, que instauró en el poder a la actual dictadura de la familia Castro.
Es de notar que en el listado de familias ilustres cubanas que se enseña a los niños en las escuelas públicas, no aparezcan las de artistas como García Caturla, o la Romeu, con importante influencia en la música cubana, desde el siglo XIX y hasta estos días. Se desechan igualmente las familias de reconocidos científicos como Finlay Barres, descubridor del mosquito Aedes Aegypti como trasmisor de enfermedades, y por el cual, el 3 de diciembre es el día hemisférico de la medicina.
Olvida la lista de linajes insulares hecha por la Ministro de Educación, Ena Elsa Velázquez, la de eclesiásticos como Varela y Morales, que forjó la personalidad del Padre Varela, reconocido forjador de la nación cubana. O la del intelectual Bachiller y Morales, que dio luz al Padre de la Bibliografía Cubana, Antonio Bachiller, y hasta las de destacados comunistas como los nacidos en la cuna de la familia Marinello Vidaurreta (Juan y Zoilo).
Asimismo, deja de lado las estirpes de destacados empresarios como los Blanco Herrera o los Bacardí Cape, estos últimos sobresalientes promotores culturales y políticos, que dejaron en la ciudad de Santiago de Cuba tanto el museo que lleva su nombre, Bacardí, como la más importante biblioteca pública de la ciudad (Elvira Cape).
De cara al Día Nacional del Maestro, el próximo 22 de diciembre, el plan de enseñanza de la asignatura Cívica también podría recordar a la familia de los Varona Pera, que dio hogar al gran pedagogo Enrique José Varona, padre del positivismo insular, y dejar de concentrarse en políticos, militares, terroristas y espías.