LA HABANA, Cuba, noviembre de 2013, www.cubanet.org. – Noche de sábado, fin de semana en la oscura y casi medieval Habana. Los capitalinos se disputaban los tramos de muro en el Malecón.
En la zona frente al Hotel Nacional, un pequeño grupo de extranjeros disfrutaba de la melodía tocada por unos músicos ambulantes. Los “yumas” les soltaron a los intérpretes algunos CUC. Se propició una pausa. Aproveché para dialogar con el cantante. Le dije que soy periodista de Cubanet. Casi me corta la conversación. Me pidió no decir su nombre. Y me aclaró:
“No me compliques, aquí con suerte logro ganar para comer y hasta pagar el alquiler”. No te preocupes, le dije. Y le comenté:
En estos días la prensa norteamericana destaca el Premio a la Excelencia, –Grammy, por la obra de toda la vida– a Juan Formell. No parecía enterado. Le pregunte si en el Malecón le piden canciones de los Van Van: “Chico, piden que les cantemos temas de Romeo Santos, Aventura, Rudy La Escala, Roberto Carlos, Willy Chirino o Marc Anthony”.
Uno de los guitarristas entro en la conversación: “Los Van Van son un clásico de la música cubana pero para verlos en vivo, hay que pagar un “tongonal” de CUC en la Casa de la Música de Galiano y San Rafael”. “Yo tengo más de cuarenta y mi generación creció bailando con Formell y “Pupy” Pedroso, pero los muchachos de ahora, están en otra onda”.
La “otra onda” a la que se refiere el músico, se hace sentir en los clubs estatales o en los privados que están surgiendo. En el Club Miramar se reúne una especie de “Jet Set” emergente, amante del sonido electrónico europeo y el modelo de fiesta estilo Ibiza.
Cerveza por medio, intenté el diálogo con un pequeño grupo de casi-adolescentes. Pregunte por el tema Formell y su Grammy. Uno de los chicos vio la noticia en Internet y la copió para que la leyeran sus padres:” Van Van es de la época en que se bailaba el casino y en parejas. Con todo esto del reagetton y la tecno- house, Formell suena mejor para mis padres y no para mí”. “Ahora el hombre y la mujer bailan separados, ella ve lo que él “tiene puesto” y el ve lo linda y buena que está ella. No hace falta tanto intercambio para que los dos sepan lo que van a lograr el uno del otro”.
Una amiga conocedora de los mecanismos comerciales que mueven a la música cubana fuera de la isla me explicó otras aristas del asunto: ” Juan Formell, es una especie de elegido por el mainstream que rige dentro de la comunidad latina en EUA”. “La timba dura cubana de los noventas, se estrelló contra el muro puertorriqueño de la “salsa de salón” y la respuesta de los amos del mercado, en 1998, fue enfocarse en la vieja escuela de la música cubana”. “Van Van funciona comercialmente, porque no agrede sonoramente al bailador, sino que lo lleva de la mano”.
“Es cierto que el sonido y estructura vocal e instrumental de la orquesta responde a un canon que definió a este tipo de bandas en los setenta u ochenta”. “Del mismo modo que el impacto de Irakere, fue el resultado de una coyuntura política y socio-cultural específica, Van Van responde a otra semejante en la actualidad”. “Yo no diría que Formell es un cronista de la realidad cubana, simplemente es un músico con su orquesta que te hace bailar y te da una visión pintoresca de esa realidad”. “Eso es lo que le piden los patrocinadores del mercado para el cual hace su música, nada de complicaciones estilísticas o crítica social de fondo”.
El Grammy latino premiara a Formell, por su habilidad para mantenerse a flote. Por ser comercialmente rentable, viniendo de un país donde la ideología rige el naufragio de la cultura.