GUANTÁNAMO, Cuba, septiembre, www.cubanet.org – Fuerzas de la policía irrumpieron el 3 de agosto en la casa de Evergito Vicente Calderín, situada en la calle 17 Sur No. 1294, entre 6 y 7 Oeste, Guantánamo, y sorprendieron, in fraganti, en el patio, a varios ciudadanos que envasaban cervezas con la misma tapa y etiqueta que la cerveza La Latina, o sea la fábrica estatal de la espumosa bebida de la ciudad.
El periódico Venceremos, el pasado viernes 30 de agosto, decía que la ocupada fábrica clandestina la dirigía Roberto Matos Santos, y que las materias primas procedían de la fábrica estatal. Aunque el director de esta fábrica del gobierno, Ángel Luis Fernández Torres, lo negó.
Además de tapas y etiquetas para las botellas, fueron ocupados numerosos objetos procedentes de la fábrica estatal, al parecer, obtenidos gracias “a la colaboración” de dos trabajadores cuyos nombres no mencionó Venceremos.
Según Venceremos, el conductor del jeep Willy particular, con matrícula NDC 743 — tampoco se menciona el nombre–, fue sorprendido por la policía cuando transportaba diez cajas de cervezas a una carpa en el reparto Caribe de Guantánamo, siendo detenido el cantinero de dicho establecimiento, David Esteban Aguilar, quien reconoció que había adquirido las cervezas a cinco pesos para revenderlas a diez. Todos los implicados en el caso están procesados por un delito de Actividad Económica Ilícita, previsto en el art. 228 del Código Penal.
En Cuba los precios de la cerveza están por los cielos. Una caja de cervezas Latina o Hatuey, a diez pesos la botella, costaría $240.00, el 48 por ciento del salario de un trabajador medio.
La cerveza Latina de Guantánamo, rara vez tiene buena calidad y cuando eso ocurre es porque no han transcurrido setenta y dos horas de ser envasada. Más allá se torna avinagrada y causa desórdenes estomacales y diarreas, aunque desconozco si la causante de estos malestares es la producida en la fábrica o la adulterada; si es esta última, hay que concluir que su presencia en la calle ha sido abundante
Desde hace varios años esa “Latina”, de baja calidad es la que se oferta en Guantánamo, y es la única opción para quienes no pueden tomarse una Mayabe o una Cacique y ni hablar de una Cristal, una Bucanero o una cerveza importada.
Las Mayabe y Cacique son dos buenas cervezas producidas por la fábrica Bucanero S.A. de Holguín, que se venden en $18.00 y $20.00 CUP respectivamente. Comprar una caja de cervezas Mayabe representa el 86.4 por ciento del salario de cualquiera y una de cerveza Cacique el 96, lo que confirma la extraordinaria inflación de los precios de la cerveza.
Este inflar los precios, lo usan los dirigentes cubanos para hacer solventes a sus empresas, pero distorsiona las vías para alcanzar la eficiencia económica, máxime cuando el costo de producción de una buena cerveza no supera los veinte centavos.
La adulteración de bebidas en Cuba no es algo nuevo, el ron Havana Club y las cervezas Bucanero y Cristal han sido adulterados, lo que atenta contra la confiabilidad del producto y la salud de los consumidores.
Algunos gastronómicos con quienes hablé, me respondieron que “trapichear”, era la única posibilidad que tenían de buscarse unos pesos, pues con $270.00 no se puede vivir en un país donde ropa, calzado, alimentos y hasta medicinas se las venden al pueblo en CUC cuando ellos cobran en pesos cubanos.
Con estos palos, quien duerme. No deja de ser preocupante por lo que pudiera ocurrir. Ahí está el envenenamiento masivo ocurrido recientemente con alcohol metílico en La Habana.
Cuba es un país azotado por altas temperaturas casi todo el año. Y Guantánamo es su provincia mas caliente. En el aeropuerto guantanamero se han registrado temperaturas de 38.6 grados. Pero la refrescante cerveza se vende en la oriental ciudad a precios exorbitantes.
Extender la producción de cerveza al sector privado sería una buena opción para propiciar la competencia y el surgimiento de precios acordes con el costo de producción y el poder adquisitivo de la población.
En muchos países, la cerveza producida por los pequeños productores gana cada vez más prestigio y presencia en el mercado. Ahí tienen las autoridades cubanas otro ejemplo de eficiencia y libertad económica. Ojalá que le dieran al sector privado la oportunidad de imitarlo.