CARACAS, Venezuela.- A los venezolanos les gusta ir a votar. Antes del amanecer ya estaban en las calles, esperando a que abrieran los puestos de votación para escoger este domingo entre 799 candidatos que ocuparán los 167 escaños que integran la Asamblea Nacional. En los barrios chavistas, el llamado a votar se hizo con el acostumbrado toque de diana. Otros sectores de la capital despertaron con los trinos de los pájaros, el pito de un carro que celebraba de antemano o el ring del reloj despertador.
Tanto la oposición como el oficialismo han convocado a votar desde temprano, pero por estrategia, la gente ha salido “graneadita”. Paola Benítez, una bíoanalista de 33 años, tomó el metro para llegar a la Escuela Experimental La Candelaria. Prefería salir temprano ante lo que pudiera suceder más tarde. Mientras la fila avanzaba, se escuchaban comentarios invitando a marcar la opción opositora “vota abajo, a la izquierda, la de la manito”, o por el chavismo, “El que no vote por Maduro, no come el año entrante, chico”.
Un sargento y dos guardias custodiaban la entrada al centro, que permitía el ingreso de veinte en veinte para que no se acumularan filas adentro. “Que den acceso a los de tercera edad”, se escuchaba por el radioteléfono del sargento Lozada. “Entendido, mi capitán”. También daban paso prioritario a los discapacitados y hasta a una señora que debía abordar un avión rumbo a Barcelona, en horas de la tarde. Afuera, todo transcurría con total normalidad. (Catalina Lobo-Gerrero / EL PAÍS)
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