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El lento asesinato de José Daniel Ferrer

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LA HABANA, Cuba. — Semidesnudo, muy delgado, lleno de picadas de mosquitos, con fuertes dolores en un brazo debido a una bursitis, con sangrado bucal y problemas gástricos intensificados, y pese a esto, sin acceso a atención médica o los medicamentos necesarios. Ese fue el estado en el que encontró a José Daniel Ferrer García, líder de la UNPACU, su esposa, Nelva I. Ortega, el pasado 5 de septiembre luego de una visita de apenas 15 minutos en la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba.

El encuentro se produjo tras permanecer 55 días en aislamiento y ante las peticiones de fe de vida por parte de su familia. El activista se encuentra detenido desde el 11 de julio del pasado año por intentar acceder al lugar donde se desarrollaban las protestas en su provincia, un mes más tarde, le fue revocada una condena de cuatro años de prisión que cumplía desde 2020 en reclusión domiciliaria. Este constituye su tercer encarcelamiento por motivos políticos; como las veces anteriores, se niega a arrodillarse ante la dictadura.

“(…) solo se alimenta de la jaba que podemos prepararle y le están permitiendo cada 45 días. Sin ver a absolutamente nadie, ningún recluso se puede acercar a él, sin poder tener lápiz y papel ni para solicitar asistencia religiosa. Luego de aproximadamente seis meses sin sacarlo al sol, dijo a Nelva que hace cerca de tres semanas lo están sacando así mismo en calzoncillo, un rato en la mañana”, explicó la hermana del activista, Ana Belkis Ferrer García.

Antes de retirarse, su esposa fue amenazada por el oficial de la Seguridad del Estado conocido como Julio Fonseca con extenderle la condena a prisión a Ferrer a más de veinte años en caso de que no aceptara el destierro o no cambiara su actitud desafiante; en su caso, podría visitarlo más seguido si dejaba de denunciar su situación. Desde entonces, la familia no ha vuelto a tener noticias de él.

La anterior visita fue el 12 de julio, luego de más de 35 día incomunicado. Y es que esta se ha convertido en una forma de tortura recurrente tanto para él como para su familia. En esa ocasión, la visita fue de apenas un minuto.

“Me confirmó que sus padecimientos de salud se han agravado, que constantemente padecía de fuertes dolores de cabeza, sonidos ensordecedores, calambres y parálisis momentáneas, pérdida de la visión, lesiones en las piernas producto de hongos, picaduras de mosquitos y sangramiento en las encías. No le dan la visita bajo la justificación de que viola el reglamento al negarse a ponerse el uniforme de preso común, por eso lo mantienen en ropa interior. Él no debe acceder, en eso y en todo lo apoyo, él ni siquiera debería estar preso, pues no ha cometido ningún delito, es el régimen el que viola, tortura y asesina a las personas de manera inmediata o lenta, como le están haciendo a mi esposo. Desde hace más de un año lo mantienen en una celda preparada específicamente para torturarlo, lo están enterrando en vida, lo están matando lentamente”, declaró su esposa a CubaNet.

Cómo quebrantar la voluntad

En 2003, José Daniel Ferrer fue arrestado durante la Primavera Negra de Cuba. Por entonces dirigía el Movimiento Cristiano Liberación y la Campaña a favor del Proyecto Varela en las provincias orientales. Fue condenado a 25 años de prisión, luego de que se le conmutara la pena de muerte. Durante el juicio aseveró: “Estoy listo para morir lo que no sé si ustedes están preparados para fusilarme”, recuerda su hermana. Estaría ocho años preso por negarse al destierro. Fue declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional.

Los diez años siguientes al excarcelamiento no cesaría en su activismo opositor: fundó la UNPACU, y preside el Partido del Pueblo y el Consejo para la Transición Democrática de Cuba. Entre octubre de 2019 y abril de 2020 permaneció detenido e incomunicado. Fue liberado gracias a una Resolución del Parlamento Europeo, no sin antes ser condenado a cuatro años y medio de prisión domiciliaria. Al ser liberado, su deterioro físico evidenció las precarias condiciones en las que estuvo: perdió unos 25 kilogramos. Su testimonio a CubaNet refleja igualmente las torturas que padeció:

“Fui arrastrado por el piso irregular en varias ocasiones, me encadenaban pies y manos a menudo, me llegaron a arrastrar y dejar al sol sobre hormigas bravas en varias ocasiones…, es decir, todo cuanto se les ocurría hacer además del encierro en solitario, sin poder escribir, sin poder leer durante cinco meses. (…) Quienes me han visto ahora dicen que parece que vengo de Auschwitz o de Sachsenhausen, o de cualquier campo de concentración nazi.

“En aislamiento total, no tenía con quién hablar. La parte más cruda es estar sobre una cama de cemento, de hormigón, es más bien un banco, una especie de asiento con un metro noventa de largo. Allí, sentado sobre eso, muy delgado —huesos por donde quiera, a flor de piel— las 24 horas del día. Durante cinco meses me daban, en horas de la noche, un colchón sucio, apestoso, contaminado de todo tipo de ácaros, con pésima higiene, y me lo quitaban en la mañana. En calzoncillos al principio, luego me permitieron la camiseta y entonces me pasaba todo el tiempo en camiseta y calzoncillos hasta que me ponían el uniforme, a la fuerza, los guardias.

“Y en ese encierro en solitario —donde no puedes escribir, no puedes leer, donde no puedes hacer nada— el tiempo se te hace tan largo que un minuto parece una hora, una hora parece un día, un día parece una semana y la semana te parecen meses. El sexto y último mes fue que me permitieron tener sábanas permanentemente, y con eso ya podía cubrirme un poco más los días de frío. Esos días de frío, en una situación de crítica alimentación, muy mal nutrido, con mucha pérdida de peso, un frío terrible, tener que estar caminando, sin apenas tener energías, en un tramo de dos metros y tanto, cuatro pasos para allá, cuatro pasos para atrás, combatiendo las bajas temperaturas de la madrugada. (…) Es decir, una serie de detalles y cosas que, de manera individual, podrían ser insignificantes pero, cuando lo sumas todo, queda un plan para hacerte la vida difícil, imposible, y obligarte a rendirte, intentando quebrar tu voluntad”.

Lento asesinato

El 8 de septiembre último, la ONG Human Rights Watch volvió a exigir la liberación del preso político José Daniel Ferrer, quien permanece encarcelado con un delicado estado de salud. A lo largo de catorce meses, varios europarlamentarios, organizaciones y gobiernos como el de Estados Unidos se han unido a este reclamo de libertad, no solo de Ferrer, sino de los más de 1 000 presos políticos que registra actualmente en la Isla Prisoners Defenders (PD). Sin embargo, nada de esto parece frenar la onda expansiva de la represión en Cuba, menos las torturas en las prisiones.

Un informe presentado por PD a fines del mes de marzo del año en curso ante el Comité Contra la Tortura de las Naciones Unidas reveló que existen al menos 101 prisioneros políticos en Cuba que han sido sometidos a torturas, tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes. La víctima de mayor intensidad de los quince patrones de tortura identificados por la organización es el propio Ferrer, de 52 años de edad, quien estaba recibiendo ataques sónicos constantes, un envenenamiento químico desconocido, y permanecía aislado en una celda de castigo.

Según el informe, desde su detención, el activista ha sido sometido además a torturas como la exposición a altas temperaturas y desorientación en celdas sin ventanas ni ventilación, iluminadas 24 horas por una potente luz artificial que, además de provocarle afectaciones en su visión, le dificulta conciliar el sueño. Recibe alimentos en estado de descomposición y es obligado a vestir en ropa interior. Se le ha negado atención médica y comunicación con sus familiares y defensa.

Por tales motivos, PD alertaba que Ferrer está siendo asesinado paulatina y lentamente, “su vida e integridad física, psicológica y cognitiva corren grave peligro” y “su degradación física y psicomotriz es paulatina debido a esta tortura constante destinada a asesinarle lentamente”.

Se mantiene firme

La entereza de Ferrer rememora la estirpe de los “plantados”, aquellos presos políticos de entre los años 60 y 80 del pasado siglo que fueron condenados hasta a treinta años de prisión, bajo las torturas más inhumanas y en la mayoría de los casos pasando varios años sin poder ver a su familia, y aún así, tras rejas y bajo amenazas de muerte y golpizas, se rebelaban contra el poder de los hermanos Castro negándose a vestir los uniformes de presos comunes y a aceptar los planes de reeducación y trabajos forzados.

Ferrer es heredero, además, de la estirpe de los masones cubanos, esos que conspiraron por la independencia de Cuba y contra la dictadura de Batista y luego la de Fidel Castro.

Su esposa lo viene acompañando desde hace más de cinco años y aunque —probablemente— su hijo más pequeño, de apenas tres años, permanezca varios años más sin crecer junto a su padre, Nelva lo apoya, denuncia, intenta burlar los bloqueos de Internet, trata de comprar los medicamentos o alimentos que le lleva cada 45 días, pese a que en ocasiones no se los permitan entrar, insiste en saber de él y hasta se planta frente a la prisión. Su amor es fuerte y pesa más que las amenazas.

En abril de 2019, la Seguridad del Estado le propuso a Nelva la liberación de Ferrer a cambio de su colaboración, es decir, de convertirse en delatora. Ella no accedió. Al día siguiente, su esposo era liberado gracias a la presión internacional.

Por su parte, Ferrer, al ser excarcelado en 2019, luego de seis meses en pésimas condiciones y sometido igualmente a tratos inhumanos y degradantes, afirmó a CubaNet que, pese a la debilidad física, “en cuanto a lo espiritual, a lo moral, vengo con más energías y con más deseos que nunca de potenciar la lucha al máximo hasta alcanzar la libertad y el fin de la tiranía”. Ese mismo mensaje se refuerza en cada visita familiar.

Ni siquiera la difamación en medios de prensa oficiales hacen mella a sus convicciones y lucha. Muchos pudieran estar de acuerdo o no con sus criterios políticos o activismo, precisamente ahí radica el ejercicio de la libertad, porque hay disímiles de caminos para llegar a la democracia. Centrarnos ahora en esos cuestionamientos sería como patear a un hombre abatido en la fría losa de su celda; porque si hay algo indiscutible para opositores y oficialistas —aunque estos últimos no tengan la decencia y el decoro de reconocerlo— es su entrega y sacrificios por la libertad de Cuba.

El régimen cubano no necesita desaparecer físicamente o asesinar a los opositores políticos, como en las primeras décadas de dictadura. Eso sería demasiado escandaloso. Su técnica, perfeccionada a través de los años, consiste en el asesinato lento y tortuoso, en la degradación física y psicológica como forma de quebrar la voluntad de la persona; ese deja menos evidencia y, aunque no deja de ser igualmente criminal, es más doloroso que un disparo en la sien.

En ocasiones me pregunto —quizás Ferrer también lo haga— si vale la pena tanto sacrificio, o si lo merecemos. ¿Cuál es límite del sufrimiento humano? ¿Hasta cuándo vamos a seguir los cubanos soportando la ignominia? ¿Qué más se necesita para que el mundo libre haga más que pronunciamientos públicos y para que los cubanos nos percatemos de que no basta con la mera abnegación? La libertad requiere más que sacrificio. De lo contrario, Ferrer y los 1 016 presos políticos seguirán padeciendo el encarcelamiento a la vista y vergüenza de los pusilánimes.

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José Daniel Ferrer denuncia “violentas detenciones y cerco criminal” frente a sede de UNPACU

MIAMI, Estados Unidos. ─ El cerco de la policía política contra sede de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) ha continuado en las últimas horas, informó este martes el opositor José Daniel Ferrer, líder de esa organización.

En un video colgado en el canal de YouTube de la UNPACU, Ferrer relata cómo los agentes del régimen emplean la violencia contra vecinos de la barriada de Altamira que intentan llegar a la sede del grupo disidente en busca de alimentos y atención médica.

“La policía política le cierra el paso a Alfonso Chaviano Peláez, un hombre enfermo que viene en busca de atención médica y de alimentos a la sede de la UNPACU y a Wilder Cervantes Cuza, activista santiaguero”, señaló el también promotor de la iniciativa ciudadana Cuba Decide.

Las imágenes muestran como Chaviano Peláez era detenido por los agentes de la policía política. Cervantes Cuza, por su parte, logró ingresar a la sede de la UNPACU tras burlar el cerco y resistir la violencia en su contra.

“Continúa el cerco de las fuerzas represivas de la tiranía contra la sede principal de la Unión Patriótica de Cuba. Continúa la represión de la tiranía. Hay violencia contra Chaviano y posiblemente contra otros activistas”, añadió Ferrer.

El líder opositor señaló que Alfonso Chaviano Peláez, el activista detenido, posee múltiples padecimientos, entre ellos una enfermedad pulmonar obstructiva.

El pasado jueves, el propio José Daniel Ferrer había sido detenido por agentes de la Seguridad del Estado frente a su vivienda, que funciona como sede principal de la UNPACU. El arresto se produjo luego de que el opositor y su hijo, José Daniel Ferrer Cantillo, salieron de su vivienda para ayudar a un activista que estaba siendo retenido por agentes castristas.

El líder de la UNPACU fue liberado ocho horas después tras ser golpeado y recibir nuevas amenazas de prisión.

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Fiscalía del régimen pide 18 meses de prisión para activista de la UNPACU

Roilán Álvarez Rensoler UNPACU Cuba

Roilán Álvarez Rensoler UNPACU
Roilán Álvarez Rensoler (Foto: UNPACU)

MIAMI, Estados Unidos. – Este martes, un funcionario del Tribunal Municipal Popular del municipio de Mella se presentó en la casa del activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) Roilán Álvarez Rensoler para comunicarle que la Fiscalía retomó el proceso en su contra.

El funcionario informó al opositor que será llevado a juicio por el supuesto delito de “desobediencia” y le dio un plazo de cinco días para que buscara un abogado.

La Fiscalía pide que se le imponga una sanción de 18 meses de privación de libertad. En la petición fiscal que le fue entregada a Álvarez alegan que este se negó a entregar su carné de identidad el pasado 14 de abril al jefe de sector Félix Elías Arévalo, y que, además, participa en juegos ilegales como dados, bolita y peleas de gallos.

Sin embargo, Roilán asegura que todo es parte de un “teatro de la policía política” para presionarlo a abandonar la oposición.

“Todo ocurrió el día que me citaron verbalmente. Yo me presenté y varios esbirros (oficiales) armaron un show en mi contra… el policía que me acusa me ofendió e intentó golpearme y ahora resulta que soy yo el que cometió un delito”, explicó el activista a CubaNet.

Roilán Álvarez Rensoler fue citado el pasado 14 de abril para ser interrogado por agentes de la Seguridad del Estado en el municipio Julio Antonio Mella, donde radica.

(Foto: Cortesía de la autora)

En la estación policial fue recibido por agentes de la policía política, el jefe de sector que lo había citado y un oficial con el grado de mayor, que finalmente le informó que sería procesado por el presunto delito de “desobediencia”.

Ese mismo día fue trasladado hacia hospital militar Dr. Joaquín Castillo Duany, de Santiago de Cuba, por sospechas de coronavirus. Más tarde fue enviado al hospital Ambrosio Grillo, donde lo mantuvieron aislado por 14 días.

El primero de junio lo citaron para presentarse al juicio que tendría lugar en su contra, pero fue suspendido porque, según el Tribunal, era preciso reunir otras pruebas que demostraran la supuesta culpabilidad de Álvarez Rensoler.

(Foto: Cortesía de la autora)

“Ahora me dicen que busque abogado y que en cinco o siete días volverán a hacer el juicio. Según ellos, yo juego dados y bolita, no trabajo y soy un antisocial, pero yo me niego a buscar un abogado que al final es parte de la misma dictadura que me quiere condenar. El verdadero delincuente es Raúl Castro y voy a enfrentar todas esas infamias con mi única verdad: soy opositor pacífico a la dictadura y lucho todos los días por la libertad de mi pueblo”, dijo el activista.

Roilán Álvarez Rensoler, de 34 años de edad, fue a prisión en 2013 acusado de robo por otro oficial del Ministerio del Interior (MININT). Después de realizar una huelga de hambre en protesta por su encarcelación fue puesto en libertad. Es uno de los miembros de la UNPACU que más golpizas ha sufrido a manos de las fuerzas represivas.

El grupo opositor también denuncia el incremento del cerco policial que rodea sus sedes en Santiago de Cuba desde hace casi un mes. En la tarde del 4 de agosto, fue detenida Zaida Ortiz, la tía de Nelva Ortega, activista y esposa de José Daniel Ferrer.

“Mi tía no es opositora. Ella me viene a ayudar con mi bebé desde antes de dar a luz y al salir de aquí cuatro agentes la arrestaron y la amenazaron para que no regresara a la sede”, denunció Nelva a CubaNet.

En La Habana, Zaqueo Báez confirmó que Aneski Jiménez y Geovel Hernández fueron liberados en el día de ayer.

“Geovel fue llevado a la Oncena Unidad de San Miguel del Padrón y Aneski a la Unidad de Guanabacoa. Los dos recibieron las mismas amenazas: prisión si continúan con su activismo”, detalló Báez.

También fue liberado luego de varias horas Roberto Pérez Rodríguez, coordinador de la célula José Martí en la capital.

En Granma permanecen bajo arresto y en huelga de hambre hace siete días los hermanos Osvaldo y Osmani Mendoza Ferriol. Mientras, Ernesto Pérez Pérez, campesino opositor que radica en Las Tunas, también se encuentra en huelga de hambre desde el pasado 26 de julio en un calabozo de la unidad policial de Majibacoa.

Decenas de activistas que también viven en este municipio se han solidarizado con Pérez Pérez y han realizado acciones pacíficas para exigir su liberación.

Se trata de una comunidad de al menos cuarenta campesinos que han sido reprimidos por ser miembros de la UNPACU. Desde hace días todos permanecen incomunicados y sus teléfonos tienen restricción temporal de llamadas.

Según Ferrer, líder principal de la UNPACU, hasta el momento se desconoce la situación de todos ellos.

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Presos con falsos procesos (II)

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José Daniel Ferrer (Foto de archivo)

LA HABANA, Cuba. – El proceso abierto contra José Daniel Ferrer García y otros tres miembros de la organización que dirige (Unión Patriótica de Cuba), tiene algunas deficiencias, entre ellas técnicas, las cuales no estoy capacitada para discutir. Es un problema de abogados; pero hay otras que se detectan solo leyendo y estudiando los documentos que se han hecho públicos.

A las alturas del 7 de octubre de 2019 se les entregó a los acusados un Auto de Imposición de Medida Cautelar. Se podía constatar, sin temor a equivocarse que, según lo relatado, no se estaba en presencia de un delito de lesiones graves. Aunque, como bien se sabe, no cometieron ningún delito, todo se ha resumido a una de las muchas implicaciones falsas que acostumbra a hacer la dictadura para involucrar a los disidentes en fechorías comunes y después encarcelarlos, y así dar la oportunidad a Raúl Castro de decir: “preséntenme una lista de presos políticos”.

Como una forma de colocar a José Daniel y los otros tres acusados en un estado de indefensión, en el Auto antes mencionado, no se puntualizó el artículo del Código Penal, por el cual se les pedía la prisión provisional, solo se dijo: Lesiones, lo que vulnera las normas del proceso, porque no se les informó con precisión de lo que se les imputaba.

Sin embargo, en la Petición Fiscal queda claro que las lesiones recibidas por el acusador no son graves, ni pusieron en peligro su vida, ni siquiera le dejaron secuelas, como ellos dijeron de forma inicial para complicar la situación de José Daniel, y cito: “Como consecuencia de los golpes recibidos, el ciudadano Sergio García González recibió lesiones graves con peligro para la vida consistente en traumatismo taraco abdominal, hematoma en parte superior de riñón derecho y fractura costal derecha.”

Pero también vuelven a caer en el error de considerar en esta Causa 12 de 2020 antecedentes penales de los años 90, del siglo pasado, que no fueron tomados en cuenta cuando José Daniel Ferrer obtuvo su sentencia en la causa del Grupo de los 75. En el documento oficial de esa sanción queda claro  y probado como un hecho que no le constan antecedentes penales.

Se trata de algo premeditado. El objetivo es convertirlo en multirreincidente y poderle aumentar la petición fiscal.

No se sostiene tampoco el relato del denunciante, porque según ha escrito la propia Fiscal, existen incongruencias, por ejemplo: Se afirma que Sergio García González perdió el conocimiento tras recibir una patada en la cabeza que le propinó José Daniel, y fue atado con una tira de tela de color gris por los brazos y pies a una litera, por sus indicaciones. Así permaneció hasta la mañana siguiente y al parecer estaba lejos de la “kryptonita”, porque, como Superman, pudo quitarse las ataduras y marcharse libremente, aunque estaba cautivo. Nadie le puso obstáculos y se dirigió a su casa en el municipio de Mayarí, provincia de Holguín.

Entonces, no estaba “tan” privado de libertad. Si se compara, cuando un disidente cae preso no puede salir caminando e irse del lugar, tiene que esperar a que los “jefes” den la orden para que lo liberen. Todo parece indicar que este delito se incorpora para poder aumentar el marco sancionador, porque quieren de todas formas sacar a José Daniel Ferrer de circulación y desaparecer la organización que creó y que ha tomado tanta fuerza en el oriente de Cuba.

Hay que destacar que, como si este eufemismo fuera poco, en las Conclusiones la Fiscal se contradice y afirma que José Daniel mandó a los otros tres acusados a que pusieran de pie al denunciante y cuando lo pararon le propinó un piñazo que lo desmayó. Habría que preguntarse: ¿fue una patada o un piñazo? Llama de forma poderosa la atención el hecho de que este traumatismo no aparece en la descripción de todas las lesiones que se plantea “sufrió Sergio”.

Sin lugar a dudas abogados competentes echarían abajo todas estas mentiras que han sido inventadas solo para complacer a los que lo encarcelaron; pero José Daniel no quiere abogados, porque conoce el Sistema Judicial cubano y sabe que nada puede hacer un letrado contra lo que ya está decidido.

La situación para la dictadura es bien diferente en estos momentos, porque muchas personas están al tanto de sus métodos, no solo en Cuba, también en muchos otros países del mundo. Por eso, cuando tratan de desprestigiar a un disidente, como en este caso, tienen los resultados contrarios: le sacan brillo y le dan más prestigio.

Y es que todo parece indicar que el régimen dictatorial cubano piensa que los únicos inteligentes son ellos y el resto de las personas son subnormales, incapaces de asimilar una “jugada” como la que le están haciendo al líder de la UNPACU.

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Régimen cubano niega visitas a preso político José Pupo Chaveco

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José Pupo Pacheco (Foto: Cortesía)

SANTIAGO DE CUBA, Cuba. – Detenido desde el 1ro de octubre, José Pupo Chaveco es el único de los cuatros miembros de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) acusados por el supuesto delito de Lesiones al que el régimen cubano no le ha permitido visitas.

Al igual que sus compañeros Roilán Zárraga Ferrer, Fernando González Vaillant y José Daniel Ferrer García, Pupo Chaveco fue detenido sin orden de arresto. Los activistas están involucrados en un proceso judicial al que los críticos del gobierno de Díaz-Canel catalogan de tapadera para encarcelar a José Daniel Ferrer, líder del grupo opositor más activo de la Isla.

El pasado 3 de diciembre, el activista UNPACU Ernesto Oliva Torres se presentó en la unidad de Instrucción Penal Provincial de Santiago de Cuba con el fin de ver a Pupo, luego de más de dos meses sin que nadie lo hubiese visto. En Operaciones, como también se conoce la unidad, los oficiales le  informaron que el día anterior este había sido trasladado a la prisión de Aguadores, ubicada a pocos kilómetros del lugar.

De Instrucción Penal, Oliva Torres se dirigió al centro penitenciario, donde le notificaron que, al no ser familiar del preso, debía solicitar una reunión con el jefe del penal y explicar los motivos por el cual se le debía reconocer como encargado de las visitas de Pupo. Al día siguiente Oliva obtuvo la entrevista con una oficial de grado Mayor y expuso los argumentos. Esta respondió que le comunicaría a Pupo, para que decidiera si estaba de acuerdo con que Oliva lo atendiera y que el propio Pupo le avisaría mediante una llamada telefónica.

Siete días más tarde, Pupo realizó una llamada telefónica a la Sede Nacional de UNPACU, donde pedía que le enviaran parte de sus pertenencias, porque le urgían. Ada Ibis Ladrón de Guevara, activista que le atendió, le informó que Ernesto Oliva estaba realizando los trámites para ser su encargado y él estuvo de acuerdo. Está llamada evidenció que los oficiales de la prisión no le habían comunicado a Pupo las intenciones de Ernesto Oliva.

El sábado 14 de diciembre, Pupo volvió a realizar una llamada para informar que el Instructor le había dicho, que para él poder registrar a Oliva, este debía tener un encuentro con el jefe de la prisión y realizar la petición. Procedimiento que ya había tenido lugar.

Ayer, día 16 del mes en curso, Oliva Torres se dirigió nuevamente al centro penitenciario, para efectuar la primera visita reglamentada, pero le fue negada. Las autoridades carcelarias le dijeron que su nombre no aparecía del preso José Pupo y en tal sentido no le podían otorgar la visita. Ante los reclamos de Oliva por la evidente manipulación de proceso, los funcionarios contestaron que los trámites para otorgar la visita a Pupo aún no habían concluido y que iban a tomar represalias con el funcionario que había permitido a Pupo las llamadas telefónicas que, según ellos, no habían autorizados.

El aislamiento ha sido una práctica muy recurrente de las autoridades cubanas en este caso. Para Carlos Amel Oliva, portavoz de la UNPACU, lo ocurrido no es casual.

“Mantenerle sin visitas, sin los medios de primera necesidad y alimentos de apoyo que la organización le garantiza y tan necesario son para hacer la vida más llevadera en esos antros de terror que son los prisiones  en Cuba, es sin dudas una medida de presión más de las tantas que ha usado el régimen para lograr una declaración falsa de José Pupo que incrimine a José Daniel Ferrer (…) También lo hacen para mantenerlo aislado de las noticias, para que no sepa que gobiernos, instituciones y personas en el mundo están exigiendo su libertad y creen en su inocencia”, señaló.

A esta fecha, José Pupo Chaveco lleva 77 días sin que el Estado cubano le permita recibir visitas.

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Policía política asalta sede de la UNPACU en Santiago de Cuba

UNPACU represión cuba

UNPACU represión cuba
Operativo contra UNPACU, 1ro de octubre 2019 (foto Katerine Mojena)

MIAMI, Estados Unidos. – La Seguridad del Estado asaltó esta mañana la sede de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en Santiago, informó hace pocos minutos Katherine Mojena Hernández, miembro de la Dirección Nacional de la organización.

El asalto se produjo contra tres viviendas de la UNPACU que funcionan como sedes principales de la agrupación opositora.

Durante el operativo resultó detenido José Daniel Ferrer, quien se encontraba dentro de la vivienda junto a sus cuatro hijos.

“Gran operativo policial en la sede de UNPACU en Santiago de Cuba. Nos cortaron el servicio de llamada. Es posible que asalten y roben viviendas. Ahora mismo casi un centenar de oficiales del MININT asaltando la sede principal de UNPACU. Ya José Daniel Ferrer fue detenido. Sus 4 hijos dentro solos con los militares. Se contabilizan ya 5 detenidos”, escribió la joven en Twitter.

Testigos del hecho reportan la presencia de más de 60 efectivos policiales, incluidos varios oficiales de la Unidad de Instrucción Penal y peritos.

Además de Ferrer fueron detenidos los activistas Evert Luis Hidalgo Ladrón de Guevara, José Pupo Chaveco, Iveisi Chacón García y Fernando González Vaillant.

En lo que va de año la Unión Patriótica de Cuba ha sido víctima de 37 asaltos con robo a viviendas de sus activistas y familiares. En el mes de septiembre, denunció más de un centenar y medio de detenciones y varios golpeados cuando se dirigían a participar de la convocatoria realizada por el propio grupo y también Cuba Decide.

Los líderes de UNPACU y promotores de Cuba Decide han denunciado el alza de la represión, llegándola a comparar con la Primavera Negra del 2003, aunque reconocen que, en aquel momento, contaban con el apoyo de la Unión Europea. Ahora no.

(Noticia en desarrollo)

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Régimen mantiene en paradero desconocido a José Daniel Ferrer, líder de UNPACU

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SANTIAGO DE CUBA.- El líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), José Daniel Ferrer García, se mantiene en paradero desconocido según reportaron a CubaNet, Carlos Amel Oliva Torres, líder juvenil de la organización y familiares.

“A Ferrer nadie lo ha visto, lo damos por desaparecido y no descartamos la posibilidad de que se encuentre golpeado. A sus familiares le dijeron en la estación policial que se había negado a las condiciones que le habían puesto para darle la visita y de que estaba plantado”, adelantó Oliva Torres.

Ferrer García fue detenido en la noche del 3 de agosto tras un supuesto accidente automovilístico, en el que estuvo implicado el agente de la Seguridad del Estado Dainier Suárez Pagán, quien acusa a Ferrer de “atentado”, según informó el capitán Roberto a sus familiares.

“Hoy fue su esposa Nelva Ortega y uno de sus hijos Daniel Ferrer Cantillo a la visita, y le dijeron que él no quería verlos, ahora el caso pasó a Fiscalía y tenemos que esperar 72 horas más para tener una respuesta certera, pero mientras pasa el tiempo lo reportamos como desaparecido”, detalló Oliva.

Con respecto a esto nuestra organización quiere dejar constancia de que “no creemos en ninguna información que nos de ningún oficial del Ministerio del Interior, exigimos que dejen ver a José Daniel Ferrer, y solo emitiremos un criterio sobre su integridad física y psicológica cuando algún familiar lo pueda ver realmente. Mientras tanto no creemos en ninguna opinión de ningún oficial del Minint, y continuamos dándolo como desaparecido y posiblemente golpeado”, enfatizó el joven.

Junto a José Daniel Ferrer fue detenido el activista y chofer del carro, Ebert Hidalgo Cruz, quién se encuentra actualmente en la Unidad de Operaciones Criminales de Versalles.

Haydeé Hidalgo, hija del activista detenido, cuenta los más amargos minutos vividos tras ver a su padre hoy en la visita, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta contó uno por uno, “los 10 minutos más tristes que he vivido”.

“Cuando llegamos el Teniente Coronel Vaillant nos advirtió a mí y a mis hermanos que no podíamos hablar nada del caso por el que mi papá había sido detenido, solo podíamos hablar de situaciones familiares. Cuando lo vi se encontraba en condiciones deprimentes, me sentí así con ganas de morir, ya que estaba con lesiones en la cabeza, y en la camiseta tenía una mancha de sangre. Se encontraba ansioso y con presencia de un tic nervioso moviendo las piernas y temblando. Cuando traté de ver si tenía marcas en el cuerpo se sujetó arriba y abajo para que no lo viera, con los ojos llorosos me dijo que se mantendría bien firme y que nos mantuviéramos unidos y fuertes. Hoy temo por su vida, ya que sé que allí está siendo torturado, psicológica y físicamente”, selló la hija tras romper en llanto sin decir una palabra más.

Luego añadió el hermano Ebert Luis Hidalgo que en toda la entrevista estuvieron acompañados por varios militares y perros policías, pero el Teniente Coronel Vaillant, cuando ellos hacían alguna pregunta sobre el caso o su salud, zapateaba fuerte en el piso como forma de intimidación y tortura psicológica, para que no dijese nada.

Oliva Torres señaló que tienen varias declaraciones de testigos presenciales en video, que dijeron ver que el agente se lanzó delante de un costado del carro para poder imputarle cargos a José Daniel, “lo que querían era echarle la culpa y fabricarle un delito”, señaló.

Más adelante dijo que el oficial de la policía, Dainier Suárez Pagán, se encuentra desarrollando sus represivas labores diarias en el poblado Palmarito de Cauto, Mella. “Continúa conduciendo su motocicleta como si nada, y esto indica evidentemente de que no tiene ninguna lesión”.

Según un observador del suceso que se encontraba en el puesto médico en Mella, reveló que el agente llegó muy alterado y sin pedir permiso tomó el teléfono y dijo: “jefe ya lo tenemos, ¿lo acusamos?”. Luego comenzó a molestar a la doctora que estaba atendiendo a los pacientes para que le hiciera un certificado de lesiones graves, a lo que la doctora respondió: “señor, usted no tiene lesiones leves si quiera”, pero tras su insistencia ella le dijo que se desvistiera parcialmente para examinarlo, pero él se negó. El testigo no pudo dar referencias de si la doctora llegó a emitir el certificado por lesiones, pues el resto de la conversación fue a puerta cerrada.

A días de su séptimo aniversario, la opositora Unión Patriótica de Cuba tiene hasta la fecha más de 50 prisioneros políticos en cárceles del régimen, siendo reconocida dentro y fuera de la Isla como la más numerosa y activa entre las organizaciones disidentes cubanas.

Tras la interrogante de que si esta nueva causa contra el líder principal de la organización mellará en el funcionamiento de la misma, Oliva Torres respondió: “el régimen es quién está apostando a esto, y deben tener bien claro de que con encarcelar a José Daniel y a Ebert no van a eliminar nuestro activismo dentro de la Unión Patriótica de Cuba, ni nuestro apoyo a la Campaña Cuba Decide. Seguiremos adelante, porque esta es una organización pacífica donde cada miembro se siente parte importante de algo justo, y seguiremos adelante mientras exista un solo activista en las calles”.