Radio Taíno, la FN (fake news) de Cuba

LA HABANA, Cuba. — Libando el nuevo ron callejero “Michiflido” en una de las esquinas del Parque de la Mandarria, en el ultramarino barrio de Regla, “Patica de puerco” casi se ahoga cuando escuchó en Radio Taíno que en todos los mercados de La Habana se venden productos cárnicos congelados. Se levantó de un salto y dijo: “¡Vamos pa’ Carlos III!”. Pero su ecobio, más serio que una foto de carnet, le dijo: “Tranquilízate, ambia… eso es fake news”.
Radio Taíno, autodefinida como la FM de Cuba, única emisora nacional que incorpora publicidad comercial en su parrilla, destila engaño al oyente. Cuando la fundaron, en 1985, estaba dirigida al turismo internacional, como la televisora Canal del Sol. Solo se les podía sintonizar en hoteles e instalaciones para extranjeros. Su objeto social cambió durante las reformas económicas de 1994, a raíz del Maleconazo y la crisis de los balseros. A partir de ahí, se abrió a algo novedoso para el régimen: la publicidad comercial. Todo un paso adelante en la sovietizada sociedad cubana del Período Especial.
No solo Radio Taíno se abrió a la comunicación comercial. Resurgió la Guía Telefónica, de la mano de ETECSA, con las Páginas Amarillas, y los anuncios dentro del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano y en los eventos deportivos transmitidos por televisión. Los productos promovidos eran fundamentalmente de empresas cubanas y empresas mixtas. El mercado se estaba abriendo y la publicidad era parte del juego.
En competencia con la recalcitrante Radio Rebelde, la conservadora Radio Progreso y la aburrida Radio Reloj, Radio Taíno, por su contenido cultural y musical, las desplazó en el gusto de los radioescuchas: era un oasis en medio del barroco ideológico.
Radio Taíno dividió su publicidad en tres categorías principales: lecturas en vivo por una personalidad al aire; patrocinios de empresas a bailables y espectáculos nocturnos; y anuncios producidos, que pueden incorporar diálogos, música de fondo, efectos de sonido o incluso una melodía corta y pegadiza conocida como jingle.
De casta le viene al galgo. Cuba, antes de 1959, era un referente en América Latina en el desarrollo de la radio y la televisión, y en la promoción de productos y servicios. Los cubanos de más edad aún recuerdan a un joven Manolo Ortega promocionando en la TV la cerveza Hatuey, a la bella y carismática Consuelito Vidal promoviendo el Jabón Rina y a la también bella Dinora del Real las casas Jabón Candado.
La publicidad debe ser honesta y sincera
En esta época, donde “la cosa está mala”, María Tecla Morona, conocida como “Tentempié”, y su prima Tropicana de la Caridad, soltaron los últimos pedazos de sus chancleticas “metededos” corriendo tras la pintura de aceite o los alimentos congelados Vima que, según Radio Taíno, están al alcance de todos en todos los almacenes de la capital.
Ambas mujeres comprendieron mal y tarde que todo era incierto luego de mejorar el récord de Abebe Bikila en el Maratón de Tokio recorriendo y dándole la vuelta a todos los grandes y vacíos almacenes capitalinos, desde 3ra y 70 hasta Carlos III. Se dieron cuenta de que en esos lugares no hay nada, nadita de nada. Y si hay, es poco, está vencido y es muy caro.
El salto a la fantasía que nos propone Radio Taíno en su propaganda comercial nos lleva a cuestionarnos si esa emisora es la FM (Frecuencia Modulada) de Cuba o si, por el contrario, podría ser denominada la FN (fake news) de Cuba.