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A un mes del 15N, qué ha pasado con el grupo Archipiélago

15N Archipiélago

LA HABANA, Cuba.- En menos de tres meses, desde su fundación, el grupo Archipiélago logró movilizar a gran parte de la sociedad civil cubana dentro y fuera de la Isla para participar en la Marcha Cívica por el cambio el 15 de noviembre (15N) de 2021, recabando para ello, incluso, el respaldo de varias de las organizaciones opositoras tradicionales; consiguió además que algunos de los más importantes medios de prensa y organizaciones internacionales volcaran su mirada a Cuba en esos días y que se evidenciara, con mayor rigor, la represión desatada por el régimen cubano para evitar o contrarrestar la protesta pacífica.

Sin embargo, a poco más un mes de ese suceso, varios de los coordinadores se han retirado de la plataforma, apenas se menciona al grupo y pareciera que este se desintegró.

Qué es Archipiélago

En agosto de 2021, pocas semanas después de las masivas protestas contra el régimen cubano del 11 de julio (11J), varios cubanos fundaron un grupo de Facebook llamado Archipiélago, con el objetivo de debatir y unir diferentes posturas en pos de promover un cambio político en Cuba por vías pacíficas.

El grupo fue creciendo vertiginosamente y a él se fueron incorporando cubanos dentro y fuera de la Isla, entre ellos numerosos intelectuales, periodistas, artistas y activistas de derechos humanos. Aunque no promovía el liderazgo de una sola persona, sino del grupo, uno de sus integrantes más visible llegó a ser el dramaturgo Yunior García Aguilera. Actualmente, el grupo reúne en Facebook a unas 38 000 personas, pero la gran mayoría no son activos, es decir, solo figuran y comparten en redes, no accionan en el espacio físico, así que este dato resulta impreciso para determinar el respaldo o accionar real de la plataforma.

La primera y gran acción propuesta por el grupo fue la Marcha Cívica por el Cambio, convocada inicialmente para el 20 de noviembre de 2021 con el propósito de protestar pacíficamente contra la violencia policial, exigir el respeto a los derechos humanos y la liberación de los presos políticos, así como abogar por la solución pacífica y democrática de las diferencias entre los cubanos. Para ello llegaron a entregar solicitudes de permiso a las autoridades de al menos 8 provincias del país.

La respuesta del régimen cubano fue anunciar, a principios del mes de octubre, la militarización de la Isla entre los días 18 y 20 de noviembre para desarrollar el Ejercicio Moncada. Para evitar una confrontación, Archipiélago informó entonces que adelantaría la marcha para el 15N. Menos de una semana después, las autoridades citaron a varios de los coordinadores en el país para informarles que no estaba permitida la marcha por tener un “carácter ilícito”; aun así, el grupo decidió mantener la iniciativa por considerar que se trataba del ejercicio de un derecho humano.

Fue entonces que aumentó la represión e intimidaciones al grupo por parte de los órganos represivos cubanos, que se recrudecían a medida que se acercaba el 15N: citaciones policiales, arrestos arbitrarios, activistas y periodistas sitiados en sus viviendas, expulsiones de centros de trabajo (como al profesor universitario David Martínez y el Dr. Manuel Guerra), cortes de internet y del servicio telefónico, así como amenazas y difamaciones en los medios de prensa oficiales, fundamentalmente contra Yunior García Aguilera.

El 15N

Tres días antes del 15N, García Aguilera dijo que marcharía solo el 14N por la Ave 23, vestido de blanco y con una rosa blanca. Desde hacía una semana, varios activistas y periodistas independientes permanecían sitiados en sus viviendas o con vigilancia constante. El 14N a Yunior le impidieron salir de su vivienda y cortaron toda comunicación de él o su familia con el exterior, bloquearon el acceso a su casa incluso a la prensa extranjera acreditada en la Isla y brigadas de respuesta rápida le organizaron un acto de repudio y amenazaban con golpearlo si salía.

Mientras miles de cubanos marchaban en unas 120 ciudades de alrededor de 70 países, el 14 y 15N los cubanos dentro de Cuba no pudieron hacerlo como muchos esperaban; el régimen castrista desplegó por las calles todo su aparato militar para intimidarlos, además de desarrollar detenciones arbitrarias, impedirle la salida de sus viviendas a los coordinadores e integrantes del Grupo Archipiélago y orquestar actos de repudio.

Más de 300 acciones represivas registró el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) entre el 12 y el 15N, más de un centenar de ellas solamente en la última jornada.

“Todo el aparato estatal,  bajo las órdenes de la policía política, y contando con la activa colaboración de los Comité de Defensa de la Revolución, los medios de comunicación oficiales y hasta de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista, desplegaron visiblemente su régimen de terror” violando incluso “sus propias leyes”, declaró la organización.

Según el grupo de trabajo “Justicia 11J”, durante la Jornada Cívica por el Cambio resultaron detenidas unas 92 personas, de las cuales al menos 8 continúan tras las rejas y 2 fueron llevadas a juicio sumario y condenadas a un año de privación de libertad.

Ante la imposibilidad de marchar, considerando que “las causas que motivaron la convocatoria del 15N seguían vigentes” y que “es nuestro deber ciudadano seguir alzando la voz contra la injusticia”, el 16 de noviembre el grupo Archipiélago informó que extendería la Jornada Cívica hasta el 27 de noviembre. Ese mismo día exigieron fe de vida de García Aguilera, ya que en más de 48 horas no se habían tenido noticias de él. En la jornada siguiente, el 17 de noviembre, se supo que el artista había escapado a España. Muchos entendieron las presiones que lo llevaron a tomar la decisión, otros lo consideraron una traición al grupo justo en medio de la convocatoria y cuando más necesaria se hacía la unidad. Ello, unido a otras cuestiones, generaron escisiones en Archipiélago.

A una semana del 15N, la plataforma, tratando quizás de levantar los ánimos, apeló a recordar y reafirmar los motivos que los habían llevado hasta ese punto: liberación de los presos políticos, propiciar la participación ciudadana, conquistar derechos fundamentales mediante vías no violentas y fortalecer el diálogo y el consenso en la sociedad civil.

En los días posteriores, cuando disminuyó un poco la presión del régimen, algunos decidieron marchar en solitario, vestidos de blanco y con una rosa en las manos, para llegar hasta un busto de José Martí y, de esa manera, también honrar los objetivos de la marcha.

Los que se fueron

Tanto la imposibilidad de marchar el 15N, las amenazas por parte de la Seguridad del Estado cubana como la decepción por la sorpresiva salida de Yunior García del país provocaron fuertes tensiones en torno a Archipiélago. Al interior del grupo las fricciones se manifestaron en la renuncia de al menos una decena de los coordinadores, algunos de los cuales eran más visibles.

El primero en renunciar públicamente fue Leonardo Fernández Otaño, apenas a cinco días del 15N.

“Cada ser humano es libre de elegir su camino, eso lo respeto profundamente y apoyo, pero cuando se inicia una opción debemos ser consecuentes con ello. (…) Además, confieso que no comparto un grupo de acciones de corte político realizadas por Yunior García Aguilera desde su salida de Cuba (…). Siempre viví la plataforma como un espacio horizontal y de consulta, pero mi ejercicio de crítica fue tomado como una actitud negativa por una buena parte de los miembros, lo cual respeto como su genuino derecho intelectual, pero no creo ni democrático, ni sano”, declaró el historiador al anunciar su salida de la plataforma.

Desde España, Yunior García daba declaraciones denunciando a la dictadura a la vez que se reunía con políticos de diferente corte ideológico, entre ellos Pablo Casado, líder del Partido Popular, el ministro de Exteriores José Manuel Albares y también con el opositor venezolano Leopoldo López.

En tal sentido, a inicios de diciembre, cubanos disidentes radicados en Europa declararon que no apoyaban a “Yunior García Aguilera”, por no ver “con buenos ojos la llegada del “opositor” a Madrid y su cercanía a los partidos de izquierda que niegan la violación de los derechos humanos en Cuba, entre ellos el PSOE (Partido Socialista Obrero Español)”.

Mediante el comunicado denunciaron “un complot de parte de la clase política europea” representada por “grupos de izquierda y de la social democracia”, para “catapultar a un opositor” que consideran un “traidor”. Asimismo, consideraron que Yunior García Aguilera “claramente tiene una agenda política de izquierda favorable al régimen, según su trayectoria y planteamientos públicos. Por lo que hacemos un llamado a los partidos políticos europeos a tomar en consideración nuestra postura común y a no ser cómplices de una clara campaña manipulada para limpiar la imagen del régimen en esta parte del orbe”.

Mientras, según declararon a CubaNet personas vinculadas a Archipiélago, esas reuniones sostenidas por García Aguilera, o sus resultados, no fueron consultados o expuestos por el artista con el resto del grupo, lo cual aumentó los cismas internos.

Aunque la mayoría de los coordinadores de Archipiélago seguía esforzándose por seguir adelante con el proyecto, pronto otros se percataron de que las diferencias eran irreconciliables, al menos para continuar con los objetivos iniciales.

El 3 de diciembre Fernando Almeyda anunció su adiós a Archipiélago: “Esta decisión tiene varios motivos: No obstante el afecto que me une a los camaradas con los que he estado colaborando en estos meses de lucha cívica, siento que mi camino como Coordinador y Moderador de la plataforma ha llegado a su fin. Asumir este rol implica una responsabilidad, que de cara a los últimos acontecimientos y decisiones del grupo no puedo asumir”.

A través de su perfil de Facebook el abogado apuntó igualmente: “El matiz político de la plataforma y de algunos de sus coordinadores, si bien estoy seguro que benefician a la causa cubana, se está alejando de mis ideas, mi forma de pensar y mi postura política”.

Apenas dos días más tarde salía de la plataforma Sayli González Hernández, otras de las moderadoras principales. Mediante una publicación en Twitter explicó que el único motivo era que su “mundo anda en 48 cuadros por segundo y la lógica hace que Archipiélago ande en 24”. En declaraciones a CubaNet la influencer alegó además que su salida se debía fundamentalmente a la necesidad de “independencia para participar en otras iniciativas” y que “voy a estar donde sienta que soy más necesaria”.

Ese mismo día, el activista y moderador Magdiel Jorge Castro informó igualmente su retirada del grupo. Otros de los coordinadores que se han separado de Archipiélago son: Daniela Rojo, Ivette García, Giselle González, Claudio Gaitán y Tamara Pérez Díaz.

Los que se quedaron

Ante este éxodo, el 10 de diciembre último Archipiélago emitió un comunicado que titularon “Declaración de permanencia”. En él se citaban las razones de aquellos que  decidieron continuar trabajando desde la plataforma.

“Cuando un barco está enfrentando un mal tiempo y corre el peligro de zozobrar es cuando hay que remar más fuerte contra la corriente. Hasta que todos sus tripulantes estén a salvo, no se abandona. En Archipiélago cada día es un reto. Yo seguiré confiando en las lenguas que no callan lo que sienten, aunque todo el mundo las culpe o recrimine. Entre esas lenguas malditas está la mía. Yo seguiré confiando en la amistad y en las buenas personas. Sé que un día va a triunfar esta Revolución de los Afectos, va a pasar por encima de los errores políticos que cometemos, porque no seremos tan buenos en política, quizás, pero nos acompañan la solidaridad y la verdad, y eso será suficiente. De cada mal momento nos levantaremos y, posiblemente, más unidos y más fuertes”, dijo la historiadora del arte Miryorly García Prieto.

Por su parte, Yunior García Aguilera manifestó: “Si antes tenía millones de motivos para arriesgarlo todo por Cuba, ahora más. Puedo arrepentirme de mil tropiezos, pero no del pedazo de vida que dedicamos juntos a luchar por nuestros sueños de una Cuba plural, libre, justa y democrática. Un sueño que nos ha mantenido sin pegar un ojo y sin el privilegio del descanso. Archipiélago es mi casa y mi familia, mi confesionario, mi Parlamento de voces francas y diversas, mi crítico sincero, mi pregunta sin respuesta, mi garganta, mi oído, mi paño de lágrimas, mi lista interminable de cosas por hacer, mi hombro para sostenerme, mi puño cerrado y mi mano abierta. Por eso permanezco en Archipiélago, digan lo que digan. Yo me quedo”.

Otra de las moderadoras, Thais Pujol, señaló que debían salvar “lo que podamos salvar, aprendamos lo que tenemos que aprender y volvamos a empezar. Invariablemente, si tenemos claro el objetivo, luego de un número de intentos, el éxito llega. Es una cuestión de aprendizaje, conciencia, tiempo y determinación. El momento de volver a empezar es duro al principio, y mucho, pero si nos sabemos enfocar enseguida se renueva la energía. Nos conocemos mejor, somos más sabios. En este punto estamos en Archipiélago ahora, lo que me llena de alegría. Y el objetivo vale tanto la pena que merece que nos entreguemos al 100 % y que perseveremos hasta el final”.

Archipiélago hoy

Pese a que continúa el trabajo de Archipiélago, a poco más de un mes del 15N algunos se preguntan si el grupo tiene salvación. Integrantes y exintegrantes consultados por CubaNet apuntan que la plataforma se está reorganizando para proponer acciones concretas, pero que el futuro es incierto y es imposible determinar qué sucederá con el grupo o si propondrán otras iniciativas contundentes; otros son más categóricos y consideran que la plataforma ha perdido credibilidad y el respaldo de la ciudadanía.

Después del 15N, como ha solido suceder en momentos de gran tensión en Cuba (como el 27N y el 11J), se vive una especie de impasse. Por el momento, la atención mediática se centra en los juicios contra manifestantes pacíficos del 11J, en la grave crisis económica que atraviesa la Isla y en algunas movidas de piezas del régimen.

Tanto las decisiones de algunos activistas de la plataforma como la falta de experiencias e inmadurez política, unido a la represión de un aparato que ha tenido 62 años para perfeccionar sus métodos, han incidido en los resultados del grupo y, muy posiblemente, en su futuro inmediato. De ellos dependerá no terminar como el 27N, primero trabajando solo en redes para luego, con el tiempo, terminar dispersándose.

Pero, pase lo que pase y pese a los desaciertos, es innegable que la ciudadanía cubana cada vez más adopta posturas críticas y activas contra la dictadura. Hace dos años era impensable un 11J o una convocatoria a protesta pacífica masiva y con tanto respaldo como la del 15N. Los grupos o personas se sustituyen, fortalecen o continúan el trabajo en pos de la libertad y la democracia. Es una carrera de resistencia y de relevos. Lo importante es no abandonar el camino, educar a la ciudadanía, recabar el respaldo internacional y continuar sumando voces. La libertad de Cuba no depende de un solo grupo o persona, depende de todos.

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Archipiélago se fragmenta, pero el régimen está solo y desesperado

LA HABANA, Cuba. – De todo lo acontecido en los últimos días quizás falte poco o nada por decir. La polarización que se aprecia en las redes sociales con respecto al éxito o fracaso de la Marcha del 15 de noviembre ha sido eclipsada por la decisión de Yunior García de exiliarse en pleno despliegue represivo por parte del régimen. Miles de cubanos han quedado en una especie de shock, no solo por la inesperada reaparición del dramaturgo en España ―tras casi 72 horas sin dar señales de vida―, admitiendo que su plan de emigrar había sido concebido con anticipación; sino por el pasmoso triunfalismo de quienes aseguran que el 15N fue todo un éxito porque “desenmascaró” a la dictadura.

Si a estas alturas alguien, dentro o fuera de Cuba, necesita que el castrismo sea desenmascarado, es porque no ha estado prestando atención. Desde que fuera anunciada la marcha pacífica, y una vez declarada ilegítima por parte de las instancias judiciales, se sabía que el régimen no la iba a permitir. Los actos de repudio que se produjeron en toda la Isla, el cerco policial a periodistas, opositores y miembros visibles de la plataforma Archipiélago, los arrestos preventivos de figuras que podían ejercer algún liderazgo durante la jornada cívica, son métodos que el castrismo ha aplicado durante seis décadas. 

Se intuía que a Yunior no lo iban a dejar salir, que le montarían un tinglado en La Coronela, que la presión sería descomunal. Se sabía que a lo largo de la ruta habanera señalada por Archipiélago para realizar el desfile, estarían apostados cientos de agentes de la Seguridad del Estado, policías y jóvenes cadetes disfrazados de pueblo aguerrido, a la espera de esos bravos que saldrían de punta en blanco con su flor de paz. 

No hubo ninguna sorpresa con el modus operandi del régimen. La comunidad internacional tampoco necesitaba de mayores demostraciones porque ha visto actuar como energúmenos a los diplomáticos de la dictadura en eventos donde deberían primar el respeto y la moderación. Nada quedaba por descubrir; así que no hubo tal victoria. Si de algo sirvieron los sucesos recientes, tanto la mascarada del parque El Quijote como la militarización del Paseo del Prado, fue para dejar claro que el castrismo ya no tiene pueblo que lo siga y su único recurso es el terror, que aplica sin miramientos. 

Esa conga deplorable que bajó por la avenida 23 el domingo 14 de noviembre es todo lo que queda del entusiasmo revolucionario: un montoncito de obligados que medran en facultades estratégicas como el ISRI (Instituto Superior de Relaciones Internacionales) y Ciencias Médicas, dirigentes de la FEU y los tontos útiles de siempre.

No hubo pan y circo más allá de algunas ferias paupérrimas y módulos culturales en parques por donde transitaban los cubanos como nubes cerradas, sin nada que celebrar. El populismo de Díaz-Canel ha sido tan inútil al sistema que las hordas del repudio tuvieron que ser transportadas hasta la puerta de los opositores, porque la gente del barrio ya no se presta a esa ignominia. Si la Marcha Cívica por el Cambio dejó alguna ganancia fue esa: demostrar que el régimen está solo y desesperado. 

Las restantes interpretaciones pertenecen a esa ilusión colectiva de funcionalidad que desde hace décadas compartimos los cubanos para no enloquecer. La dictadura no aceptará patrullas volcadas ni rosas blancas. No tolerará ninguna clase de disidencia y eso tampoco es novedad. 

Quizás la verdadera conmoción se produjo al saber del exilio premeditado de Yunior García, a quien ciertamente no se le debe juzgar por haberse quebrado, según él mismo admitió. Sin embargo, el secretismo con que puso mar de por medio mientras varios miembros de Archipiélago sufrían hostigamiento o arrestos, no juega a favor de un hombre que en numerosas ocasiones habló del honor y de la importancia de ser consecuentes. 

No es razonable querer sacudirse la responsabilidad del liderazgo luego de haberse convertido en el orador más prolijo y el rostro más visible de Archipiélago. No es coherente decir “yo no soy político” después de meses articulando un discurso esencialmente político, que atrajo el interés de todos los medios de prensa y catalizó las expectativas de miles de cubanos. No es decente convocar para luego desaparecer, dejando a tus hermanos de causa atribulados y exigiendo fe de vida mientras una visa te ayudaba a salir de este infierno.

El archipiélago se ha fragmentado. Otra vez la esperanza anida en una hipotética reedición del 11J, que el castrismo intenta evitar con la apertura de fronteras y el arribo de turistas. Mientras tanto, Yunior se va a España como mismo entró Carlos Manuel Álvarez a San Isidro: en medio de un implacable cerco policial y abortando la amenaza que mantenía en jaque a la dictadura.

Ya lo dijo quien lo dijo: el cambio fraude está a las puertas. El castrismo quiere tomar las riendas de la transición, y el único modo de impedirlo es empoderando al pueblo que duerme en las colas para comprar los escasos víveres o medicinas que despacharán al día siguiente. Visto y comprobado el riesgo de fuga entre los artistas e intelectuales cubanos, toca a los humildes alzarse de nuevo contra políticos corruptos que hoy son, más que nunca, la caterva que florece sobre nuestra angustia.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Archipiélago lanza alarma por paradero de Yunior García: “Exigimos fe de vida”

Yunior García Archipiélago

MIAMI, Estados Unidos.- El grupo Archipiélago ha lanzado una alarma por el paradero del dramaturgo cubano Yunior García Aguilera, con quien nadie del equipo ha podido ponerse en contacto desde el pasado domingo 14 de noviembre a las 6:00 p.m.

A través de un escueto comunicado publicado en su página de Facebook, Archipiélago dijo estar “alarmado por la incomunicación de Yunior García Aguilera. A las 6:00 de la tarde del 14 noviembre fue nuestro último contacto directo con Yunior García. Nadie de nuestro equipo lo ha visto físicamente desde entonces”.

“Hoy martes, un colaborador de nuestro equipo fue en persona a la casa de Yunior y Dayana. Luego de tocar reiteradamente no obtuvo respuesta. Nadie abrió la puerta. Exigimos #FédeVida de Yunior García Aguilera, Dayana Prieto y sus familiares”, finaliza la publicación.

Yunior García
Captura de pantalla

CubaNet intentó comunicarse tanto con García Aguilera como con su esposa y los teléfonos están fuera del área de cobertura y no responde, respectivamente.

Luego de que fuerzas represivas del régimen cubano rodearan su casa y le impidieran salir a marchar en solitario el domingo 14 de noviembre, tal y como había anunciado días antes, Yunior denunció el cerco a la prensa internacional que aguardaba en las afueras de su vivienda a través de su ventana, donde permaneció con una flor blanca y un cartel en el que se leía “mi casa está bloqueda”.

Este lunes, día convocado para la Marcha Cívica por el Cambio, en el que sobresalieron los actos de hostigamiento contra los promotores de la iniciativa, Atahualpa Amerise, coordinador de la agencia EFE en Cuba, aseguró que Yunior García Aguilera se encontraba “bien”.

“Está en su casa durmiendo. Llamamos a su puerta y su suegra nos dijo que se encuentra agotado después del intenso domingo. Los agentes que le vigilan no impidieron a nuestro equipo acceder. La bandera patria le sigue tapando las vistas”, escribió el corresponsal en Twitter .

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La Seguridad Cubana vs Archipiélago: cronología del asedio

Archipiélago Cuba

CIUDAD DE MÉXICO.- A mediados de agosto se hizo pública la convocatoria a la marcha cívica de noviembre, que tiene entre sus demandas la liberación de los presos políticos. Un mes después el régimen de la isla sistematizó los actos de hostigamiento contra los activistas y miembros del grupo Archipiélago. Desde entonces, con el apoyo de su aparato represivo y propagandístico, el acoso y las agresiones no han cesado.

Al menos 47 agresiones han sufrido los miembros del grupo Archipiélago.

Entre la estrategia de propaganda del régimen cubano tuvieron que revelar la identidad de un agente encubierto de la Seguridad del Estado con el fin de desacreditar a Yunior García, la figura más visible del grupo. Al dramaturgo, que hizo su aparición más visible el 27 de noviembre cuando fuera relevante en las negociaciones con el Ministerio de Cultura de Cuba, le han dedicado más de una decena de textos desacreditándolo y mintiendo sobre quién es, varios programas en la televisión, par de actos de repudio. Dejaron palomas decapitadas en su puerta y le cortan casi a diario el Internet a él y a su familia. La advertencia de que serán procesados de realizar la protesta ha sido dada a quienes pretende manifestarse.

El propio gobernante Miguel Díaz-Canel lo dejó claro en su cuenta de Twitter y durante una plenaria del Comité Central.

Junto al dramaturgo, los miembros más asediados de Archipiélago en La Habana han sido Daniela Rojo, a quien han llegado a intimidar con el bienestar de sus hijos menores de edad, y el jurista Fernando Almeyda. Mientras que en el interior del país los agentes físicos y virtuales del gobierno cubano acosan una y otra vez a la emprendedora Sayli González, el rapero Omar Mena, el doctor Manuel Guerra y el profesor David Alejandro Martínez. Los dos últimos perdieron sus empleos como castigo por su activismo.

Leinier Cruz, otro de los coordinadores, fue secuestrado en plena vía pública por la policía política, montado a la fuerza en un auto y trasladado con la cabeza encapuchada sin poder observar a dónde lo llevaban. En una casa de visita de la policía política fue amenazado.

Sin embargo, el método de hostigamiento más frecuente contra quienes se sumaron a la iniciativa fue citarlos a interrogatorios para allí ser intimidados con posibles penas de cárcel si continuaban promocionando la marcha.

CubaNet, mediante una revisión de la prensa de agosto hasta el 9 de noviembre, además de informes de la organización Cubalex, presenta esta línea del tiempo donde en su área superior (y de verde) mostró la evolución de este grupo y cómo fueron sumándose ciudades de Cuba, a la par que sus miembros se defendían del acoso de las autoridades.

En la parte inferior (y de amarillo) resumimos los principales actos de hostigamiento contra Archipiélago. Así contamos cómo ha crecido el movimiento que ha puesto en jaque a la dictadura y la respuesta desde el poder.

*Nota: Para interactuar con la herramienta puede aumentar (con el signo +) el tamaño de los hitos y así facilitar la lectura. Esta cronología también permite utilizar el buscador para filtrar los resultados según las palabras descritas en el título de cada punto de la cronología.

Timeline maker

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Archipiélago aclara que se mantiene la marcha del 15 de noviembre

MIAMI, Estados Unidos.- La plataforma Archipiélago respaldó la decisión del dramaturgo y activista cubano Yunior García Aguilera de marchar en solitario este domingo 14 de noviembre en La Habana, como parte de la Jornada Cívica por el Cambio, y aseguró que, de ninguna manera, esta es “una acción desmovilizadora”.

“Yunior tiene todo nuestro afecto, apoyo y respeto. Inspirado por el civismo, la ética, el humanismo, la justicia social y la no violencia, Archipiélago respeta, y respetará siempre, las decisiones autónomas e individuales de cada una de las islas que nos conforman”, informó el grupo en un comunicado publicado en su página de la red social de Facebook.Archipiélago respalda decisión de Yunior García a marchar en solitario

“La declaración de Yunior García Aguilera no es, de ninguna manera, una acción desmovilizadora. Todo lo contrario, la propuesta de una marcha tranquila y en solitario viene a ocupar un espacio dentro del rango de acciones de la Jornada Cívica por el Cambio que Archipiélago propone”, agregó Archipiélago, principal promotor de la marcha convocada para el próximo lunes 15 de noviembre.

Los coordinadores del grupo sostienen que el encuentro del 15N se trata de un derecho constitucional de los cubanos y actúan con total apego a la ley vigente. Asimismo, ven en la propuesta de García Aguilera un aldabonazo a la conciencia y al pacifismo de quienes saldrán a marchar o manifestarse pacíficamente el 15N. “Al autoritarismo vamos siempre a responderle con civismo, decencia, firmeza, creatividad y autonomía”, señala el comunicado.

Archipiélago
Captura de pantalla

“Nuestras propuestas pacíficas y humanistas están claras, pero ya no nos pertenecen. La ciudadanía cubana alrededor del mundo se ha apropiado de ellas”, sentenció Archipiélago.

En la publicación el grupo aseguró que se mantienen las marchas y protestas pacíficas en otras ciudades de Cuba, y se informarán de las propuestas que ocurran en las próximas horas.

Cienfuegos y Santa Clara anunciaron cambios en la concepción de la protesta en aras de garantizar la seguridad de las personas. En Cienfuegos se realizará una sentada en el parque Villuendas y en Santa Clara no existirá una concentración en un punto determinado, sino que cada persona, o grupos de personas, podrán salir a las calles y protagonizar la iniciativa.

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Marcha del 15N: toda la violencia irá a la cuenta del castrismo

LA HABANA, Cuba.- Lo que ocurrirá el próximo 15 de noviembre es bastante predecible si se toma en cuenta el discurso y la actitud del régimen contra los moderadores de la plataforma Archipiélago. El bombardeo ideológico es diario, a toda hora, con argumentos tan falaces que el día que Cuba regrese a la democracia la justicia no se ocupará solamente de los esbirros de la Seguridad del Estado. Muchos periodistas tendrán que responder también por su complicidad criminal con el castrismo en un momento de suprema urgencia para la nación.

Aunque muy pocas personas creen lo que dice la televisión cubana sobre la Marcha Cívica que ha sacado de sus casillas a la dictadura, el nivel de virulencia apreciable en las calumnias mal fabricadas contra el dramaturgo Yunior García resulta, cuando menos, inquietante. Los ataques a su domicilio, las publicaciones de ese repugnante libelo que se hace llamar Cubadebate, y el empecinamiento en relacionarlo con cubanos exiliados que han luchado toda su vida contra el régimen comunista, no solo buscan desprestigiar al joven, sino convertirlo en blanco de un odio que se viene ensayando desde 1959.

El castrismo sigue reaccionando con embestidas ante la solicitud de un diálogo imprescindible para la supervivencia del país. Quienes engordan en oficinas y autos climatizados no parecen intranquilos porque Cuba haya entrado en un conteo regresivo acelerado. A su indiferencia se suma el desprecio por un grupo de cubanos que intenta remediar el descalabro nacional con acciones pacíficas, apelando al entendimiento por encima de cualquier provocación, y obteniendo por toda respuesta despidos laborales, amenazas de golpizas o promesas de cárcel.

La dictadura se esfuerza en desperdiciar esta oportunidad de resolver la crisis sin que el país termine deshecho. Insiste en la estrategia, cada vez menos eficaz, de organizar fiestas populares para mostrarle al mundo que quienes apoyan la “proeza socialista” superan en número a los ciudadanos inconformes que llevan adelante la iniciativa del cambio. Sin embargo, ignora que esa franja de pueblo que puede estar o no a favor del sistema porque es fácil de controlar a golpe de ron y pan con timba, no se siente tan propensa al circo como en otros tiempos.

Los cubanos están hartos de jolgorios presupuestados para disimular la miseria y hacerle juego a la propaganda. La apatía popular fue especialmente notable durante los pobrísimos festejos del 26 de julio pasado, cuando a pesar de la pandemia pusieron bafles en algunos parques y organizaron ferias de tres por kilo para vender la calamitosa producción nacional. Solo los alcohólicos, locos e indigentes de la zona hicieron caso de la música bailable, ofreciendo un cuadro tan penoso como elocuente.

Las personas cruzaban los parques aprisa, sin dedicar atención a tan inapropiado espectáculo. Los sucesos del 11 de julio habían quebrantado el alma de los cubanos con una mezcla de rabia y tristeza que perdura hasta hoy; una mezcla que no se disuelve en algarabías revolucionarias.

El pueblo ha superado el hartazgo habitual. Algo mucho más destructivo se manifiesta principalmente entre compatriotas, pero en cualquier momento puede volver proa hacia ese enemigo común que todos tienen bien identificado, aunque todavía no se decidan a atacarlo con la fuerza de un solo pueblo. El castrismo sigue tensando la cuerda del malestar social pese a saber que entre las colas, el desabastecimiento y la inflación la gente anda desquiciada, en modo Terminator, y le da lo mismo morir o matar.

Esas imágenes de burócratas armados con garrotes que han aparecido en las redes sociales, lejos de amedrentar están acomplejando a la gente. Responder con agresiones a la razonable petición de Archipiélago podría malograr las intenciones pacíficas y desviarlas por un camino muy peligroso. Si esa amplísima fracción de pueblo que el castrismo cree domesticable con pachanga y fritura decide tomar las calles nuevamente, la violencia será extrema. Muchos aguantarán los golpes que la revolución de los humildes propinará con odio fascista; pero otros no van a permitir que les rompan un hueso y responderán en consecuencia.

Aún hay tiempo de impedir que el presente de Cuba sea más luctuoso de lo que ya es. Archipiélago ha colocado una propuesta sensata sobre la mesa. Lo que demandan es tan justo y apremiante que no han logrado hacerlos desistir a pesar del terror y el cargo de “Sedición” imputado a jóvenes manifestantes del 11 de julio, para que sirva de escarmiento a quienes pretendan rebelarse contra el poder.

La marcha del 15 de noviembre será la acción conjunta de miles de ciudadanos que no tienen nada que perder, porque en Cuba la vida y la libertad no son lo que deberían. Malvivir es también una forma de morir. No solo tapias y barrotes conforman una cárcel. Los cubanos están presos en una circunstancia que ha durado demasiado. Les asiste todo el derecho de exigir que eso acabe, y lo harán de la manera más cívica posible.

Archipiélago se ha conducido con transparencia y ecuanimidad frente a un discurso cada vez más hostil. Todo acto de violencia que empañe la marcha del 15 de noviembre irá a la cuenta del castrismo, autorizado de antemano por la misma voz que dio la orden de combate el 11 de julio.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Archipiélago a las familias cubanas: ¿hasta cuándo vamos a seguir callados ante la injusticia?

MIAMI, Estados Unidos.- En un mensaje dirigido “a las familias cubanas” este jueves 28 de octubre, el Grupo Archipiélago aseguró que pese a las calumnias que el gobierno vierte sobre ellos impunemente, son jóvenes en su mayoría que solo piensan diferente y quieren un mejor país mejor, “pues antes que ciudadanos somos hijos, padres, nietos, hermanos y primos”, y “hemos visto salir a nuestros familiares y amigos de Cuba porque no encuentran futuro en esta tierra asfixiada de política y autoritarismo”.

“Queremos que Cuba sea verdaderamente la casa de todos y que como una gran familia podamos echar adelante: sin injerencias del vecino y sin dejar a nadie atrás. Pero para eso necesitamos respetarnos, sanar las heridas, trabajar juntos”, dice el comunicado de Archipiélago, principal promotor de la Marcha Cívica por el Cambio convocada para el próximo 15 de noviembre.

“Nosotros pasamos las mismas penurias que ustedes y perdemos largas horas haciendo colas para conseguir comida y medicinas. Intentamos sobrevivir en esta ‘luchita cotidiana’”. Sin embargo, reza el texto, “la única diferencia entre nosotros y una parte del pueblo cubano es que sentimos que la vida en Cuba solo va a peor”, y “llevamos muchos años esperando a que una élite de elegidos cumpla sus promesas. Cada año el sueño de una vida próspera no solo está más lejos, sino que se materializa como una pesadilla”.

En el mensaje, publicado en la cuenta oficial de Facebook del Grupo Archipiélago, los firmantes aseguran que solo quieren “un país mejor”, y que “si la forma en que se han hecho las cosas hasta el día de hoy no ha funcionado es hora de pensar en cambios. Pensar así no nos hace malos, ni ‘gusanos’, ni delincuentes. Nos hace diferentes. Nosotros respetamos a los que piensan diferente ¿por qué no puede respetársenos a nosotros? ¿Acaso por eso somos menos humanos o menos cubanos? Queremos que todo proyecto de Nación soberana dignifique la vida humana y que el Estado vele por los derechos de su pueblo todo, no de una élite privilegiada”.

El grupo señaló: “nos urge una Cuba que no permita que nuestras cárceles sigan llenas con los más de 500 jóvenes cuyo único crimen fue pedir un país mejor el 11 de julio”, y llamó a la reflexión y la empatía por los manifestantes encarcelados.

“Sabemos que a muchos les duelen las historias de esos muchachos, que están siendo condenados con altas penas ejemplarizantes. Familias cubanas, una cárcel le fastidia la vida a cualquiera ¿hasta cuándo vamos a seguir callados ante la injusticia? Si mañana el gobierno decide incriminar a sus hijos o como a tantos otros los obliga a irse del país lazándoles al mar o instándoles a cruzar la selva del Darién, ¿seguirían en silencio?”

“Abuelos y Padres, bien saben muchos las injusticias que se han vivido en este país y que se han callado por temor. Entendemos sus miedos y razones”, dijeron, “pero de la verdad podemos correr por un tiempo, pero no escondernos de ella para siempre. Todos los males que eligieron no enfrentar, ahora pesan sobre el presente y futuro de sus hijos y nietos”.

“Criticar o silenciar a sus hijos no hace más que contribuir al problema. En lugar de eso, pregúnteles a sus jóvenes cuáles son sus sueños, qué quieren para la Patria. La familia debería está por encima de cualquier ideología o doctrina; la humanidad por encima de cualquier partido. Al menos así pensamos nosotros y muchos otros”.

Archipiélago denunció que las imágenes publicadas en las redes sociales y los discursos gubernamentales están llenos de un odio aberrante e “invitan a la violencia fraticida con maderos y armas”, ellos, en cambio, “invitamos al amor y la concordia, a recitar “Cultivo una rosa blanca” frente al uso de la fuerza”.

Ante una Isla que se “cae a pedazos”, dice el documento, que ya cuenta con miles de reacciones, “el 15 de noviembre no permitamos que nadie usurpe la legítima e intransferible autoridad de los padres sobre los hijos en el proceso formativo. Los niños cubanos están para reír, jugar y soñar con un futuro distinto, no como instrumentos o armas políticas. Piensen que esos pequeños y adolescentes se merecen un futuro mejor, que esos son nuestros hijos y sobrinos también, que tienen derecho a tener la Cuba de las soluciones, las oportunidades y los proyectos, no la de los exilios”.

El grupo pidió a los que salgan el día de la marcha que eviten todo espacio donde estén los infantes. “Si ven un Plan de la Calle con niños, tomen la dirección contraria”.

A las familias cubanas, “les queremos pedir que no formen parte de las Brigadas de Respuesta Rápidas o de cualquier otra estratagema empleada desde el Gobierno para generar violencia. Piensen que con cada golpe lastiman a otro ser humano, golpean sueños, cortan esperanzas y destruyen la posibilidad de un futuro mejor para todos. No podemos seguir cometiendo los errores del pasado prestándonos para los mítines relámpagos o las órdenes de combates”.

“Nosotros no somos mercenarios. Nadie se entrega a una posible condena judicial por dinero, sino por el peso de las convicciones y los deseos de una vida digna. Piensen familias, el 15 de noviembre puede ser una fiesta de la reconciliación y el respeto al otro. Cuba se merece un futuro mejor, sé protagonista del cuidado de la persona humana desde el gesto pequeño y el respeto a los hijos de esta tierra piensen como piensen”, finalizó el Grupo Archipiélago.

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Fiscalía cubana cita a cinco promotores de la Marcha Cívica por el Cambio

MIAMI, Estados Unidos.- El actor y dramaturgo Yunior García Aguilera, de La Habana, el médico Manuel Guerra Guerrero y el poeta Javier Luis Mora Blanc, ambos de Holguín, el artista Omar Mena González, de Villa Clara, y el ingeniero químico y profesor universitario David Martínez Espinosa, de Cienfuegos, fueron citados este jueves por la Fiscalía de sus respectivas provincias para un encuentro “con carácter oficial” hoy 21 de octubre a las 9:00 de la mañana.

Los cinco jóvenes, miembros del grupo Archipiélago y promotores de la Marcha Cívica por el Cambio del próximo 15 de noviembre, recibieron una “Diligencia de notificación de citación oficial”, según fue denunciado en la red social de Facebook por el periodista y académico José Raúl Gallego, quien compartió cuatro de las citaciones, y el propio García Aguilera, que también publicó la suya.

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Según el dramaturgo cubano, desconocen el motivo de las citaciones, aunque intuyen que están relacionadas con la Marcha del 15 de noviembre. “Pase lo que pase, insistimos en nuestro derecho a tener derechos. Estamos decididos a conquistar cívicamente nuestro espacio de participación en la realidad del país donde nacimos”, escribió García Aguilera junto a la imagen del documento oficial de la Fiscalía.

Así mismo, agregó que “no se puede pedir permiso para ser honestos, para expresar nuestro pensamiento de manera franca y pública. Cuba tendrá que dejar de ser un clóset ideológico. Los cubanos tendremos que aprender también a salir de esos armarios, con la frente bien alta, sin importar los prejuicios o los adoctrinamientos de los conservadores. La ciudadanía tiene que acabar de empoderarse, con su amplia y legítima diversidad”.

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El activista, que se ha convertido en los últimos meses en un líder de opinión en el convulso escenario político y social en la Isla, denunció que, durante décadas, el régimen ha censurado el pluralismo político y “nos sembraron un complejo de orillas, tribunas y trincheras. El poder ha pretendido extirparnos como si fuéramos un tumor maligno, pero las viejas manipulaciones ya no les funcionan como en otros tiempos”.

“No somos ese rosario de adjetivos con los que intentan descalificarnos. No llegamos en paracaídas para sembrar el caos y la hecatombe. Somos el fruto de nuestra realidad, dura y cruda. Somos como cualquiera que hace colas y corre detrás de una guagua y compra café por la izquierda, como cualquiera que comprende lo mala que está ´la cosa´ y usa malas palabras singularmente nuestras. Pero hay algo distinto, ya no nos funciona la muela oficialista de continuismos obedientes ni dogmas irrevocables. Nos toca a nosotros hacer que la palabra revolución vuelva a significar Cambio, y que la Soberanía al fin sea nuestra, de los ciudadanos”, señaló el también líder de Archipiélago.

Entretanto, el sitio oficialista Cubadebate publicó este jueves un artículo en el que advierte “a los ciudadanos convocantes” de la Marcha Cívica por el Cambio sobre las “consecuencias legales de persistir en la marcha ilegal”, en el que confirmó las citaciones de la Fiscalía.

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