HOUSTON, Texas, Estados Unidos, junio, Rafael Pérez González/ www.cubanet.org – Gran alboroto ha tratado de crear el régimen de Raúl Castro con su llamada “Reforma Migratoria”. En ella se modifica la anterior ley No. 1312 “Ley de Migración”, de 20 de septiembre de 1976. Hagamos un análisis de la “nueva ley”, para descubrir sus verdaderas intenciones.
Comenzamos citando el Artículo 23 donde se dice “los cubanos residentes en el país no pueden obtener pasaporte en los casos”: d) Cuando razones de Defensa y Seguridad Nacional así lo aconsejen. h) Cuando por otras razones de interés público, lo determinen las autoridades facultadas. No se especifica cuáles son los impedimentos para no conceder el pasaporte.
Es decir, la obtención de un pasaporte no es un derecho pues con eso de “… lo determinen las autoridades…”, a cualquiera se le podrá negar este documento. O sea, a usted le niegan el pasaporte, no se entera del por qué y no tiene a quien reclamar. ¿Se puede considerar esto como ley en un país democrático?
Pero no contentos con esto, los legisladores castristas también establecen prohibiciónes para que un cubano salga del país y en artículo 25 inciso h): “Cuando por otras razones de interés público, lo determinen las autoridades facultadas”.
Basta recordar por ejemplo la prohibición de la tenencia de dólares americanos y su “desprohibición” –cuando aun había cubanos cumpliendo prisión por ese supuesto delito– que de la noche a la mañana se esfumó del código penal castrista.
Los cubanos podían salir y entrar libremente a su país desde el año 1940, pues la constitución de ese año, establecía en la parte de “Derechos Sección Primera, De los derechos individuales Artículo 30”:
“Toda persona podrá entrar y permanecer en el territorio nacional, salir de él, trasladarse de un lugar a otro y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte u otro requisito semejante, salvo lo que se disponga en las leyes sobre inmigración y las atribuciones de la autoridad en caso de responsabilidad criminal. Ningún cubano podrá ser expatriado ni se le prohibirá la entrada en el territorio de la República”.
Fidel Casto aludió a esta constitución más de 30 ocasiones en “La Historia me Absolverá”. Pero al poco tiempo de tomar el poder despojó al pueblo de Cuba de esa constitución.
Los que ahora fingen devolver al cubano el derecho de salir del país, fueron los mismos que implantaron la tarjeta blanca del permiso de salida y consideraron traidores a la patria a los que deseaban abandonar su patria.
Baste recordar cuantos cubanos murieron en Cuba y en la diáspora añorando ver sus seres queridos. Emblemático es el caso de Celia Cruz a la que se le prohibió asistir en Cuba al funeral de su madre.
El régimen no puede engañar al mundo, con esta mal llamada Reforma Migratoria, parte de lo que ellos mismos le arrebataron a su pueblo.
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