MIAMI, Florida, septiembre, 173.203.82.38 -Una vez más la población cubana se lanza a las calles con igual protesta, esta vez fue en el Reparto Rio Verde, Municipio Rancho Boyeros. Primero fue en el Mercado de Cuatro Caminos en la Ciudad de La Habana y luego en otros barrios de la misma ciudad sin descontar otras localidades de provincia.
En esta ocasión el mismo clamor ha esparcido su eco. Cazuelas y calderos están doblando en reclamo de alimentos para mitigar el hambre.
Los precios de los artículos de primera necesidad van en aumento y no están en correspondencia con el nivel salarial de la población.
Tampoco existe un sólido programa para promover la defensa de las personas discapacitadas, enfermos crónicos, niños y ancianos como ningún subsidio de carácter social que les garantice su alimentación a estas personas de forma justa y razonable.
Es de suponer que mientras más se dilaten las soluciones mayor será la ansiedad nacional; lo cual conllevará a un encuentro que puede estallar en violencia y por tanto más graves serán las consecuencias.
Sin embargo, no obstante los riesgos actuales y los que están por venir, parece que cazuelas y calderos seguirán doblando en plena vía pública, para pronunciarse por la liquidación absoluta del hambre.
La dictadura tiene una sola respuesta: reprimir a los manifestantes que enarbolan sus justas demandas a través de cazuelas y calderos. Esta actitud violatoria de los más elementales derechos tiene vinculación con los componentes ideológicos y políticos del régimen totalitario.
Hay que destacar que todo indica que cazuelas y calderos seguirán doblando hasta que se ponga fin a las deplorables condiciones de opresión y hambre en nuestro país.
Las supuestas reformas económicas anunciadas por la dictadura no han sido más que otra grieta en el espejo donde todos los días el pueblo cubano tiene que mirar su falta de libertad y alimentos.