GUANTÁNAMO, Cuba.- El acto nacional para conmemorar el 65 aniversario del 26 de julio de 1953 se realizó en los predios del antiguo cuartel Moncada de Santiago de Cuba.
Con la presencia de los principales dirigentes del Estado, el gobierno y el partido comunista, el acto comenzó alrededor de las 5:00 a.m. de este jueves con una función artística y concluyó sobre las 6:30 a.m. con las palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz.
En un discurso plagado de interrupciones debido a las evidentes dificultades del orador para leer con fluidez el contenido de su mensaje, el General se limitó a hacer un sucinto balance de la situación económica y política del país, de la coyuntura internacional en nuestro continente y de las relaciones diplomáticas de su gobierno con el de los EE.UU.
Aunque la ocasión era más que propicia para que al menos develara algunas de las pautas por las que se regirá el futuro debate nacional sobre el ante proyecto de Constitución, el General se limitó a destacar la importancia de dicho documento y a reiterar lo dicho en el recién finalizado período de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular. También -algo que ya se ha convertido en habitual- el dirigente se refirió a la tensa situación financiera que vive el país debido al incumplimiento de los ingresos en divisas en algunas áreas económicas, entre ellas el turismo, y volvió a hacer hincapié en la importancia del ahorro, algo de lo que se desentienden constantemente muchos cubanos, principalmente no pocos de los que conforman la privilegiada nomenclatura del castrismo.
A continuación Raúl se refirió a la situación política del continente, donde la unidad que se pretendía establecer hace unos años ha terminado, al extremo de que es evidente la puja de dos fuerzas opuestas, pues en un lado se hallan regímenes defensores de una fuerte centralización del poder político y estatal como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y algunas islitas caribeñas que orbitan a su alrededor, y en el otro los países que defienden la democracia y los derechos humanos frente a ese hegemonismo, que son los más y los que mayoritariamente muestran mejores resultados económicos. El General también se refirió a este fenómeno, que calificó como una ofensiva neoliberal que pretende hacer retroceder a la región, movimiento que dijo estar liderado por Washington e implica peligros para Venezuela y Cuba, esta última -según afirmó-identificada recientemente por un alto funcionario norteamericano como la madre de todos los males en la región.
Al analizar el estado actual de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los EE.UU., Raúl inició su análisis recordando palabras suyas dichas ante la Asamblea Nacional del Poder Popular pocos días después del 17 de diciembre del 2014. Luego hizo otros recordatorios puntuales con el objetivo de reafirmar ante el auditorio la posición agresiva que el gobierno norteño ha mantenido contra Cuba después de 1959, una tesis omnipresente en el discurso oficial del castrismo. También se refirió a que luego de los incidentes de lo que ha sido conocido como la “guerra sónica”, las relaciones se han deteriorado y que la decisión de disminuir el personal diplomático ha limitado los viajes de los cubanos hacia ese país. Igualmente señaló como otro efecto de lo que llamó “recrudecimiento del bloqueo económico” la persecución de Washington a las transacciones comerciales realizadas por el gobierno cubano.
En lo que fue una evidente equivocación, el General de Ejército dijo que pronto celebraremos el 157 aniversario del inicio de las luchas por nuestra independencia -cuando en realidad es el 150-. También afirmó que nadie podía pretender que nuestro país cambie el orden político y social ni las ideas por las que el pueblo cubano está luchando desde hace más de un siglo, una frase de manifiesta intención manipuladora pues pretende establecer como cierto que Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Antonio Maceo y José Martí, entre otros miles de ilustres patriotas, lucharon por el comunismo.
Ante los rostros evidentemente cansados de los diez mil santiagueros que colmaron el lugar -seguramente desde muchas horas antes- y en medio de otro aparatoso despliegue de fuerzas de seguridad, el General de Ejército terminó su monótono discurso con una de las típicas arengas del castrismo, llamando a continuar la lucha y prometiendo que el primero de enero de 2019 se reencontraría con los santiagueros en el mismo lugar para celebrar el 60 aniversario del triunfo de lo que un día fue una revolución esperanzadora de profundas raíces democráticas y ha derivado en la dictadura más prolongada y nefasta del continente.