LA HABANA, Cuba.- Ómicron podría expandirse en Cuba, por la apertura de sus fronteras para propiciar el turismo y el flujo de viajantes para adquirir productos, con un rebrote más agresivo que el ocurrido durante el presente año. El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) anunció nuevas medidas de control, pero podrían ser insuficientes.
Las regulaciones para Estados Unidos son específicas, lo que junto al elevado precio de los pasajes, podría enfriar el entusiasmo de poder visitar nuevamente Cuba. Los viajeros deberán presentar su esquema de vacunación completo. La única excepción son los niños menores de 12 años o una condición médica certificada que impida la vacunación, informó el gobierno cubano el 15 de noviembre. Los demás pasajeros solo tendrán que presentar un PCR negativo en caso de no estar vacunados.
Procedente de Sudáfrica, país con 60 millones de habitantes, un total de 3 millones de contagios, y solo el 22,5% de la población con la inmunización completa, Ómicron se ha extendido por el sur del continente africano, donde laboran especialistas cubanos de diversas ramas, y aporta muchos visitantes. Ya llegó a Canadá, España, Turquía, Reino Unido, Países Bajos, y otros países europeos emisores de visitantes a Cuba, que cierran sus fronteras. Los intereses políticos no pueden obnubilar frente al imperativo de garantizar la seguridad de los cubanos. El iniciado retorno de las actividades productivas, de servicio y sociales es peligroso por el relajamiento de los controles sanitarios, la falta de precaución de la población en los repletos transportes y las infinitas colas, así como las fiestas de fin de año.
El presidente Díaz-Canel realizó tres concentraciones de miles de jóvenes, para imponer el apoyo político y comprometerlos si desean mantener sus plazas de estudio y trabajo, a fin de procurar contrarrestar la influencia de las manifestaciones del 11 de julio y la creciente efervescencia en todos los sectores sociales por las infinitas restricciones y el incremento de las carencias.
Para eso se aduce la gran disminución de los casos del rebrote de COVID-19 extendido por todo el país, como resultado de la inmunización de la mayor parte de la población con las vacunas nacionales. La Sentada de los Pañuelos Rojos de “miembros de varios colectivos y líderes de la sociedad civil” en el Parque Central de La Habana, como el mandatario definió en un tuit el 14 de noviembre; el acto en la escalinata de la Universidad de La Habana el 25 de noviembre, víspera del quinto aniversario del fallecimiento de Fidel Castro; la concentración y caminata de tres kilómetros desde allí hasta el monumento de los ocho estudiantes de medicina fusilados el 27 de noviembre de 1871, así como actividades similares por todo el país, expusieron a la generación continuadora de la nacionalidad y la Patria Cuba a las enfermedades, las secuelas y el exterminio. Debe tenerse en cuenta que además de la COVID-19, actualmente circulan por el país el dengue y otras endemias infecciosas, sin que existan medicamentos ni se estén realizando fumigaciones.
La variante Ómicron es altamente transmisible y requiere “acción urgente”, dijeron los ministros de salud del Grupo de los 7, y elogiaron el “trabajo ejemplar” de Sudáfrica en detectarlo y alertar, el lunes 29 de noviembre. Asimismo, subrayaron la relevancia estratégica de asegurar el acceso a las vacunas y mantuvieron su compromiso de donar, y apoyar en la investigación y el desarrollo. Una nueva reunión harán en diciembre, comprometidos en cooperar con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y socios internacionales para compartir la información sobre Ómicron. Sin embargo, la OMS reitera la insuficiencia de las donaciones comprometidas y también los problemas logísticos. Solo el 7% de cerca de 1,300 millones de habitantes del continente ha recibido la pauta completa, y un 11% un pinchazo. Marruecos es excepción, con 61% de toda la población cubierta, mientras Burundi cubre el 0,0025%, República Democrática del Congo el 0,06% y Chad el 0,42%.
La Nota Informativa del MINSAP, publicada el 29 de noviembre, impone nuevas medidas a los visitantes de Sudáfrica, Lesoto, Botsuana, Zimbabwe, Mozambique, Namibia, Malawi y Eswatini (Suazilandia), o sea, países del sur de África. Ellos deberán presentar esquema de vacunación completo, resultado negativo PCR-RT 72 horas previo al viaje, se tomará muestra a la entrada, cuarentena obligatoria por siete días en un hotel, asumiendo el viajero los costos de alojamiento y transportación, y nueva prueba al sexto día; de ser negativo, sería dado de alta al séptimo día. Para Bélgica, Israel, Hong Kong, Egipto, Turquía y el resto de los países de África Subsahariana se aplicarán iguales medidas, con excepción de la cuarentena y el PCR-RT en el sexto día. Las disposiciones entrarán en vigor el 4 de diciembre.
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