FRANKFURT, Alemania, agosto, www.cubanet.org -Visto desde la distancia, el drama de Cuba se ve como indisoluble por ahora, pero no imposible de resolver en el futuro.
La tragedia cubana se presenta a los ojos del mundo como una más, en la historia de la humanidad.
La opinión pública internacional contempla la larga dictadura de los hermanos Castro como solo un capítulo en el voluminoso Libro de los Regímenes Impuestos por la Fuerza, que tarde o temprano deben caer.
Cerca, a 90 millas de distancia, las pasiones hacen ver la tragedia con soluciones que podrían ser fáciles de aplicar por el mismo pueblo cubano.
Pero en la distancia, desde un Viejo Continente, las perpectivas se contemplan escasas y desoladoras.
Con la gente que he hablado se palpa gran escepticismo de que el pueblo de Cuba vaya pronto a ser libre.
Me dice la gente que he consultado:
-Hay resignación dentro. Por eso es dificil que quieran cambiar lo poco que tienen.
-El pueblo no sabe lo que es la libertad y prefiere un diablo conocido…
-Generaciones enteras no conocen sino a los Castro… entonces que se puede esperar.
-No hay la rebeldía de otros pueblos.
-Sus frustraciones sólo se da en la huida hacia el extranjero y ahí no hacen nada por los que quedaron adentro.
Pero innegablemente, tarde o temprano, los cambios tienen que decantarse y producirse en Cuba.
¿Cuándo y de dónde provendrá la chispa que encenderá la llama de la Libertad?
¿Qué suceso impulsará reales cambios democráticos para los cubanos?
Todo esto hace ver que la historia de una Cuba Moderna está en un borrador de medio siglo, pero lista para escribirse.