LA HABANA, Cuba.- El Séptimo fue un congreso del PCC para ganar tiempo. La dirección histórica se extinguirá por causa natural en los mullidos lechos disfrutados desde 1959. “Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno, pero quedan las ideas de los comunistas cubanos”, dijo Fidel Castro al asistir a la sesión final para despedirse y procurar el compromiso a la continuidad y la veneración.
Hasta 2021, Raúl Castro, José Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdés deberán mantener la vitalidad actual para disfrutar la tranquilidad luego de los 90 años, con mejor estado físico que el Comandante en sus últimos días.
El General-Presidente sintetizó que su “misión principal es defender, preservar y continuar perfeccionando el socialismo cubano y no permitir jamás el retorno del capitalismo”, y que dedicará el tiempo necesario al proceso de reforma de la Constitución de la República.
El congreso preparó los límites de actuación para los sucesores, incluyendo las edades para los cargos de dirección enfilados a impedir la participación de personas actualmente reprimidas por sus ideas, a semejanza de la Junta Militar de Myanmar (Birmania) contra Aun Sam Su Ki y sus seguidores. En el ocaso se juega con dar oportunidades a la juventud para ejercer el poder, cuando lo han disfrutado y buscan consolidar a los elegidos.
El Congreso no abordó los problemas medulares de la sociedad cubana, al menos según lo publicado. No se ofrecieron datos específicos sobre el comportamiento de la economía entre 2011 y 2015 ni de la ejecución de los Lineamientos de la Política Económica y Social. En las Comisiones, los delegados buscaron definiciones teóricas sobre trabajo, salario y otros conceptos, pero no analizaron por qué no se avanza en la implantación de la actualización –devenida perfeccionamiento–, cómo se logrará despertar las fuerzas productivas, desarrollar el país y sacar a los cubanos de la pobreza que continúa aumentando.
Paradójicamente se atacó a Obama por sus palabras en La Habana, pero no se procuró contrarrestarlo con resultados, lo que demostró la incapacidad para lograrlos, entrampados en sus miedos por debilitar el poder. La propiedad del Estado tiene que prevalecer a pesar de su ineficiencia, y al tiempo que se admitió la inevitabilidad de la propiedad privada, continuaron las reticencias contra los cuentapropistas y los campesinos.
Muchos problemas se resolverían si se permitiera el ejercicio privado, en especial de los médicos, que realizarían buenos servicios y lograrían reconocimiento social y salarios dignos, con lo cual también se minimizaría el éxodo.
La democracia disfrutó de amplio espacio para reinterpretar a los griegos y todo el progreso de siglos. La democracia cubana es perfecta y única, según los delegados. La sociedad civil socialista es el nuevo término acuñado, excluyente, discriminatorio y represivo contra cualquier opinión diferente de los cánones y se ejercerá en el espacio fijado para expresar ideas preconcebidas. El análisis y discusión de los documentos estratégicos de la nación hasta 2030 dictaminados por el Congreso será otra farsa, con nombres actualizados.
Quienes persiguieron a Virgilio Piñera, Lezama Lima y muchos otros para luego de muertos físicamente utilizar sus obras, fueron delegados y ratificados en sus altos puestos. Vasta experiencia poseen para contribuir a las cacerías de brujas en todas las esferas, incluida la economía, mientras intercambian homenajes y procuran gloria internacional.
Los ataques directos al presidente Obama y al imperialismo –entre los que destacaron los del canciller Bruno Rodríguez–, al tiempo que pretenden disminuir su influencia entre la población cubana, demostraron las contradicciones existentes entre los inmovilistas y los pragmáticos.
Sin embargo, persisten las condiciones que llevaron a Raúl Castro al acercamiento con Estados Unidos: la economía. Para preservar el poder se requieren las grandes inversiones extranjeras, la eliminación del embargo, la confianza de los empresarios, un ambiente tranquilo internamente y el mejoramiento de las precarias condiciones de vida de la población. Usualmente las autoridades cubanas han escondido sus debilidades con las declaraciones airadas, mientras cuidan que las negociaciones progresen. No obstante, en el actual período preelectoral y el ascenso de un nuevo presidente en Estados Unidos para enero de 2017, el gobierno está perdiendo las oportunidades del impulso atractivo creado, por no facilitar la aplicación de las medidas de Obama.
El VII Congreso del Partido Comunista fue un evento ideológico, de continuidad y herencia. El presidente Raúl Castro aún tiene cinco años más para facilitar el verdadero tránsito indispensable para la Patria.