LAS TUNAS, Cuba. — A diferencia de las naciones civilizadas del universo democrático y particularmente del entorno latinoamericano, norteamericano y caribeño, desde su fundación el 20 de mayo de 1902, la República de Cuba sólo ha tenido nueve presidentes elegidos por el voto ciudadano, aunque en estos 121 años, 23 personas han sido “presidentes”, entre ellas cinco dictadores cuyos nombres son: Gerardo Machado Morales, Fulgencio Batista Zaldívar, Fidel Castro Ruz, Raúl Castro Ruz y Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Es útil apuntar que, antes de convertirse en tiranos, Gerardo Machado y Fulgencio Batista fueron presidentes electos por el voto popular.
No es posible en el corto espacio de este artículo reseñar las particularidades de cada administración, sino es propósito traer al recuerdo el nombre de la persona que gobernó en cada período; ya el lector acucioso hurgará en la Historia de Cuba las peculiaridades de cada gobernante y de su gobierno, conocimientos útiles para conocer nuestro pasado y presente, valga decir, nuestros antecedentes y futuro como nación y como ciudadanos.
En Cuba, el último presidente elegido por el voto ciudadano fue Carlos Prío Socarrás. El doctor Prío llegó a la presidencia el 1ro de junio de 1948. Gobernó tres años, nueve meses y 10 días, hasta que fue depuesto, la madrugada del 10 de marzo de 1952, por el golpe de Estado del general Fulgencio Batista y demás militares complotados.
En 56 años, siete meses y 11 días que transcurrieron desde que Tomás Estrada Palma llegara a la presidencia el 20 de mayo de 1902 y hasta la huida del dictador Fulgencio Batista la madrugada del 1ro de enero de 1959, Cuba tuvo 18 presidentes, nueve electos y nueve provisionales, entre ellos, como ya señalamos, dos dictadores. A Estrada Palma le sucedió la segunda intervención de los Estados Unidos en el archipiélago cubano, que se prolongó desde el 29 de septiembre de 1906 hasta el 28 de enero de 1909.
El segundo presidente electo de Cuba fue el mayor general del Ejército Libertador José Miguel Gómez y Gómez, quien gobernó entre 1909 y 1913, período en el que, por la corrupción que vivió el país, se decía, “el tiburón se baña, pero salpica”, en alegoría a que, “el tiburón”, el presidente, en sus “baños” de corrupciones “salpicaba”, “tocaba”, era “generoso” con sus allegados.
El tercer presidente electo, también general mambí, fue Mario García Menocal, ingeniero graduado en Estados Unidos, constructor y administrador del central azucarero Chaparra, desde donde, según viejos lugareños, se le enviaba por ferrocarril, y ya siendo presidente, el pan de cada día. Menocal gobernó por dos periodos, entre 1913 y 1921.
Como presidente constitucional, el cuarto presidente de la República fue el senador, juez, abogado y poeta Alfredo Zayas y Alfonso, que gobernó entre el 20 de mayo de 1921 e igual fecha de 1925.
Sucesor de Zayas y quinto presidente electo fue el también general del Ejército Libertador Gerardo Machado y Morales, quien asumió la presidencia en mayo de 1925 y, mediante una prórroga de poderes, se convirtió en dictador hasta agosto de 1933, cuando fue derrocado.
Singulares fueron las “presidencias” del general Alberto Herrera y Frachi y del escritor y periodista Manuel Márquez Sterling. El primero fue “presidente” por un día en agosto de 1933 y el segundo también por un día, pero en enero de 1934; mes y año en que, del mismo modo, Carlos Hevia, fue “presidente” por tres días. A la caída de Machado, Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, hijo del Padre de la Patria, gobernó durante 23 días, entre el 13 de agosto y el 4 de septiembre de 1933, prosiguiendo la administración la llamada Pentarquía (Comisión Ejecutiva del Gobierno Provisional de Cuba).
Sucesor de la pentarquía, fue el doctor Ramón Grau San Martín, presidente interino durante cuatro meses, entre septiembre de 1933 y enero de 1934; el gobierno interino de Carlos Mendieta se prolongó durante 23 meses, desde enero de 1934 hasta noviembre de 1935; mientras que José Agripino Barnet resultó presidente provisional cinco meses, desde el 11 de diciembre de 1935 hasta el 20 de mayo de 1936, cuando asume la presidencia el sexto presidente electo por el voto ciudadano, y primer presidente constitucional tras la caída de la dictadura de Machado, el abogado y ex alcalde probo de La Habana, e hijo del ex presidente José Miguel Gómez, Miguel Mariano Gómez Arias, depuesto por el Congreso, frente una oposición tenaz que le hizo acusaciones de índole política.
El 24 de diciembre de 1936 asumió la presidencia el hasta entonces vicepresidente Federico Laredo Brú, quien completaría el mandato constitucional —un período constitucional fecundo, en el que tuvo espacio la Asamblea Constituyente y fue promulgada la Constitución de 1940—. Laredo Brú gobernaría hasta el 10 de octubre de 1940, cuando tomó posesión el séptimo presidente electo, Fulgencio Batista y Zaldívar, quien cumpliría un período de gobierno de cuatro años, hasta el 1ro de junio de 1944, fecha en que ocupó su cargo el ex presidente interino, octavo presidente constitucional, doctor Ramón Grau San Martín, cuya administración, concluida el 1ro de junio de 1948, dio paso a la del noveno, ¡y último presidente constitucional que tuviera la República de Cuba!, Carlos Prío Socarrás, derrocado por el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, tiempo en que durante seis años, nueve meses y 21 días, hasta el 31 de diciembre de 1959, Fulgencio Batista fue dictador manu militari.
En julio de 1958, seleccionado por todas las organizaciones que luchaban contra la dictadura de Batista, había sido designado presidente provisional el doctor Manuel Urrutia Lleó, quien fue legitimado por el Pleno del Tribunal Supremo de Justicia el mediodía del 1ro de enero de 1959. Pero negado Urrutia a representar un papel de presidente títere, firmante de lo ya decidido por el primer ministro Fidel Castro, renunció el 17 de julio de 1959, trayendo entonces el Consejo de Ministros como “presidente provisional” al doctor Osvaldo Dorticós Torrado, cuya “provisionalidad” duraría ¡17 años!, desde 1959 a 1976, tiempo en el que Fidel Castro gobernó por decretos, de facto, como primer ministro.
Hace 47 años —y por no cuantificar el período de supina inconstitucionalidad que trascurrió desde 1959 hasta la llamada “constitución socialista de 1976 — sólo tres individuos, los hermanos Fidel y Raúl Castro, y más reciente Miguel Díaz-Canel, a la sombra de ellos y del Partido Comunista, han decidido los asuntos de Cuba y de los cubanos, sin consultas efectivas y no meras orquestaciones político-legislativas de manipulación social, ni someterse a elecciones generales supervisadas por observadores imparciales nacionales y extranjeros. El 16 de febrero de 1959, en sustitución del artículo 154 de la Constitución de 1940, ya transformado en el artículo 146 de la llamada “Ley Fundamental”, con sólo cambiar la palabra “representar” por “dirigir”, Fidel Castro sacó del poder al presidente Manuel Urrutia Lleó, empleando el método que hoy la izquierda comunista suele llamar “golpe de Estado blando” o “constitucional”.
Todo lo demás, respecto a la división de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial que distinguen las democracias de las dictaduras, concerniente a Cuba, es como suelen llamar los historiadores a la contemporaneidad, historia reciente, entiéndase, la de cientos de miles de cubanos exiliados en cualquier lugar del mundo, mientras millones, han vivido más de 60 años en su país, sojuzgados por una elite familiar, castrocomunista, cual si fuera una monarquía y no una república, dicen.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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