LA HABANA, Cuba. – A primera vista parece que se ha firmado un acuerdo muy beneficioso para toda la familia del béisbol cubano. Los peloteros que participan en las Series Nacionales podrán ser contratados por cualquier equipo de las Grandes Ligas de Estados Unidos sin necesidad de perder el vínculo con la isla, mientras que los directivos de la Federación Cubana de Béisbol (FCB) se frotan las manos por el dinero que piensan recibir de tales contrataciones, y aseguran que ello “garantiza la presencia ordenada y sin discriminación de los peloteros cubanos en el béisbol estadounidense”.
Sin embargo, la incertidumbre también se hace presente en los marcos del referido acuerdo, en especial en aquellos atletas jóvenes que anhelan desempeñarse en la Gran Carpa. Todo a consecuencia del excesivo protagonismo que asumen los dirigentes cubanos en cualquier contrato que involucre a los nacionales de la isla. Lo mismo si se trata de médicos que cumplen misiones en el exterior, que trabajadores que laboran en empresas extranjeras radicadas en Cuba, los cuales no pueden recibir directamente sus salarios del inversor foráneo.
El acuerdo establece que los peloteros que aspiren a ser contratados deberán tener como mínimo 25 años, y haber participado en seis o más Series Nacionales en Cuba. Una cláusula que podría conllevar a que esos atletas llegaran a las Grandes Ligas después de haber pasado por sus mejores momentos en el deporte. Porque, por ejemplo, un pelotero que debute en la Serie Nacional con 24 años, después de jugar en la liga sub-23, arribaría a la Gran Carpa con 30 o más años. Algo que, evidentemente, limitaría sus posibilidades de brillar en el mejor béisbol del mundo.
Por otra parte, se añade que la FCB podría liberar a algunos jugadores que no cumplan los requisitos anteriores, los que serían contratados como amateurs en Grandes Ligas. Realmente, no queda claro qué significa eso de ser “amateur en las Grandes Ligas”.
Otro elemento que podría perjudicar a los peloteros es la tasa de liberación que los equipos contratantes deberán pagar a la FCB por cada atleta que decidan adquirir. Aunque los mandamases del béisbol cubano afirman que eso “para nada afecta el salario del pelotero contratado”, es obvio que tal disposición encarece la contratación, lo que podría inducir a los dueños de equipos a reducir el monto de los salarios, o ser conservadores a la hora de decidirse por determinado contrato.
Con respecto a la posibilidad de que la FCB admita la conformación de un equipo cubano unificado —que incluya a peloteros que juegan en las Grandes Ligas antes de la firma de este acuerdo— para representar a la isla en eventos internacionales, el presidente de esa organización, Higinio Vélez, declaró que “este convenio regulará la relación entre la FCB, la MLB y los jugadores cubanos desde el momento de su firma. No implica un reconocimiento retroactivo de hechos anteriores. Aplicará exclusivamente a la relación establecida entre estos sujetos desde que comience su aplicación”.
De lo anterior se desprende que para las autoridades cubanas los peloteros de la isla que hayan abandonado anteriormente el país para jugar en las Grandes Ligas seguirán siendo considerados como “desertores”, y por tanto no habrá ningún trato con ellos.
Por último, habría que ver si tras este acuerdo se cierran las puertas para que un pelotero cubano se contrate directamente con algún equipo de la Gran Carpa. Porque, a no dudarlo, no faltarán los que quieran huir de la tutela del gobierno cubano.