NUEVA YORK, Estados Unidos, julio, www.cubanet.org -Me dicen desde Cuba que el pueblo está participando con protestas y gritos cuando ve escenas represivas de la Seguridad del Estado contra activistas que se pronuncian pacíficamente.
Pero esta tímida participación no es suficiente. La gente del pueblo debe sumarse a las protestas, si quieren que algo cambie en Cuba.
Por muchos años el pueblo cubano se ha mantenido callado, aunque por dentro está indignado y desilusionado con los gobernantes cubanos.
La única protesta masiva en Cuba se produjo el 5 de agosto de 1994. Se le conoce como El Maleconazo.
En aquella oportunidad los ánimos de la población cubana se exaltaron debido a varios incidentes, algunos relacionados con el secuestro de embarcaciones para escapar de la Isla.
Gran cantidad de personas se hallaba concentrada espontáneamente en el embarcadero de la Lanchita de Regla y La Punta. De pronto una chispa brotó entre aquella multitud y los gritos demandando libertad y condenando la dictadura se extendieron por todas las calles del malecón habanero, siendo este último, desde La Punta hasta el parque de Maceo, escena de la primera revuelta pública.
Durante esta protesta espontánea se tomaron videos y fotos que recorrieron el mundo.
Este domingo Damas de Blanco y varios disidentes fueron golpeados, objeto de actos de repudio y detenidos, luego de asistir a misa.
Las escenas represivas se repitieron en varias provincias cubanas entre ellas Matanzas, y Pinar del Rio. Varios activistas debieron ser internados en hospitales víctimas de las severas golpizas.
Grupos de vecinos gritaban “déjenlos, cobardes”, “asesinos…”Sin embargo, esa indignación desde la barra no es suficiente. El pueblo debe tomar parte en las protestas, que es su legítimo derecho, si piensa que el régimen de La Habana lleva a cabo un mal gobierno y que además suprime la libertad de expresarse libremente, como lo están haciendo en otras partes del mundo.