MIAMI, Estados Unidos.- Algunas de las víctimas estadounidenses de los supuestos “ataques sónicos” en La Habana han contratado a un abogado que los represente legalmente en el proceso que llevan a cabo para garantizar sus tratamientos médicos, según informó un artículo del periódico El Nuevo Herald.
El abogado Mark Zaid representa a ocho de los 24 diplomáticos reportados como afectados por los “incidentes”. Según el reporte, Zaid declara que el respaldo y la representación del gobierno no está clara, pues “algunos ya han tenido que gastar su dinero” en el tratamiento, debido, sobre todo, a las reglas burocráticas que establece el Departamento de Estado, presumiblemente para ahorrar dinero.
“Por ejemplo, tienes una cita un jueves a las 3 de la tarde en la Universidad de Pensilvania (Upenn) y tienes una cita de seguimiento al otro día. Las reglas establecen que debes manejar de vuelta o tomar el tren y regresar al otro día”, y agregó que eso “es ridículo”.
El abogado, quien fue contratado hace aproximadamente dos meses, dijo que a sus representados no les queda claro qué tipo de tratamiento están recibiendo. No saben si “¿Están siendo tratados o están siendo estudiados?” y mencionó que algunas de las víctimas han tenido dificultades para acceder a sus expedientes médicos porque son considerados documentos gubernamentales. “Son doctores que están trabajando para el gobierno de Estados Unidos”.
Zaid, abogado especializado en casos relacionados con la seguridad nacional, aseguró que sus clientes no han regresado a Cuba, aunque todos querían volver a su trabajo porque son muy dedicados, y se mantienen asistiendo a las consultas en UPenn.
De acuerdo a las declaraciones de Zaid al periódico, este caso ha sido tan difícil de manejar para el gobierno no solo por la incertidumbre de quien o que ocasionó los “ataques” sino por los síntomas resultantes. “Las heridas han sido específicas y concretas, no extraños daños cerebrales y neurológicos. Es mucho más complicado”.
El pasado mes de enero el gobierno de Estados Unidos ordenó evacuar a su personal diplomático en La Habana por supuestos “ataques acústicos” que dejaron a varios empleados con daños cerebrales, así como el cierre de la embajada del país en la Isla.
