LA HABANA, Cuba. — Los cubanos que reciben moneda libremente convertible (MLC) del exterior por el sistema bancario para sus tarjetas magnéticas no pueden adquirir con ellas todo lo que necesitan, sobre todo los alimentos básicos, pues en muchas ocasiones no los hay.
Entre los productos de mayor demanda que escasean está la leche en polvo, indispensable para los niños y el desayuno familiar; el arroz, algo básico en la dieta del cubano; el azúcar; y el aceite (el único que se encuentra es el de oliva, con un valor cuatro o cinco veces superior).
Lo que más frecuentemente se puede comprar son los muy buscados paquetes de picadillo, ya sean de pollo, cerdo, o res, cuyo costo es relativamente bajo, con los que se puede elaborar una comida para toda la familia. Y también los paquetes de salchichas, que son muy solicitados, para la merienda escolar de los niños o para cocinarlos con arroz, vegetales o viandas. Raras veces hay huevos. Y el café, que tanto gusta a la mayoría de los cubanos, escasea a menudo.
Lo que nunca falta son las bebidas alcohólicas y las cervezas de todo tipo y costo, así como los cigarros y tabacos, a pesar de la propaganda oficial en contra del alcoholismo y del nocivo hábito de fumar.
La mayoría de las mercaderías en las tiendas en MLC son alimentos de menor consumo, la mayoría importados y con precios elevados, que no son muy del gusto de nuestra población, con hábitos de nutrición diferentes. Estos productos se repiten en las estanterías para dar la impresión de que hay un gran surtido.
Los artículos de aseo personal y para el hogar son el otro reglón que encontramos en estos comercios. Lo más solicitado es el detergente en polvo y los jabones de baño y para lavar, pero no siempre hay. Existe otra gama de productos como shampoo, pasta dental, con precios variados.
Una dificultad existente con los mercados en MLC es la lejanía entre unos y otros. Si no se encuentra determinado producto en un lugar es bastante difícil acceder a otro sitio similar si no cuenta con un transporte propio, ya que el transporte público es casi inexistente.
Una mejor opción son las tiendas online, que tienen mejores surtidos y productos de más calidad. Incluyen el servicio de mensajería a domicilio, pero el pago lo hace el familiar desde el exterior y resulta costoso.
Todo lo mencionado hasta aquí es relativamente asequible en MLC por su precio, con valores entre 1 y 10 dólares como promedio. Pero solo pueden adquirirlos las personas de elevado nivel adquisitivo o aquellas que reciben remesas en divisa del exterior, que representan un por ciento bastante reducido de la población.
Si tenemos contratiempos para comprar comida, es mucho más difícil encontrar calzado, ropa, objetos de ferretería, electricidad u otros efectos básicos, personales o para el hogar. En las pocas tiendas en MLC donde los ofertan los precios son de espanto.
Entonces, ¿a dónde dirigirnos para comprar lo que necesitamos y que no podemos conseguir con la divisa? A los cuentapropistas y las mipymes, controladas por el Estado en su mayoría, que importan artículos que luego venden a precios astronómicos, inalcanzables para buena parte de la población.