MADRID, España.- El periodista independiente cubano Henry Constantín, director de La Hora de Cuba, permanece retenido en La Habana por la Seguridad del Estado desde el pasado viernes. El reportero fue arrestado arbitrariamente “por estar ilegal en La Habana”, a donde había viajado en fecha coincidente con la Cumbre del Grupo de los 77 desarrollada por el régimen.
Henry Constantín fue llevado a la unidad de la policía de Marianao y luego lo trasladaron al Centro de Detención VIVAC, donde aún permanece.
“Henry se encuentra actualmente en el VIVAC de la capital y le fue permitido hacer una llamada telefónica. En la comunicación, Henry nos informó que es el capitán Orlando, de la Seguridad del Estado, quien atiende su caso. Según el agente Orlando, el periodista fue detenido ‘por estar ilegal en La Habana‘ y será regresado a Camagüey ‘dentro de quince días, si aparece transporte‘, denunció La Hora de Cuba en redes sociales.
El medio independiente exigió “la inmediata libertad de Henry”, pues considera “su arresto arbitrario” y lo declara “secuestrado por la Seguridad del Estado”.
Por otro lado, el sábado la también periodista de La hora de Cuba, Neife Rigau, fue citada por la Seguridad del Estado.
Este domingo, tras salir del interrogatorio, Neife Rigau relató que había preguntado por Henry Constantín y que no le dieron ninguna información nueva, solo confirmaron que se encuentra en el VIVAC y que será trasladado a Camagüey.
“Sí le pregunté al tal Alejandro (capitán responsable de la citación) la razón por la cual lo mantenían detenido y este me respondió: ‘Henry está preso porque vino a La Habana en el marco de un evento importante para el país a realizar actividades ilícitas‘; lo cual difiere de lo que dijo ayer quien está atendiendo su caso acá, pues dio como justificación del arresto que él andaba ilegal en la ciudad”, explicó la periodista.
La cumbre del Grupo de 77 países en desarrollo, más China, tuvo lugar en La Habana del 14 al 16 de septiembre en medio de prolongadas jornadas de apagones y represión contra decenas de activistas que permanecieron bajo vigilancia estricta de la Seguridad del Estado para evitar protestas.
