LA HABANA, Cuba. – Desde el centro penitenciario de máximo rigor de Guantánamo, el preso político Ernesto Arocha Carta denuncia la interrupción de su tratamiento médico por parte de las autoridades sanitarias de la prisión.
A través de una conversación telefónica, Arocha dio a conocer que el día 1º de diciembre de 2022 fue remitido al hospital “Agostino Neto” de Guantánamo a causa de un plastrón apendicular, por lo cual lo mantuvieron ingresado desde ese día hasta el 7 de diciembre. Agregó que mientras permaneció allí le administraron antibióticos y metronidazol.
El día 7, dado que el personal médico lo consideró “bastante mejor”, lo remitieron a continuar el tratamiento de regreso en la prisión. No obstante, prosiguió relatando el recluso, al llegar al penal la doctora Milagros Soler Planchet, quien lo recibió en el puesto médico, le expresó que en ese centro carcelario no había ni antibióticos ni metronidazol, y en lugar de dejarlo ingresado lo envió de regreso al piso donde cumple sentencia.
Arocha indicó también que hasta el día 20 de diciembre se vio afectado por diarreas, además de los síntomas correspondientes a su afección, como inflamación y dolores en la zona del apéndice.
Asimismo, denunció que en la prisión provincial de Guantánamo no faltan solo los antibióticos, sino también los medicamentos para la presión arterial, la gastritis, las úlceras y los padecimientos psiquiátricos. Criticó que además de no haber fármacos ni insumos médicos con qué tratar a los enfermos, tampoco los remiten hacia consultas externas especializadas donde podrían ser ingresados para recibir tratamiento.
En posterior comunicación telefónica el prisionero político denunció que el jefe de la prisión, teniente coronel Marcelino Bueno Tavera, lo amenazó con suspenderle el derecho a hacer llamadas durante dos meses si continúa denunciando las violaciones cometidas en el penal.
También denunció al mayor Alfredo y al jefe de cocina, primer teniente Carlos, con motivo de las violaciones cometidas en lo concerniente a la logística y el régimen alimentario del penal. En este sentido, llamó la atención sobre la deficiente alimentación destinada a los internos, 78 de los cuales están bajos de peso y desnutridos.
Agregó Arocha que en el menú de la prisión no se incluyen frijoles negros, colorados ni chícharos; la comida no tiene aceite ni condimentos, y lo que sirven como sopa es agua de viandas. Según detalló, esta situación se ha mantenido al menos durante los cuatro meses que lleva en Guantánamo.
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