LA HABANA, Cuba.- “No sé si es que está dormido o le pasó algo”, esta mañana AfrikReina mandó este SOS porque desde la noche anterior no se sabía nada de Luis Manuel Otero Alcántara tras 48 horas de haberse declarado en huelga de hambre y de sed. “Anoche se sentía mal ya”, denunció la poeta y amiga del artista AfrikReina, quien es uno de los contactos que logra comunicarse con Damas 955 por vías alternativas.
Otero Alcántara no le responde a los mensajes ni a las llamadas, y para poder hacer una nota periodística de un amigo que puede morir en el intento de reclamar sus derechos, los derechos de todos, hay que hacer un esfuerzo sobrehumano. Sobre las 12 y media de este mediodía envió un sms que decía: “acabo de amanecer”.
Según cuenta a AfrikReina, ayer lunes, después de las 8:00 p.m., cuando terminó de hablar con una amiga, se quedó dormido y no pudo levantarse hasta el mediodía de hoy. La huelga ya está haciendo sus estragos: se está deshidratando, la presión ya debe estarle bajando, el cuerpo se le está debilitando.
Contra Luis Manuel siempre se sabe cómo empieza la ola represiva, pero nunca cómo termina. En noviembre del año pasado hubo otra huelga, otro intento de poner el cuerpo como única arma, no sé si la más eficaz, contra la dictadura. A diferencia de la de hoy, en esa ocasión no estaba solo.
Esta vez comenzó con una exposición personal de su obra y la tergiversación en la emisión estelar del NTV del significado de lo que sucedería en la sede del Movimiento San Isidro (MSI), que es a la misma vez la casa del artista. Al día siguiente empezó el asedio reforzado de la policía como si no les fuera suficiente la cámara instalada frente a su puerta.
El pico represivo lo tuvo la obra Garrote Vil, que conminaba a los represores a entrar y apretar el tornillo de la silla. Allanaron la casa ese mismo día, arrancaron las obras de la pared, se las robaron, y se los llevaron presos a él y a AfrikReina. Ese es el resumen hasta el momento.
¿Por qué protesta Luis Manuel esta vez?, se pregunta la gente cansada del espectáculo, que es una propuesta artística, y la respuesta es simple: es por lo mismo de siempre, una dictadura que no lo deja crear porque su nivel de empatía con la miseria que vivimos todos es alto. Una miseria que va desde la escasez de comida hasta la militarización de la ciudad buscando amedrentar a quienes protesten incluso en la cola del pan.
La huelga de hambre y de sed y las ganas de morirse de Luis Manuel son el resumen de la represión, de los más de 20 días sitiado, la guagua del terror esperando algún gesto de solidaridad, las patrullas estacionadas en la polivalente del barrio, de las amenazas de muerte. “Vas a amanecer con la boca llena de hormigas”, le dijo un desconocido en la celda compartida en que lo metieron en la estación de policía del Cotorro. Al día siguiente comenzó el final.
“No sabemos si entraron en la casa o ha ocurrido lo peor”, era el pánico de AfrikReina, aun con la comunicación breve y seguramente monitoreada, no está tranquila, pero al menos sabemos que aún no han atentado contra su vida ni ha ocurrido lo peor.
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