
VILLA CLARA, Cuba.- En su revista matutina, la emisora provincial de Villa Clara CMHW anunció hoy que a partir de esta semana ocurriría una reducción en la venta de pan y galletas liberadas a la población a causa de la escasez de harina para producir estos alimentos básicos.
La medida oficial corrobora los rumores que desde hace más de quince días pululan en boca de los santaclareños, que debían someterse a largas jornadas para alcanzar el reducido monto de panes que sacaban a la venta en determinados horarios. En una de las panaderías ubicadas en el céntrico boulevard de la ciudad se vendía, en las últimas semanas, pan a base de moringa y remolacha para sustituir la falta de materia prima.
De acuerdo con la información, la harina de trigo en los almacenes del estado se reservará para la producción del pan normado por la libreta de abastecimiento. Con esta disposición también se avizora una pausa en la venta de dulces finos en dichas cadenas comercializadoras.
Esta mañana, los establecimientos dispuestos para la comercialización de estos productos amanecieron atestados de personas en busca de paquetes de panes y galletas que pudieran reservar en sus casas. “¿Ahora qué le doy a mis hijos?”, se pregunta Maritza Velázquez, una madre en la cola frente a la dulcería El Capuchino, situada en la calle Luis Estévez y perteneciente la Empresa Productora de Alimentos en Villa Clara (EPPA). “En la panadería nada más te dan dos panes por persona y, si encuentras galletas, dos paquetes nada más. Eso, en mi casa, se acaba más rápido de lo que canta un gallo. Ahora no sé qué me voy a hacer”.
Las familias cubanas, ante la extrema escasez de productos en las tiendas recaudadoras de divisa y tras la suspensión de la venta liberada en los mercados industriales, acostumbran a sustituir almuerzos y comidas con un pedazo de pan. Varios de los presentes en la cola en cuestión se preguntaban también por los fideos o los spaguettis, también desaparecidos de las TRD.
“El arroz, si lo encuentras, está a veinte pesos la libra en el mercado negro y lo tienes que comprar por sacos. Se ha triplicado el precio porque, antes, los particulares lo vendían a cinco nada más. Además, si te cogen en ese negocio estás embarcado. No hay harina de maíz tampoco, ni para resolver un almuerzo. El pan de la bodega, todo el mundo lo sabe, está bastante malo y uno siempre se lo guarda para los viejos y los niños”, expone Bárbaro Rodríguez, otro santaclareño en la larga fila este mediodía.
Tras el anuncio, los elaboradores de galletas por cuenta propia aceleraron su producción para vender la mayor cantidad de paquetes posibles al precio de 25 pesos en moneda nacional, que también se han agotado rápidamente. Uno de estos negociantes explicó a CubaNet, que están preocupados por posibles registros o acusaciones de acaparamiento. “Tenemos que acabar con poquita harina que teníamos para eso. Yo prefiero venderlo todo en un día y salir de este lío, que la cosa se ha puesto mala últimamente, aunque yo tengo guardado los comprobantes de la tienda por si acaso. Si no fuera por nosotros la gente no tendría galletas para comer”, confesó.
De acuerdo con estos panaderos y distribuidores por cuenta propia, la harina para la fabricación de panes y galletas fue almacenada antes de la crisis y adquirida en las tiendas recaudadoras de divisa. Sin embargo, es de conocimiento popular la existencia de hechos de corrupción en la venta ilegal de este producto extraído de los propios establecimientos estatales.
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