LA HABANA, Cuba. ─ En pésimas condiciones sanitarias y sometidos a malos tratos se encuentran centenares de refugiados, principalmente cubanos y venezolanos, en el campamento Lajas Blancas, en Panamá, confirmó a CubaNet Adolfo Delgado Valdivia, un migrante de la Isla que se encuentra internado allí.
“Corremos peligro de enfermar. Hay varios casos de COVID-19 que no están apartados y no hay médicos aquí”, aseguró el joven, de 31 años.
Señala el cubano que “en el campamento no hay baños y los refugiados tienen que hacer sus necesidades en los matorrales”.
Lajas Blancas y otros dos campamentos, Bajo Chiquito y Metati ─todos cerca del límite fronterizo con Colombia─ son resguardados por militares panameños y atendidos por el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).
En estos campamentos, además de cubanos y venezolanos, hay colombianos, haitianos, africanos y árabes. La mayoría de ellos, para llegar a suelo panameño, tuvieron que atravesar la peligrosa selva de Darién.
“Varias mujeres del campamento aseguran haber sido violadas. Se comenta el caso de una menor de edad que, huyendo de unos tipos que la querían violar, se arrojó a un río, la arrastró la corriente y murió ahogada”, refiere Delgado, quien añade que los refugiados son maltratados en la instalación.
“Los guardias dicen que no quieren extranjeros en Panamá y amenazan con deportarlos. Pero existe la posibilidad de quedarse a residir en Panamá si se paga una multa de 1 700 dólares y tienes a alguien en el país que se haga responsable de ti”, detalla.
Sin embargo, la mayoría de los cubanos no quiere quedarse en Panamá, sino seguir su travesía para llegar a la frontera de México con Estados Unidos.
“Varios han escapado del campamento, desesperados al ver que pasan los días y no se resuelve su situación, pero han sido capturados por los guardias”, explicó el joven.
Adolfo Delgado Valdivia llegó a Panamá procedente de Uruguay, donde residía desde hace dos años, y ahora teme que lo deporten a Cuba.
Entre 2013 y 2015 colaboró como fotógrafo y caricaturista en la prensa independiente de la Isla, específicamente en la revista Primavera Digital.
Delgado Valdivia sostiene que, de ser deportado a Cuba, sería sometido a represalias por parte de la Seguridad del Estado. “Preferiría cualquier cosa, incluso morir, antes que regresar a Cuba”, lamentó.
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