MIAMI, Estados Unidos. — El político y empresario italiano, Silvio Berlusconi, quien fuera primer ministro de ese país en tres períodos diferentes, falleció hoy en Milán a los 86 años.
La muerte de Berlusconi fue confirmada en un comunicado por la premier italiana Giorgia Meloni, quien le calificó “uno de los hombres más influyentes de la historia de Italia”.
“Silvio Berlusconi fue ante todo un luchador, fue un hombre que nunca tuvo miedo de defender sus convicciones y fue precisamente ese coraje y esa determinación lo que lo convirtió en uno de los hombres más influyentes de la historia de Italia, lo que le permitió impresionar y lograr avances reales en el mundo de la política, la comunicación y los negocios”, dijo Meloni.
La primer ministro destacó que con Berlusconi, “Italia aprendió que nunca se le deben imponer límites. Aprendió que nunca debe rendirse. Con él hemos luchado, ganado, perdido muchas batallas. Y para él también traeremos a casa los objetivos que nos propongamos juntos”.
Nacido el 29 de septiembre de 1936 en Milán, Silvio Berlusconi es considerado por muchos el político más influyente de Italia en las últimas décadas. Fue, además, un exitoso magnate de los medios de comunicación en ese país.
Berlusconi fue presidente del Consejo de Ministros de Italia en tres ocasiones (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011). Igualmente, fue ministro de Relaciones Exteriores de Italia en 2002 y presidente de turno del Consejo Europeo durante el segundo semestre de 2003.
Asimismo, fue propietario y presidente del equipo de fútbol AC Milán desde 1986 hasta 2017 y desde 2018 fue propietario del Società Sportiva Monza 1912.
Recibió el apodo de “El Caballero” por tener Orden del Mérito al Trabajo, que en Italia conlleva el tratamiento de caballero, entre 1977 y 2014, año en que tuvo que renunciar antes de que la Federación Nacional de los Caballeros del Trabajo le desposeyera de dicha orden debido a escándalos de corrupción.
En 2013, la Corte Suprema de Casación lo condenó en forma definitiva a cuatro años de prisión por fraude fiscal. Fue también condenado a siete años de cárcel por prostitución de menores por pagar por servicios sexuales a una menor de edad, aunque fue absuelto en 2014 cuando el Tribunal de Apelación de Milán determinó que Berlusconi “no tenía por qué saber que la joven era menor de edad”.