MIAMI, Estados Unidos.- Como parte de 52° Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que tendrá lugar desde este miércoles 5 de octubre hasta el viernes 7, en Lima, Perú, la organización Raza e Igualdad ha organizado varios eventos simultáneos en los que abordan diferentes temas importantes para la región, entre ellos el de los presos políticos. CubaNet, presente en la cita, tuvo la oportunidad de hablar este martes en la capital peruana con Miriam Cardet, hermana del doctor, activista y expreso político Eduardo Cardet, líder del Movimiento Cristiano Liberación.
Miriam Cardet recordó que el caso de su hermano, quien se encuentra en estos momentos en la isla, es el mejor ejemplo de cuando el régimen quiere criminalizar a un opositor o un disidente, una persona que piensa y actúa en contra del régimen.
Eduardo Cardet, quien cumplió prisión de 2016 a 2019, “comenzó a formar parte de la oposición cubana desde el inicio de su profesión. Alrededor del 2000 pasó a ser miembro del Movimiento Cristiano Liberación y ocupó varios cargos, hasta que el régimen asesinó a Oswaldo Payá, fue entonces que pasó a ser el líder de un movimiento que tiene larga data en Cuba, desde 1988, con proyectos muy importantes como el Varela”.
La hermana del doctor Cardet recuerda que los pasos de su hermano en la oposición lo situaron en la mirilla del régimen. En 2016, estando él en Miami, citaron a su esposa para advertirle que si volvía lo iban a desaparecer, recuerda.
Pero volvió, “y coincidió también con la muerte del dictador Fidel Castro”, dijo ante las cámaras de CubaNet. A su llegada a la isla Eduardo Cardet ofreció declaraciones sobre Castro, y pocos días después de la muerte del dictador, el 30 de noviembre, fue “detenido violentamente y arbitrariamente, en horario de la noche, por varios oficiales vestidos de civil”.
“Cuando fui a la estación policial para saber de él un mayor me dice: -‘su hermano está detenido, incomunicado y será sancionado de 10 a 15 años. En ese momento me mencionaron como cinco delitos por los que lo iban a acusar y entre ellos estaba faltarle el respeto a la figura de Fidel Castro y a héroes y mártires, además de traición a la Patria”, afirmó.
“Estuvo cinco días desaparecido, porque no daban certeza de dónde se encontraba. Mi hermano estuvo nueve días sin comunicación con la familia, sin abogado, y siete días sin atención médica. Cuando a la semana de la detención lo llevaron al hospital le dieron cinco certificados médicos”, recuerda Miriam.
Le habían dado una golpiza que lo había dejado con “lesiones en la cabeza, oculares y golpes en brazos, las piernas y el abdomen, quiere decir que todo su cuerpo recibió lesiones y bien graves”.
Durante su detención, a Eduardo Cardet le negaron tres veces medidas cautelares, dijo su hermana, y en el juicio, en marzo de 1017, se demostró su inocencia prácticamente.
“El juicio fue totalmente parcializado, a puertas cerradas, con testigos falsos, participaron los tres oficiales que estaban en la detención, y a pesar de que pudimos presentar solo tres testigos, en el juicio quedó constancia de la inocencia de mi hermano”.
Eduardo Cardet fue condenado posteriormente a tres años de privación de libertad por el delito de “atentado”.
Miriam Cardet recuerda la emoción que vivió durante las protestas antigubernamentales que sacudieron Cuba el 11 de julio de 2021. “Tenía una emoción tan fuerte que no podía dormir, de alegría, de satisfacción. Pero cuando empezaron las detenciones -y es el mismo patrón con todos los prisioneros políticos- empecé a revivir todo el caso de mi hermano. Empieza uno a sentirse triste”.
La hermana del líder del Movimiento Cristiano Liberación asegura que la familia juega un papel muy importante en la vida de los presos políticos cubanos. Esos hombres y mujeres presos de la dictadura por pensar diferente “tienen la convicción y el sentimiento de querer libertad, y son personas firmes en prisión”.
“Es por ello que el papel de la familia, en primer lugar, tiene que ser de apoyo a ese prisionero, y sobre todas las cosas debe acudir a todas las autoridades posibles, aunque crea que las respuestas son negativas y desfavorables”, explicó.
“Hay que ir a todos los niveles, desde el municipio, el tribunal, la fiscalía, atención a la ciudadanía, a todas las autoridades del país, e ir haciendo un expediente de todo lo que te puedan dar, aunque no siempre te dan respuestas escritas, para poder visibilizar el caso a nivel internacional”.
Miriam recuerda que su familia lo hizo así, y asegura que es lo mejor que puede hacer cualquier cubano por un prisionero político, “ir a todas las organizaciones internacionales de derechos humanos. Nuestra familia hizo tres cartas, una la enviamos a Amnistía Internacional, una a la ONU, y otra a la OEA. Y fue efectivo, porque hicieron seguimiento y pronunciaron medidas cautelares, yo creo que gracias a eso y a Dios mi hermano está vivo”, señaló.
“Si usted se calla y no dice lo que está pasando va a ser peor para la persona que está presa. Hay que apoyar, hay que visibilizar y hay que acudir a todas las instancias”, sentenció.
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