CIUDAD DE MÉXICO, México.- En el cuarto episodio del podcast Desde la Presidencia, un espacio creado por el régimen para aparentar cercanía del gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez hacia ciertos temas de interés de la población, el agua fue el centro de la conversación.
Como invitado del espacio estuvo el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Antonio Rodríguez Rodríguez, quien reconoció que la crisis en el sistema de abastecimiento de agua en Cuba es severa y abarca varios ámbitos.
Díaz-Canel, sin alejarse de su guion y aparentando estar informado de la crítica ciudadana hacia el sistema de abastecimiento, opinó que en algunos casos, como en la venta ilegal de agua, el método para frenarla era incrementar el “control popular”.
Su propuesta parte de la lectura de una serie de quejas sobre el acceso a los recursos hidráulicos en Cuba, donde muchas veces los cubanos solo pueden obtener el líquido vital pagándolo.
Aunque el presidente del INRH explicó que cuando se interponen las denuncias se toman medidas con el “pipero”, en muchos casos no se indica en estos reportes el número de la placa del camión y no pueden identificar al infractor.
En estos casos, afirmó Díaz-Canel, “es muy importante el papel que se pueda jugar de control popular, espacios de control popular por parte de la población para evitar este tipo de conductas”.
Su solución, claro está, no considera que la crisis de agua en el país ha sido agravada por su propia gestión. Ahora, en un espacio de falso debate, se entera de que solo el 10% de la población tiene una opinión favorable sobre la distribución de agua.
El presidente del INRH respondió al gobernante con la afirmación de que no es solo un estado de opinión sino que se trata de una realidad, esa de que en Cuba no funciona el abasto del recurso natural.
Fundamentalmente afectadas por la falta de combustible, las labores de Agua y Saneamiento apenas cuentan con lo indispensable para sustentarse.
El pasado año, según ejemplificó el funcionario, de 85% de combudtible que les habían asignado, la cantidad se fue reduciendo.
En septiembre, se les asignó el 57%, en noviembre el 32%, y en diciembre 59%, cifras que pudieron dedicar principalmente a la transportación del cloro, para garantizar entregar agua clorada a la población.
El poco combustible asignado se consume en traslado de cloro, reparaciones y servicios de agua por pipa, puntualizó. Pero la falta de combustible en Cuba no solo afecta la distribución de agua, sino también la generación eléctrica, de la que dependen las estaciones de bombeo.
Según explicó Antonio Rodríguez, cuando se va la electricidad, los equipos de bombeo más críticos pueden romperse y, en otros casos, demoran hasta cuatro horas en arrancar cuando regresa el servicio.
Para labores de saneamiento tampoco se puede destinar combustible: la limpieza de fosas y saneamiento de alcantarillados cuentan con niveles mínimos de petróleo.
Recientemente trascendió que una rotura en el principal sistema de abasto de agua en Santa Clara, provocada por un incendio, ha dejado alrededor de 90.000 personas sin ese servicio desde hace cinco días.
Un reporte de la emisora local CMHW informó este jueves del reinicio de labores técnicas para restablecer el bombeo de agua hacia Santa Clara desde la estación de Palmarito, maniobras paralizadas esa madrugada por nuevas roturas en la máquina de termo-fusión para soldar la tercera y última soldadura en el tramo de la conductora.
Según indicó la prensa local, el fuego dañó la conductora de 900 milímetros en el kilómetro dos y medio de la autopista, cerca del Tanque Elevado.
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