MIAMI, Estados Unidos.- “Tengo el certificado número 1, primer certificado del plan ahorro en oro. Me acabo de comprar un lingotico de 1,5 gramos al precio del día”, dijo el presidente de Venezuela Nicolás Maduro al adquirir una pieza de oro en la sede del Banco Central en Caracas. Este lunes se inició en ese país el plan de ahorro de Maduro, y el mandatario transmitió todo el proceso por Facebook Live.
Maduro se hizo acompañar por su esposa, la primera “combatiente” Cilia Flores, quien adquirió un certificado por la compra de un lingote de oro de 2,5 gramos, por 5.900 bolívares soberanos que equivale a unos 97 dólares. “Cilia compró su certificado para un lingote de 2,5 gramos, es el certificado número dos. Estos son nuestros ahorros, estamos dando un paso adelante”, expresó.
El dictador venezolano destacó que el plan de ahorro en oro integra la línea número diez del programa de recuperación económica que adelanta desde el pasado 20 de agosto y que incluye también la modalidad de ahorro con la criptomoneda el Petro, cuyo detalles dará en los próximos días.
Para los opositores el plan de ahorro en oro del presidente no es más que una trampa ya que, según el propio Banco Central de Venezuela (BCV), “el lingotico no es redimible por oro físico”. Esto quiere decir que quienes lo compren no se lo llevarán a su casa, sino que quedará en las bóvedas del BCV.
Maduro activó el plan de recuperación económica con la reconversión monetaria: le quitó cinco ceros a la moneda local; y además fijó el nuevo salario mínimo en 1.800 bolívares soberanos, (180.000.000, bolívares fuertes) que representa un aumento de 3.500% con respecto al salario anterior que era de 3.000.000 de bolívares, para colocar el ingreso mensual de los trabajadores en unos 30 dólares.
Este programa, creado por Maduro para derrotar la “guerra económica” y la “inflación inducida”, contempla un nuevo sistema de precios “acordados” para bienes esenciales y un sistema cambiario que arrancó con una mega devaluación que supera el 90% del bolívar. También estipula alzas en los impuestos, aumento en los precios de la gasolina, así como en todos los servicios básicos.
El paquete de medidas económicas es rechazado por la oposición que lo califica de “neoliberal”, y que, a su juicio, acentuará la crisis económica con la “destrucción del sector privado, aumento del desempleo, incremento en la escasez de todo tipo y ritmo acelerado en la inflación”, lo cual, de acuerdo a proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) cerrará en 1.000.000% este año.