La lista que el Departamento de Estado está confeccionando con bienes y servicios ofrecidos por empresarios cubanos privados que podrán ser importados en los Estados Unidos será amplia para estimular la creatividad de los “cuentapropistas” y el interés del gobierno de la isla por ampliar sus exportaciones, dijo una fuente que ha tenido acceso al borrador del documento.
Las nuevas regulaciones que comenzaron a regir el 16 de enero prevén el apoyo a los pequeños negocios, pero el Departamento de Estado debe decidir quiénes estarán comprendidos dentro de este sector privado y cuáles serían los productos a importarse desde la isla.
Una de las mayores limitaciones de la política económica actual respecto al “cuentapropismo”, como se designa el trabajo privado en la isla, es que de las 201 actividades ahora permitidas por el gobierno de Raúl Castro, la mayoría son oficios que requieren poca capacitación e infraestructura tecnológica —“vendedor ambulante de alimentos”, “rellenador de fosforeras” y “barberos” son algunos ejemplos— y el espacio para el empleo de profesionales es mínimo.
Por eso la fuente consultada por el Nuevo Herald cree que el Departamento de Estado no confeccionará la lista a partir de la legislación vigente, sino que intentará “abrir la puerta lo más amplia posible, para que sea el gobierno cubano el que decida si va a eliminar los obstáculos a los empresarios y, si esto no sucede, que ellos sepan que es por culpa del bloqueo interno”.
En la lista, que iría cambiando a partir de las dinámicas en Cuba, estarían incluidos servicios profesionales de traducción, programación o de construcción que no están autorizados actualmente en Cuba, por lo que se trata de “anticiparse un poco al futuro”, agrega.
Consultado al respecto, el profesor de Sociología de Baruch College, Ted Henken, cree que este enfoque es positivo pero “la gran pregunta es si esto tendrá impacto o si el gobierno cubano permitirá este intercambio”.
El profesor de Economía de la Universidad de Carleton en Canadá, Archibald Ritter, comentó a el Nuevo Herald que uno de los principales obstáculos para que Estados Unidos pueda apoyar a la empresa privada es el monopolio que tiene el estado sobre las importaciones y las exportaciones.
En las nuevas regulaciones, también se autoriza la exportación a Cuba de materiales de la construcción, herramientas y maquinaria agrícola a los cuentapropistas, pero según Ritter “esto requiere cambios en el monopolio del estado sobre el comercio exterior”, pues actualmente no existe un mecanismo que permita que los empresarios privados puedan importar o exportar. Tampoco existe un mercado mayorista donde ellos puedan adquirir sus insumos.